viernes, 31 de diciembre de 2010

El Mega Día

El día después de Navidad fue un día especial para mí. Por la mañana vinieron a recogerme mis padrinos y me llevaron al cine. Estaba previsto que vendría también mi prima Natalia, pero finalmente no pudo venir. No importa, así fui yo la protagonista total.

Vi una película que se llama Megamind. Era un poco rara pero me gustó, aunque no tanto como La Bella y la Bestia o Campanilla. En cualquier caso me gusta ir al cine, aunque sólo sea para comer palomitas.

Al salir del cine me monté en un tren que daba vueltas por el centro comercial Plaza Mayor. Ése sobre el que vuelan tan cerca los aviones. Poco después vinieron para encontrarse con nosotros mis padres con Miguel, que como es muy chico, además de inquieto, no aguanta sentado viendo toda una película. Fuimos juntos a comer a un restaurante en el mismo centro comercial, en el que Miguel estuvo a punto de tirar unos cuantos platos y vasos tirando de un mantel. Justo a tiempo papá lo evitó. ¡Vaya comidita que nos dio! Después de pedir la cuenta -que invitaron mis padrinos- nos fuimos a su casa porque querían enseñarnos un estupendo y gigantesco Belén que tienen montado en su salón. ¡Es precioso! Después también llegaron mis abuelos Pepi y Miguel, y algo más tarde mi prima Natalia y sus padres. ¡Qué bien lo pasamos todos juntos allí!

Después de comer muchos dulces navideños nos despedimos y nos volvimos a nuestra casa. Miguel se quedó dormido en la primera curva, y no se despertó hasta el día siguiente, mientras que yo me quedé mirando por la ventanilla recordando la cantidad de cosas increíbles que había podido disfrutar en tan sólo un día.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La Navidad

El día de Navidad, al despertarnos, lo primero que hicimos fue abrigarnos con las batas e ir todos juntos hacia el salón donde quizás Papá Noel nos había dejado algún regalo. ¡Digo que sí nos dejó! Había regalos para todos. Fue muy divertido. Miguel se puso muy nervioso y quería abrir todos los regalos, sin importarle si eran para él o no. Nos dimos cuenta que Papá Noel se tomó una cerveza y una Coca-cola mientras estuvo dejando los regalos y que también se comió algún turroncillo. ¡Qué pillín Papá Noel!

Después de desayunar pudimos jugar un buen rato con nuestros nuevos juguetes hasta que llegó la hora de bañarnos, vestirnos y coger el coche hasta casa de los abuelos Pepi y Miguel. ¡Qué gran comilona tenían preparada para todos! También estuvieron mi padrinos MariCarmen y José Miguel. Lo pasamos estupendamente jugando, comiendo y disfrutando de la chimenea que tanto me gusta mirar.

Esperamos por la tarde que viniese mi prima Natalia con sus padre pero al final se les hizo muy tarde y no pudieron venir. ¡Qué lastima!

martes, 28 de diciembre de 2010

La Nochebuena

La Nochebuena es un día especial y entrañable para todos, y en nuestra familia no íbamos a ser menos, así que, como cada año, nos juntamos para celebrarla. Este año nos reunimos en casa de mis abuelos Pepa y Felipe y tuvimos la suerte de poder estar todos, y dejando a un lado a mi primito Daniel que estaba con fiebre, todos los demás estábamos bien, aunque papá ya estaba terminando con un dolor de oído que lo ha tenido liadillo durante estos últimos días.

En días como la Nochebuena, lo que se hace principalmente es comer, y mucho. Mi hermano Miguel y yo comer comida no es que comamos mucho, pero bombones, pasteles, tartas y de esas cosas nos hinchamos.

Lo más sorprendente de la noche fue que mientras estábamos tranquilamente en el salón, charlando unos con otros, alguien oyó un ruido por los dormitorios y fuimos a ver qué era. ¿Sabéis qué? Fue Papá Noel que vino a dejarnos unos regalos a los niños que estábamos allí. ¡Qué rápido y qué silencioso que fue! Nadie lo vio, aunque yo, mientras íbamos en coche hacia la casa de mis abuelos, vi, o más bien, me pareció ver un poquitín de Papá Noel, pero no estoy muy segura.

lunes, 27 de diciembre de 2010

De vacaciones navideñas

Tengo tantas cosas que contar que no sé por donde empezar, y es que algunas veces, cuando quiero contar muchas cosas a la vez, como es el caso que me lía ahora, me pongo nerviosa y no sé por donde empezar, así que lo que voy a hacer es seguir la recomendación de mis padres, y voy a comenzar por el principio.

El miércoles vinieron a visitarnos a mi colegio los mismísimos Reyes Magos. En carne y hueso. ¡Podéis creerlo! Pues yo sí. Vinieron a recibir nuestras cartas con nuestras peticiones de regalos. Yo llevaba la carta muy bien preparada pues mi madre me había ayudado a hacerla un par de días antes. Os puedo asegurar que fue muy emocionante. ¡Todo fue tan especial!

Por si fuese poco, al día siguiente, junto con mis compañeros de clase, fuimos de excursión al Pirata's Park. Ya es el segundo año consecutivo que voy al mismo sitio. ¡Me lo paso en grande! En realidad fue nuestro fin de fiesta y último día juntos, de manera que ya estoy de vacaciones de navidad. ¡¡¡Bien!!!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Las fichas

¡Buenas noticias! Hoy mi hermano ha vuelto a ir a la guardería, y eso significa, que como ayer estuvo todo el día sin nada de fiebre, y bastante animado y de buen humor pues que ya está curado. Me alegro mucho porque hoy era un día muy importante para mí, que tenía una representación en el cole, a la que han venido mi madre, mis abuelas Pepi y Pepa y mi abuelo Felipe. Tanto mi abuelo Miguel, que estaba malito, como mi papá, que estaba trabajando, no han podido venir.

Y Miguel en su guardería asistía al día importante de entrega de fichas. ¡Ya veréis lo bien que las hace!

A mí también me han dado las fichas de este primer trimestre. Por supuesto que las he hecho muy bien todas. A ver si las pongo para que veais alguna.

Mañana es el último día, muy especial para todos porque... bueno, no queráis saber antes de tiempo, ya os cuento mañana.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El Belén

Ya estamos nerviosos para la llegada de las fiestas navideñas. Mamá, Miguel y yo vamos a tener vacaciones, y aunque papá no va a tener, vamos a intentar hacer todo lo posible para que también se sienta verdaderamente rodeado del increíble espíritu navideño.

Yo, por mi parte, ando un poco ansiosa deseando que llegue el día de Nochebuena, porque ese día nos visitará Papá Noel. Ya, ya sé que a mí quien me traerá los regalos principalmente serán los Reyes Magos pero seguro que Papá Noel me dejará caer algo. ¡El año pasado lo hizo!

Miguel se ha puesto enfermito, con mocos, y tiene un poco de fiebre, ahora mismo da mucha pena, está tristón, y desde hoy mismo no ha ido a la guardería. Esperemos que se recupere pronto y pueda ir a la fiesta de navidad especial que están preparando sus seños, que dicen que es muy participativo, y tienen razón, porque él en casa quiere hacerlo todo, incluso lo que no debe y no puede.

Aquí os cuelgo una foto del Belén tan divertido que ha hecho en la guardería. Nos aseguran que todo lo que está coloreado lo ha hecho él, que no quería que nadie le ayudara. ¡Valiente es él cuando no quiere que le cojas un lápiz!


viernes, 17 de diciembre de 2010

Como mamá

Mis padres dicen que tengo algo de vena artística y es que me encanta pintar. Paso todo el rato pintando corazones, pintado casas, niños, flores y soles, y muchas cosas más. ¡Me encanta pintar! No pierdo ni un solo segundo quieta porque lo que me encanta es estar todo el rato pintando. También bailo, y canto, pero lo que más me encanta es pintar. Sin lugar a dudas.

A Miguel, mi hermano, en cambio, le encanta la música, como a mi padre. Miguel, en cuanto escucha música se pone a bailar, y a cantar. Cuando nos montamos en el coche, hay veces que incluso antes de arrancar, Miguel ya está pidiendo que mis padres pongan la música. Le encanta. ¡Valiente dos artistas que somos!

Os coloco una foto en la que mi padre dice que estoy preciosa y en la que además, dice, me parezco mucho a mi madre.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Contra el asfalto

El sábado pasado fuimos a almorzar a casa de los abuelos Pepi y Miguel. Mi hermano Miguelito, cuando vio que papá aparcó en la calle de los abuelos se puso muy muy contento, casi como un loco. En cuanto mis padres lo pusieron en el suelo salió corriendo para la casa, y en cuanto dio cinco o seis pasos se cayó. Bum. Puso las manos por delante pero se dio un cabezazo con el asfalto en toda la frente. Me dolió hasta a mí que estaba viéndolo. Ya le salió un chichón incluso antes de llegar a la casa de los abuelos. El pobre siempre lleva uno adornándole la frente y es que es un torbellino, casi un terremoto, de hecho, mi padre le dice muchas veces Mickey Earthqueake, que viene a ser algo así como Miguelito Terremoto.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Los regalos

¿Sabéis qué? Hoy, sin venir a cuento, mientras tenía una de mis charlas con mamá, le he dicho que deberíamos comprarle un regalo a mi abuelo Miguel. Mamá me preguntó que por qué decía ésto, yo le contesté que porque el abuelo siempre que voy a su casa tiene preparados para Miguelito y para mí un regalo sorpresa para cada uno, y además un bombón de chocolate con leche para cada uno. Y como él era tan bueno y atento con nosotros sería una buena idea corresponderle nosotros con un regalo sorpresa. Mamá dijo que sí, pero que mejor que comprarle un regalo yo le hiciera dedicado uno de mis dibujos, bien coloreado, para dárselo a él y que después no me olvide de decirle lo mucho que lo quiero y darle muchos besos para demostrarle lo besucona que soy.

Me parece una buena idea.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Entre bolas

El miércoles fuimos al cumpleaños de mi amiga Marta -una compañera mía del cole-. No os podéis imaginar lo bien que me lo paso, bueno, lo pasamos, porque Miguel también vino y le encanta, en cada cumpleaños al que vamos. Mi hermano se lo pasa estupendamente, sobretodo por que se da cuenta de que aunque es el más chiquitín participa con todos nosotros. No se corta un pelo y no se cansa nunca. Absolutamente nunca.

En cuanto vio que había un parque de bolas, y que desde el tobogán se podía lanzar en una piscina de bolas de colores, no tardó ni en segundo en dirigirse hacia allí. Se tiró no sabría yo decir un número tan alto de veces. Cada vez que se tiraba, después se retorcía un buen rato entre las bolas. ¡Qué divertido! También cantó Cumpleaños feliz, y Feliz en tu día y unas cuantas canciones más. Además sopló la vela de la tarta, no sin antes meter el dedo para probarla y jugó con todos al juego de la silla. Y todo siendo el más chiquitín de todos los que allí estábamos. ¡Qué orgullosa estoy de mi hermano! Pero no os creáis que yo no lo pasé bien, ni mucho menos, yo me lo paso boooomba. Ya estoy deseando que sea el siguiente cumpleaños...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Paseando bajo luces de Navidad

Estamos de puente y cuando estamos de puente no vamos al cole ni a la guardería ni mis padres trabajan, porque es tiempo de hacer muchas cosas en familia. Para empezar fuimos, junto con Juanfra, Lidia y mi amiguita Elenita, a almorzar a un Restaurante, aunque mi padre dice que en realidad es una Venta. Se llama la Venta Talillas y es un sitio agradable donde nos hinchados a comer.

Y es que mi padre hace algún tiempo que decía que estaba con ganas de comerse unas migas, y a demás estaba con la espinita de tomar cabrito. Allí acabó con todas las ganas y toda la espinita. Lo pasamos genial, pero sobretodo porque desde allí nos fuimos hacia Málaga capital y paseamos iluminados por miles de luces de colores que adornan la Navidad en la ciudad. La calle Larios estaba preciosa y mi hermano se quedó pasmado de la gente que había. De verdad que aconsejo ir a todo el que pueda. Yo ya estoy deseando volver.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Centrado

Las semanas pasan rápido y los días vuelan. Miguel y yo seguimos creciendo y aprendiendo muchas cosas. Yo últimamente estoy aprendiendo a leer y a escribir letras sueltas, aunque ya sé escribir algunas palabras como mamá y papá. Poco a poco iré aprendiendo más y más hasta poder leer por mí misma los libros tan bonitos que tengo en mi estantería.

Miguel también aprende mucho. Cada día está más...¿cómo decirlo?, ¿más tranquilo?, ¿atento?, puede que centrado sea lo que más se acerca a lo que quiero explicar. Ahora puede pasar un buen rato viendo los dibujos, sin tirarse por el suelo ni ninguna locura así. Se sienta y se queda tranquilo viendo los dibujos, incluso participa con los dibujos. ¡Es tan gracioso!

Hay días en los que, en general, nos portamos bien y a veces, incluso, jugamos juntos sin pelearnos ni discutir ni nada de eso. Y mamá y papá están aún más contentos con nosotros.

martes, 30 de noviembre de 2010

En el Carrusel

Desde el sábado pasado todos los días están siendo muy lluviosos y bastante nublados. Apenas salimos de casa, tan sólo lo hicimos para ir al cumpleaños de nuestra tita Cristina, que lo celebró en su casa, donde pasamos un buen rato todos juntos, y yo, como suelo hacer en cada celebración, me hinché de bizcocho y tarta.

Al día siguiente el tiempo nos dio un pequeño respiro y pudimos pasear por el paseo marítimo, incluso almorzar, junto con mis abuelos Pepi y Miguel, en una terraza. Comimos cantidad de boquerones, calamares, chanquetes... y de postre unas natillas. Pero antes de volver a casa nos dimos una vuelta, a la que nos invitaron los abuelos, en el precioso carrusel que hay cerca del puerto. ¡Lo pasamos genial!

sábado, 27 de noviembre de 2010

La Bella y la Bestia

¿Sabéis qué fue lo que hicimos el domingo por la mañana mi mamá y yo? Pues fuimos al cine junto con la abuela Pepa a ver por primera vez una película en 3D. En realidad, era mi primera vez en una película de tres dimensiones, pero también era la primera vez para la abuela, pero no para mámá porque mamá ya había visto alguna que otra antes.

Es muy sorprendente ver una película en 3D y si no lo habéis hecho todavía os lo recomiendo, en serio, ya estáis tardando. Uy, todavía no he dicho qué película fuimos a ver, pues vimos La Bella y la Bestia, una preciosa película de dibujos animados, como todas las que a mí me gustan.

Al principio es muy divertido usar gafas para ver la peli, luego me fui cansando, pero conseguí aguantar toda la película con ellas puestas. Mi madre, que nos invitó, pues papá no estaba -se quedó en casa cuidando de Miguelito- dice que no sabía quién hacía más ruido o hablaba más fuerte si yo o la abuela.

Después del cine recogimos a mi padre y mi hermano y nos fuimos los cuatro a almorzar en el Burger King. ¿Verdad que fue un domingo genial?

viernes, 26 de noviembre de 2010

El bautizo doble

El sábado pasado fui por primera vez en mi vida a un bautizo doble, y no es que sea algo raro porque cuando bautizaron a mi hermano Miguel también bautizaron a más bebés recién nacidos, sino que estaba invitada a los dos bautizos, y luego hubo una celebración conjunta de los dos bebés en un restaurante.

Supongo que podéis imaginar que fue el bautizo de mi nueva primita Celia, aunque al otro bebé no creo que lo conozcáis pues es otra primita de mi prima Celia, y se llama Clara. Las dos primitas, digo, se bautizaron el mismo día. ¿Verdad que es especial? Y es que las dos nacieron con poca diferencia de edad. Fue un día fantástico y me lo pasé muy pero que muy bien. Además, por si fue poco, coincidió con el cumpleaños de mi tita Cristina, que cumplió... bueno eso no lo digo porque mi madre dice que las edades de las personas no se dicen y que si quieren que lo digan ellas.

Lo pasamos realmente bien, pude jugar con mis titos, abuelos y con mi primo Daniel y también con Miguelito, que ya estaba algo recuperado aunque continua con poco apetito.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El canijo de siempre

Este fin de semana pasado mi hermanito Miguel ha estado pachucho. Aparentemente no tenía nada. Ni fiebre, ni mucha tos, ni estaba alicaído, pero por la noche, después de cenar, y justo después de tomarse el biberón echó media comida vomitando. Eran más o menos las una de la madrugada, pero poco después repitió, sobre las dos de la madrugada echó el resto, y cuando no le quedaba nada dentro, tomaba un poco de agua y enseguida la echaba. Vomitó cuatro veces en total. Imaginad cuatro veces cambiar las sábanas, la almohada, los pijamas... el pobre pedía agua y mis padres no se la daban, le daban el chupete mojadito e intentaban que volviese a dormirse. Se tocaba el pechito del esfuerzo de vomitar.

Los días siguientes vomitó varias veces más, pero se le veía algo mejor, de hecho, ya está recuperado del todo, aunque ha perdido algo de peso y ahora es otra vez ese canijo que siempre ha sido.

Yo, como suelo, no me he enterado de nada, pasé toda la noche durmiendo como un tronco.

A mis padres les da mucha pena, y se les cae el corazón al suelo cuando después de vomitar Miguel decía: no pasa nada. ¡Vaya hombretón está hecho!

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un pajarito

Volvíamos en el coche todos juntos después de un intenso día de cole, trabajo y guardería. Miguel, en su comodísima silla estaba dormido, papá conducía mientras mamá estaba sentada delante junto a papá, entonces les pregunté a mis padres, sin venir mucho a cuento, que qué era eso de que la gente me dice que le ha dicho un pajarito. Ya sabéis, se te acerca alguien y te dice: me ha dicho un pajarito que has ido al cine, o me ha dicho un pajarito que has estado en un cumpleaños... yo siempre me quedo un poco callada, porque no entendía bien qué era eso de me ha dicho un pajarito, a mí nunca se me ha acercado un pajarito y me ha dicho nada.

Ahora que ya sé de qué va eso del pajarito, y os diré que un pajarito me ha dicho que se acercan las vacaciones de navidad y con ellas los Reyes Magos. ¿Verdad que es emocionante?

domingo, 21 de noviembre de 2010

Dos pies izquierdos

La semana pasada cuando mis padres fueron juntos a recoger a mi hermano Miguel a la guardería lo encontraron, como es habitual, dormido en su carro, pero Mari Palma y Laura -dos de sus seños- se estaban riendo mucho, y es que mi padre, cuando vistió a Miguelito por la mañana, se conoce que estaban los dos muy dormidos y mientras estaba vistiéndole, le puso a Miguel el uniforme de la guardería y un par de tenis, pero resulta que le puso los dos tenis distintos, y me refiero que le puso un tenis de un par y el otro tenis de otro par, vamos que no iban a juego, pero lo peor no fue sólo eso, sino que además, le puso los dos pies izquierdos. ¿Podéis imaginarlo? Miguel estuvo en la guardería muy bien vestido, muy peinadito, con su libretita y su botellín de agua pero con dos tenis distintos y además los dos izquierdos... ¡vaya con papá! ¡Qué despiste! ¡Y cómo se reía mamá!

Os enseño una foto justo al volver a casa. ¡Qué gracioso!

jueves, 18 de noviembre de 2010

Mocos al poder

Ya están aquí el frío y la lluvia, y con ellos, cogidos de la mano siempre vienen los mocos y la tos. Los dos peque de la casa tenemos bien agarrados los mocos y algo de tos, especialmente Miguelito, que por las noches, después de tomarse el biberón, tumbado en la cama, empieza a tener tos y mocos y no veas la que lía. Anoche, por ejemplo, vomitó unas cuantas veces, y es que la tos no le deja dormir, y esos mocos no le dejan respirar, y cuando se cruzan los mocos y la tos llegan los vómitos. Pobrecito.

Lo curioso es que durante el día no parece tener ni mocos ni tos, o al menos solamente un poco, pero por las noches la lía buena, pero sin querer, ¿eh?, que al que menos gracia de todos le hace vomitar es a él.

Yo, en cambio, mejor que peor voy tirando por las noches sin muchas novedades, salvo que todavía no he aprendido a no hacerme pipí en la cama, pero es que eso es un proceso largo y cualquier día conseguiré controlar lo del pipí y el dormir. Ya veréis.

Mi padre dice que si no tuviésemos mocos no podría llamarnos mocosos, y cuanta razón tiene.

domingo, 14 de noviembre de 2010

En nuestras camas

Todavía no lo había dicho pero desde el domingo pasado mi hermano Miguelito ya está durmiendo en su cama. Aunque no lo parezca es un gran avance para él.

En casa mis padres no tenían claro si Miguelito estaba lo suficientemente mayor y tranquilito para ser capaz de dormirse en una cama, y lo que es aún más difícil, mantenerse quieto en la cama hasta dormirse. ¿Y sabéis qué? Lo está llevando bastante bien. No se ha bajado de la cama ni una sola vez sin que mis padres se lo digan, tan sólo alguna vez que otra ha encendido y apagado la luz del cuarto, y es que desde nuestras camas el interruptor de apagar y encender la luz está ahora muy cerca, pero cuando papá le pega un grito, rápidamente la apaga y, en alguna ocasión, se ha hecho el dormido. ¡Es tan gracioso!

Ah y no se pone a dormir hasta que le digamos que sueñe con los angelitos...

viernes, 12 de noviembre de 2010

Churros para todos

Cuando el domingo por la mañana desperté, porque desperté la primera de los tres que estábamos en el cuarto, fui al cuarto de mis padres, pero mientras salía, Miguel se despertó, y entonces ya no hay más remedio que despertarse todos en casa, y me atrevería a decir que casi también la mayoría de los vecinos, porque mi hermano es un muy escandaloso.

Mi padre nos preguntó, si mientras nos espabilábamos y mamá preparaba el desayuno, nos gustaría que fuese a la churrería para traernos churritos. ¡Jo, cómo le gustan los churros a Miguel! ¡Bien bravo! ¡Churritos! ¡ Y qué contento se puso cuando papá llegó con los churros a la casa!

Después pasamos toda la mañana en la casa hasta que llegó la hora del almuerzo y fuimos todos juntos con los abuelos Pepi y Miguel a comer a una venta. Nos portamos bastante bien, especialmente mi hermano, que aunque parezca mentira comió más que Natalia y yo, y además estuvo todo el tiempo sentadito en su silla. Bueno, en realidad, no fue todo el rato, pero casi. Desde allí ya nos despedimos de Natalia que se fue con los abuelos a casa de sus padres, y nosotros volvimos a casa.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

En la cama de Miguel

Este pasado sábado por la tarde vino a mi casa mi primita Natalia, y no os creáis que vino de visita. No. Vino a quedarse a dormir. Sí, en la nueva cama de mi hermano Miguel, junto a la mía, antes incluso de que él la estrene. ¡Lo pasamos genial! Podéis imaginarlo. Para merendar mi madre hizo un bizcocho buenísimo, como siempre que hace uno. Mi padre, como siempre que hay bizcocho en casa, se puso púo.

Más tarde, al anochecer, antes de cenar, nos dimos un buen baño. Nos metimos en la bañera los tres juntos, y el que se lo pasó mejor fue Miguel, que no paraba de enseñarle los patos a Natalia. Después del baño, con los pijamas puestos, y el pelo seco, pedimos unas pizzas para todos. ¡Vaya comilona! Pero mientras llegaban las pizzas o no, pasamos un buen rato jugando al escondite por la casa. No hace falta decir que a todos nos encanta la pizza, incluyendo a Miguel.

A la hora de dormir, mi hermano estaba muerto de sueño, y yo también caí pronto, en realidad lo hice la primera, luego creo que cayó Miguel, y la última fue Natalia, pero claro para ella era algo raro dormir en otra cama que no fuese la suya, y además fuera de su casa.

domingo, 7 de noviembre de 2010

El regalo sorpresa

El sábado por la mañana cuando mi padre volvió de cortarse el pelo trajo a casa un regalo para mi hermanito Miguel de parte de Manu, un amigo de mis padres. El regalo le encantó a mi hermano y le hizo mucha ilusión, especialmente porque no lo esperaba y las sorpresas en forma de regalo siempre son bienvenidas a nuestra casa. Pero también me hizo ilusión a mí, porque me encantan las llaves, y eso de cerrar y abrir cosas.

El juego tiene tres casas que se pueden meter una dentro de otra, y tres cerditos y un lobo, y lo que es más guay, tres llaves para abrir y cerrar las puertas de cada casa. Es un juego para que mi hermano aprenda a distinguir los colores, y los tamaños, y, una vez recogido todo, no ocupa mucho espacio, porque al final, para dejarlo recogido, hay que meter todos los cerditos en la casa pequeña y luego ir poniendo una dentro de la otra hasta que sólo nos queda una llave y una casa. ¡¡Ah, y el lobo fuera de la casa, claro! Es muy divertido!

Gracias Manu

viernes, 5 de noviembre de 2010

El aula matinal

Esta semana, en la que estamos ahora mismo, ha sido un sin parar y casi un sin respirar. Despertarme temprano, desayunar rápido, ir al cole, después al comedor, por la tarde al baile o al inglés, después a casa de unos abuelos otro día al de los otros, de aquí para allá y de allá para aquí. Todo el día un corre que te pilla sin descanso. ¡Vaya semana Y para colmo, esta misma mañana he ido por primera vez al aula matinal, que es una escuela distinta dentro de la escuela pero es para todos los niños que llegamos un rato antes de la hora de comienzo del cole. Y es que mis padres entran algunos días antes que yo al cole y hasta el día de hoy me han ido llevando algunas veces mi padre, otras mi madre y algunos días mis abuelos, pero como ya han cambiado la hora y por las mañanas es totalmente de día pues ya no importa tanto eso de levantarse para ir temprano a la aula Matinal.

domingo, 31 de octubre de 2010

Castañas en Halloween

Pasó Halloween y este año hasta mi hermano se ha visto trabajando para este día tan monstruoso. Yo hice una careta en el cole y él hizo otra en la guardería y a los dos nos pintaron la cara para que pareciésemos diablos y monstruos. ¡Cómo me reí al ver a mi hermano Miguel intentando dar sustos! ¡No asusta ni a una hormiga!

Por la noche mi padre fue a comprar un cartucho de castañas asadas que yo no sabía muy bien qué eran, pero al menos me hacía una idea, sin embargo, el pequeñín de Miguel no tenía la más mínima idea y en cuanto vio a papá entrar por la puerta con el cartucho gritó: ¡Bien, bravo, churritos! ¡Qué gracia nos hizo a todos! Pero después, ni él ni yo consentimos en probarlas y es que ya habíamos cenado y no nos cabía nada de nada, bueno, en realidad a Miguel sí que le cupo algo después un buen biberón.

Ya ha llegado la cama de Miguel, está en nuestro cuarto pero todavía no tiene ningún colchón ni somier pero ya hay una almohada. Miguel sigue durmiendo en su cuna pero ya estamos preparando en casa su paso de cuna a cama. Mis padres no están muy seguros todavía, piensan que Miguel se va a levantar de la cama y la va a liar más de un día. Yo creo que tienen mucha razón. Ya veremos.

martes, 26 de octubre de 2010

Campanilla y el Gran Rescate

El domingo por la mañana Miguelito se despertó el primero, como casi siempre, pero yo no me enteré de nada, estaba profundamente dormida, mis padres, para que no me despertara se lo llevaron a su cuarto, pero él no hacía otra cosa que gritar Sofía desde la cama de mis padres. En cuanto lo pusieron en el suelo, salió corriendo para subirse a mi cama y gritarme Sofía en el oído. Vaya manera de despertarse. Menos mal que yo tengo siempre un buen despertar.

Papá fue a por churros mientras mamá preparaba el desayuno para todos. Les dije a mis padres que hacía mucho que no iba al cine, miraron la cartelera en el ordenador y les convencí para que me llevaran a ver Campanilla y el Gran Rescate. Mis padres querían que yo viese otra, pero yo la que quería ver era esa.

Una vez sentada en mi butaca, disfrutando de mis palomitas, descubrieron, al darse cuenta de que yo sabía todo lo que iba a pasar, que ya la había visto. Sí, mi padrino me la puso en la casa rural. ¡Vaya sorpresa se llevaron! Pero a mí me encantó verla de nuevo en el cine.

lunes, 25 de octubre de 2010

El camaleón

El viernes al salir del cole mi padre vino a recogerme. Él suele recogerme los viernes porque es el día que no trabaja por la tarde, mientras los demás días lo hace mamá. Pues el viernes, papá vino a recogerme en coche, y me preguntó si había visto alguna vez un camaleón. Yo le dije que sí, y me preguntó:
- ¿dónde?
- Pues en la tele -le contesté- ¡vaya cosa!
- ¿Quieres ver uno de verdad?
- ¡Claro!

Me llevó con el coche hasta un árbol que hay de camino del trabajo de mi padre hasta nuestra casa. Dijo que había visto justamente un camaleón en el árbol que teníamos delante hacía ya casi una hora. Nos pusimos a mirar el árbol, fija y detenidamente. Pasamos un buen rato buscando hasta que papá lo encontró, pero yo no lo veía, miraba y miraba pero no lo veía. Lo tenía al alcancé de la mano, a menos de dos palmos de mi nariz, pero hasta que mi padre no lo señaló, casi tocándolo, no lo vi. ¡Vaya camuflaje! ¡Tenía el mismísimo color de las hojas del árbol! ¡Y qué lento se movía!

Me explicó que cambiaban de color para pasar desapercibidos y que tenían la lengua muy larga, pero eso no lo vi, pero sí pude ver como movía los ojos de un lado para otro, cada uno por su lado, como si estuviera completamente bizco.

De vuelta a casa, sentada en mi asiento del coche, le dije a mi padre:
- ¿Quieres saber una cosa, papá?
- Dime
- ¿Sabes cual es mi animal favorito?
- No
- Los camaleones rosas.

¡Qué lastima que Miguel estaba dormido y no pudo venir con nosotros!

sábado, 23 de octubre de 2010

Todo ha mejorado

Miguel ha mejorado y esa es la mejor noticia posible. La fiebre, poco a poco, ha ido templándose y hasta por fin desaparecer, aunque a Miguel todavía no le ha vuelto completamente esas ganas de comer que él tiene casi siempre.

El viernes lo volvimos a llevar al pediatra, sobretodo para que viese su evolución. Todo estaba mucho mejor, las llagas no eran tan grandes y ya estaba casi superado, desde luego la energía sólo la perdió un par de días pero ya está de nuevo como él es de forma natural, porque sabed que mi hermano no gatea ni anda, él corre y salta.

Pero lo importante es que está mejor, yo llevo acompañada a mi garganta una tos tonta, que no se va, pero no me impide comer, ni dormir, ni nada de nada.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Llagas en la garganta

Hoy mi hermanito Miguel está un poco triste. Está malito. Ya anoche cuando mi padre volvió a la casa después de trabajar, comenzó a tener fiebre. Estaba tristón, pero no mucho. Se sentó junto a papá, en el sofá, para ver el fútbol y allí, echando la cabecita en su costado, se quedó dormido. Después, en la cuna, se tomó el biberón y le dimos la medicina para que se curase.

Durante la noche ha estado bien y ha dormido incluso mejor que en otras noches, pero por la mañana estaba otra vez con fiebre. Comprobamos que no estaba del todo bien, como en él es habitual, por lo que no ha ido a la guardería, sino que se ha quedado, muy bien cuidado como siempre, con nuestra abuela Pepa. Yo, en cambio, me fui al cole pero echándolo mucho de menos.

Al terminar de almorzar mi madre lo ha llevado al pediatra que ha visto que tiene muchas y grandes llagas en la garganta, y por eso no tiene mucho apetito, aunque, sin embargo, sí que ha comido bastantes guisantes. ¡Le encantan! Esperemos que tomando el Dalcy y el Apiretal, se vaya mejorando poco a poco. ¡Ay!

lunes, 18 de octubre de 2010

Salvar al Sr. Pérez

Este pasado fin de semana ha sido muy especial, como muchos de los fines de semanas que vivo. Y es que debéis comprender que cuando tienes casi cuatro años y medio, puedo aseguraros que todo parece muy especial. El sábado por sorpresa mi madre pudo ir junto con mi padre al fútbol. Normalmente mi padre va al fútbol junto con mi padrino y sus amigos, pero en este partido, en lugar de mi padrino iba mi abuelo Miguel, y al faltar otro compañero pudo ir mamá.

Mamá me dijo que antes de yo nacer ella iba muchas veces al fútbol, aunque no tanto como papá, pero al estar más ocupada conmigo y luego además con Miguel pues eso, que hacía mucho que no iba. Por eso Miguel y yo nos quedamos a dormir en casa de nuestra abuela Pepi.

Nuestras abuelas siempre nos cuidan muy bien. Son muy atentas, cariñosas y besuconas con nosotros, y a nosotros nos encanta estar con ellas.

El domingo por la mañana mis padres nos recogieron y dejaron a Miguel en casa de nuestra otra abuela. La abuela Pepa. ¿Y qué hicieron conmigo? ¿Lo imagináis? ¡Pues nos fuimos al teatro!¡Sí, al Teatro Echegaray! Vimos una obra que se llama: Salvar al Señor Pérez. ¿Y sabéis qué? Yo ayudé a salvar al pobre Ratoncito Pérez, que estaba agotado porque a los niños de ahora se les caen mucho los dientes de tomar tantas golosinas, pero afortunadamente entre todos los que estábamos allí conseguimos salvarle la vida. ¿Verdad que es increíble? Lo pasamos fenomenal y después de tantas emociones fuimos a almorzar al Pimpi. Desde allí volvimos a Fuengirola a por Miguel, pero como estaba dormido mis padres me llevaron a tomar un helado. ¡Qué suerte tengo! Luego en la casa le expliqué todo a Miguel y sabed que me prestaba mucha atención.

Yo creo que quiere venir la próxima vez.

domingo, 17 de octubre de 2010

Fin de Feria de verdad

Antes de despedir la Feria del todo, -aunque verdaderamente ya ha terminado- no quiero pasar página en nuestro blog sin poner una foto donde se pueda ver lo guapa que está mi mamá vestida de gitana. Y ya que pongo una última foto final, voy a colocar una en la que estemos los cuatro. ¡Toda la familia al completo! ¡Adiós Feria!


¿Os he dicho que cada día que he ido de Feria me he tomado unos buñuelitos? Uhmm, ¡cómo los echo de menos!

jueves, 14 de octubre de 2010

Fin de Feria

Ya se acabó la Feria y bien que la exprimimos. Al final fuimos cuatro días en total y me pude poner mis tres vestidos, tan sólo repetí uno, el verde de lunares blanco, que es el que mi madre tiene igual, por lo que los dos días que me lo puse fuimos a juego. ¡Qué guapas íbamos!

Miguelito también se vistió los cuatro días, los cuatro con la misma ropa. Le encanta vestirse de corto, aunque él dice que viste de vaquero, porque mi padre le dijo que parecía un vaquero y así se quedó: Miguelito el vaquero. En cuanto ve que le vamos a vestir de corto se pone muy contento, a gritar: ¡bravo, bravo! ¡de vaquero, de vaquero! ¡Qué gracioso! Sin embargo cuando le preguntamos si quiere ir a la feria dice que no, que le da susto, pero sí quiere ir a los cacharritos. ¡No es nadie! Y es que cuando mi hermano va por la feria, no quiere ir andando, va en brazos o en el carro porque los caballos le dan miedo, como los petardos. Se abraza que no hay quien lo suelte. ¡Qué chiquitín!

En cuanto mi madre le viste con la ropa de corto y le coloca las botas, se pone a taconear por toda la casa. ¡Pobres vecinos de abajo! Por eso sólo se las ponemos antes de salir. Además Miguel andando con botas es muy peligroso, sobretodo porque él no anda, corre, y además, porque con el mármol de la casa se resbala mucho y se cae. De hecho se dio un tortazo bien grande en la sien, que pudo haberse hecho algo verdaderamente malo, pero es así y no hay quien lo cambie.

Yo he terminado reventada cada día de feria de tanto andar con tacones, de cargar con el pesado vestido de gitana, la peineta, los pendientes, las pulseras... ¡cuánto esfuerzo! Pero ha valido la pena porque lo he pasado boooomba.

lunes, 11 de octubre de 2010

En la Feria 2010

Ya os he escrito antes en éste nuestro blog que el cumpleaños de Miguelito lo hemos celebrado por todo lo alto varias veces, en realidad tres veces. Primero en la guardería, después en el parque que hay junto a nuestra casa y finalmente en la Feria.

En la Feria, aunque no lo creáis, mi hermanito resulta ser un poco asustón. En principio le gusta la Feria , especialmente cuando se monta en los cacharros y todo eso, sin embargo, cuando está de pie, cogido de la mano de algunos de mis padres y escucha un petardo, un grito, una sirena o cualquier cosa que sobresalga de volumen, aunque sea un hombre vendiendo una muñeco Bob Esponja, entonces, cuando ésto ocurre, rápidamente pide que le cojamos en brazos, y cuando está en el carro no quiere bajarse, se hunde agachando la cabeza, incluso a veces se tapa la cara. ¡Valiente miedica!

Por mi parte, me he montado en muchísimos cacharro, tantos que no podría recordarlos todos, pero ahora mismo puedo recordar que me he montado en un dragón, en un coche, en un autobús, en un barco, en un saltamontés y en muchas cosas más, en serio, y algunas veces más de una vez.

Fuimos dos días seguidos a la Feria, al tercero descansamos porque llovió y aprovechamos para comer, aunque yo nos los prové, unos callos que hizo mi abuela Pepi, y el cuarto día, es decir ayer, me encontré un poco pachucha desde por la mañana y vomité hasta cinco veces, por lo que nos quedamos en casa, pero hoy ya me encuentro mejorada y veremos qué pasa.


sábado, 9 de octubre de 2010

Celebrando el cumpleaños de Miguel

Llegó el comienzo de la Feria, y por lo tanto el cumpleaños de mi hermanito Miguel, que cumple siempre el primer día de las fiestas. Eso significa que mis padres no trabajan el día de su cumpleaños y podemos celebrarlo a lo grande.

Primero celebró su cumple en la guardería -la misma a la que fui yo cuando era pequeña-, llevando chucherías para todos y bailando en corro con sus compañeros y cantando cumpleaños feliz muchas veces, hasta quedar agotado.

Después lo celebramos en el parque junto a nuestra casa, donde también los he celebrado yo mis años anteriores. Es un sitio estupendo. Está junto a un parque donde hay columpios, toboganes y muchas cosas más. También hay un bar donde los mayores pueden tomar cerveza y comida, mientras los peques tomamos zumos y hamburguesas con patatas, luego, casi al final, cuando ya es totalmente de noche sacamos una tarta para todos y una vela con el número dos para que Miguelito la soplara, como así hizo y bien pronto que la apagó.

Pero por si todas estas celebraciones fuesen pocas, todo ocurrió antes de su verdadero día de cumpleaños, que éste sí que nos fuimos a la Feria de verdad. Yo vestida de gitana, mi hermano de corto y mamá también de gitana. Primero fuimos a almorzar un montón de amigos todos juntos y luego a los cacharritos. ¡Sí, los cacharritos! ¡Cuánta diversión!

martes, 5 de octubre de 2010

La oreja

Siguen pasando los días y cada vez está más cerca el inicio de la feria y también el cumpleaños de mi hermanito. Ya va a cumplir 2 añitos y aunque él se cree muy mayor y quiere hacer cosas de mayores, como beber en un vaso de cristal o comer solo con tenedor, todavía es muy pequeñín y hay muchas cosas que ha de aprender.

Yo le digo que para aprender me ha de escuchar pero Miguel no es muy paciente, ni se está quieto el tiempo suficiente para que yo le explique cosas. Supongo que con los años se irá calmando porque por ahora está muy intranquilo. Tan nervioso es que papá para que se tranquilice y haga lo que se le dice hay veces que le tiene que tirar de la oreja. No le gusta nada que le tiren de la oreja. En eso sí que nos parecemos.

sábado, 2 de octubre de 2010

Tareas

Están pasando tantas cosas que no sé por donde empezar. Como ya sabéis hace tiempo que he comenzado el colegio, y aunque he faltado una semana completa porque estaba malita, una vez que he vuelto me he visto completamente envuelta en cantidad de actividades. Este curso en el colegio tengo una clase de gimnasia los viernes, sí como las que yo he visto algunas veces en los dibujos. Mi primera clase de gimnasia ha sido divertidísima y muy entretenida y ya estoy deseando que llegue el viernes que viene, aunque a mamá no le hizo mucha gracia ver cómo puse toda mi ropa de deporte. Sucia, sucia, sucia, y es que estando mucho rato tirados por el suelo y eso, es muy difícil no manchar la ropa. También he retomado mis clases de inglés y estoy apunto de iniciar otras de baile. Ya veis lo ocupada que voy de un lado para otro durante toda la semana.

Por otro lado mi hermanito Miguel está aprendiendo a hacer pipí en el orinal. En la guardería ya lo ha conseguido pero en casa sólo una vez, y es que en la guardería ve cómo muchos niños lo hacen mientras que aquí, en casa, no le hace mucha gracia, pero a base de premios lo está consiguiendo.

La mala noticia es que yo no estoy llevando bien eso de no hacerme pipí por las noches. Comencé muy bien pero anoche, por ejemplo, me hice pipí en la cama dos veces... vaya tarea para mamá, que es la que se encarga en casa de lavar la ropa!

martes, 28 de septiembre de 2010

El orinal

¡Ya estoy yendo al colegio! ¿Verdad que es increíble? Pensaba que nunca llegaría el día en el que pudiese ir al cole. Me encanta ir al cole, sobretodo porque puedo jugar con mis amiguitas y porque el cole, en realidad, es muy divertido. Durante las clases hacemos muchas cosas que me gustan como pintar con pinturas, colorear, cantar, bailar... podéis imaginar que ir al cole sólo tiene un inconveniente que es que te tienes que levantar temprano para llegar a la hora. Además como mis padres han comenzado a la vez que nosotros con el trabajo pues ahora las mañanas son un poco, cómo decirlo, un sin parar ni descansar.

Miguel también está yendo a la guardería y también se lo pasa en grande. Se pone muy contento cuando ve que le están poniendo el uniforme de la guardería. Le gusta a pesar de que ayer un compañero le mordió. Tuvieron una de las suyas, ya imagináis, Miguel repartiendo tortas, supongo, y el otro niño le mordió cerca del cuello. Pero no ha sido nada. Coloradito y nada más como dice papá.

Hoy ha sido el primer día que mi hermanito ha hecho pipí en el orinal. Sí, en serio, ¡y tres veces!. Tiene unos pañales nuevos que se suben y se bajan, les llaman pañales bragita, que en principio yo no comprendía cómo mis padres le ponían a mi hermano bragitas, pero es sólo un pañal que se sube y se baja y sirve para empezar a aprender a hacer pipí. A ver como va. Por lo pronto ya ha hecho pipí en la guardería y en casa ya tiene preparado su orinal.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Todo va mejor

Vuelvo a estar mejor y aunque no estoy del todo recuperada ya lo estoy casi. Hace dos días que no tengo fiebre, lo que es la mejor señal, pero todavía no tengo mucho apetito porque sigo teniendo algo de diarrea, tampoco mucho pero tengo. La fiebre me ha durado más de siete días y habré perdido alrededor de 3 Kg, que en alguien que pesaba 25 Kg es bastante.

Ayer almorcé unas patatas fritas con croquetas, que era lo único que me apetecía, y mis padres me dejaron tomarme un cremoso helado de nata, pero no fui capaz de tomármelo entero.

En cuanto a mi hermano, decir que este fin de semana le hemos hecho unas fotos de carnet para la guardería y que ha salido guapísimo. Papá ha guardado una de las fotos en su cartera, así como mamá, y tenemos guardadas unas para los abuelos. ¡Qué graciosillo!

Mañana si no pasa nada voy a volver a ir al colegio. ¡Ya tengo ganas!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Perdiendo peso

Sigo pachucha, ayer también tuve fiebre por la tarde y por la noche, así que hasta el lunes no voy a ir al colegio, de manera que pueda recuperarme del todo. Me da pena porque echo de menos a mis amigas que llevo una semana sin ver. Durante la noche mis padres tuvieron que cambiarme el pijama porque estaba chorreando de tanto sudar. Y de tanto sudar y tan poco comer se me nota, y mucho, que he perdido peso. Ayer, por ejemplo, para cenar tan sólo quise tomarme medio yogourt blanco y un vaso de agua. Mis padres me han comprado Aquarius pero no me gusta y no quiero probarlo. No tengo ningún apetito.

Miguel aunque no tiene este virus tan malo tampoco está del todo bien. Tiene mocos y mucha tos, especialmente por las noches. De tanto toser se despierta y llora, despierta a todos menos a mí, que tengo el sueño muy profundo y así nadie descansa en condiciones. Esperemos recuperarnos pronto porque ya se acerca la feria y no me la quiero perder.

Papá ya está recuperado y mamá sigue fuerte como siempre.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Virus y tortas

Las noticias de esta semana no son del todo buenas, aunque alguna sí que hay. Mi abuela Pepi, y yo caímos enfermas las primeras, luego se sumaron Natalia, tita Ana, mi padre, el abuelo Miguel y mi madrina, el resto, incluido mi hermano, se salvan de puro milagro.

Los primeros síntomas son una fiebre alta, un cansancio general con dolor de cabeza, mucho sueño, y diarrea, algunos también vómitos. Se ve que en nuestra estancia todos juntos en la casa rural además de coger unos kilitos de más también cogimos un virus de sobra. Por eso esta semana no he ido al colegio, me he ido quedando en casa de mis abuelas. Primero en casa de mi abuela Pepa durante tres mañanas y el jueves en casa de mi abuela Pepi. Papá sí ha ido a trabajar, aunque no tenía buen aspecto.

Por otro lado, mamá y Miguel están en forma. Mamá incluso haciendo aerobic, pues se ha apuntado este mes, y Miguel, ¿qué decir de Miguel? Mari Palma, su seño en la guardería, dice que le ha metido mano en la guardería a todos los niños y a los que no son tan niños, que con lo chico que es, parece increíble la fuerza que tiene y lo difícil que es atraparlo. Dice que lo castiga pero que ni llora, que se cruza de brazos poniendo el morro torcido y que cuando alguien se le acerca, ¡zas!, tortazo que le da. ¡Vaya mano más larga que tiene! Aun así dice que también es muy gracioso y cariñoso, que se acerca y la abraza y da besos. Y que se rie mucho y que no para en todo el rato de pasárselo bien.

Papá dice que cuando lo lleva a la guardería entra sin ningún problema, que da un beso y dice adiós y mira con cara rara a los demás niños que lloran porque no quieren entrar en la guardería.

Ayer mamá lo llevó a cortarse el pelo y se portó muy bien, parece que le gusta que le corten el pelo. ¡No es nadie!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Celebrando a pares

Este fin de semana lo hemos pasado en Villanueva del Trabuco, pero en esta ocasión no hemos ido con los amigos de mis padres, ni con los titos hermanos de mi mamá, sino con los titos por parte de mi papá, además de mis abuelos Pepi y Miguel y mis padrinos. Lo he pasado superbien aunque ha sido una lástima que el tiempo ha estado algo revoltoso, de manera que no hemos podido disfrutar, como nos hubiese gustado a todos, de la piscina. Lo hemos pasado bomba y nos hemos divertido mucho con la estancia allí, así como de las comidas, y de jugar con mi prima y mis titos y padrinos. A pesar de que el agua de la piscina estaba verdaderamente congelada. Tanto que una vez dentro sólo pensabas en salir, todos menos mi prima Natalia que debe tener la sangre de horchata.

Lo hemos pasado en grande, especialmente yo, porque aunque estábamos celebrando, por segunda vez, el cumpleaños de mi abuela Pepi, también recibí regalos, porque coincidió que mientras pasábamos el fin de semana en la casa rural fue mi santo. ¡Jo, cuántos regalos recibí! ¡Y todos estupendos! Ya estoy loca por volver el año que viene, pero, eso sí, un poco más en el verano.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El cumpleaños de mamá

El martes pasado fue el cumpleaños de mi madre, por eso, antes de acostarnos el lunes, le dimos sus regalos. En esta ocasión yo no sabía qué era lo que habíamos regalado a mami, porque fueron papá y Miguel los que compraron los regalos.

Pero la verdadera celebración la realizamos el martes al mediodía, cuando mi madre vino a recogerme al colegio, justo un momento antes de entrar al comedor. ¡Qué bien! Fuimos juntos con los abuelos Pepa y Felipe a almorzar pescaditos fritos. ¡Me encantan los boquerones fritos! Desde el restaurante dimos un corto paseo por el paseo marítimo hasta llegar a una heladería donde me pedí un helado que me sentí incapaz de terminar.

Como mamá tenía que trabajar también por la tarde, a pesar de ser su cumpleaños, me quedé en casa de los abuelos. Cuando mamá salió del trabajo, ya bien tarde, nos recogió y volvimos a nuestra casita, donde me esperaba mi cama favorita. Uhm...

lunes, 13 de septiembre de 2010

Estamos en marcha

¡Ya estamos otra vez rodando! Y no es que estemos en una película, ni mucho menos, sino que ya estamos en marcha. Mis padres trabajando, yo en el cole y Miguelito en la guardería. Hoy ha sido el primer día, en mi vuelta, que he almorzado en el comedor. Todo ha ido bien, incluso para Miguel. Bueno... para Miguel y para todos.

Miguel sigue tomando los antibióticos pero está muy mejorado, casi no tiene tos y los mocos van a menos. Se le nota la mejoría con sólo mirarlo. No para en todo el rato, va corriendo de un lado para otro con una sonrisa de oreja a oreja, pero en cuanto te despistas y lo pierdes de vista un momento, es porque ya la está liando. Así es.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Recordando

Finalmente, como Miguelito no ha mejorado, al menos no como esperábamos, mis padres han tenido que darle antibióticos. Esperemos que mejore pronto y vuelva a ser el mismo de antes, porque está un poco apagado, no tiene el mismo ánimo, y anda todo el rato alrededor de mis padres pidiéndoles que le cojan en brazos. Cuando la hace efecto la medicación vuelva a la normalidad y regresa a ese estado continuo de movimientos de un lado para otro, pero en cuanto desaparecen sus efectos se pone meloso y quejica de nuevo. Pobrecito.

Yo, en cambio, estoy muy contenta porque he ido al cole, algo más tarde por ser el primer día, pero ya he visto a la mayoría de mis amigos. Antes de ir al cole, mientras desayunaba en la cocina, pasé un buen rato recordando todas las cosas que he hecho para contárselas a mis amigas. ¡Jo, cuántas cosas he hecho! He ido al cine, a la playa, al chiringuito, al parque, a cumpleaños... y sobre todo, me he tomado muchísimos helados. ¡Me encanta el verano!

He puesto una foto donde se puede ver lo bien que lo pasamos mi hermano y yo cuando nos dejan un ratito pequeñín a solas en el salón. A mis padres no le hace mucha gracia ver el salón de esta manera, pero al escandaloso de mi hermano sí que le gusta tocar la trompeta. ¡Tampoco es para tanto!

jueves, 9 de septiembre de 2010

El sueño profundo

Esta pasada noche parece que Miguel no ha tenido la fiebre tan alta como en días anteriores, pero sigue con el cuerpo tonto. Anoche, para nuestra sorpresa, se tomó el biberón entero de un solo tirón, sin insistirle ni nada, pero cuando estaba dormido le entró esa tos tan tonta y pesada que arrastra los mocos y se le vinieron hacia arriba y vomitó. Echó, al menos, medio biberón. Yo estaba dormida y no me enteré, pero mis padres tuvieron que cambiarlo de arriba abajo, incluso le dieron un baño rápido, que sirve para bajar la fiebre y para quitarle el olor a vómito. También tuvieron que cambiar la ropa de cuna. Todo eso con la luz encendida y yo acostada en mi cama, justo a su lado, sin enterarme de nada. ¡Vaya sueño profundo que tengo!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

70 años

El lunes por la noche mi hermanito parecía tener fiebre, y cuando mamá le puso el termómetro se confirmó la sospecha. Tenía en la frente algo más de 38º, por lo que mis padres no lo llevaron a la mañana siguiente a la guardería y se vino conmigo a casa de mi abuela Pepi.

En casa de mi abuela Pepi era un día especial porque mi abuelo cumplía 70 años, casi nada, y teníamos prevista una celebración en un restaurante para cenar por la noche, con tarta incluida. ¡Qué ilusión! Pero antes de irnos nos duchó la abuela para que mis padres pudieran darse prisa para llegar al restaurante.

Miguel parecía que mejoraba y pudimos ir. Todos lo pasamos genial, especialmente el abuelo, que aunque le tocó pagar la cuenta, estaba muy feliz y contento de tenernos a todos cerca de él en un día tan especial. Recibió muchos regalos y se le veía muy feliz, pero tenía la pena de que a mi hermanito Miguelito parecía que le subía la fiebre, así que hoy tampoco ha ido a la guardería y hemos ido juntos a casa de mi otra abuela, Pepa, mientras mis padres están en el trabajo.

Esta tarde mamá lo llevó al pediatra y el médico dijo que Miguel tenía la garganta muy irritada y que si no bajaba la fiebre esta noche, y mañana sigue igual, le tienen que dar antibióticos. Esperemos que no sea necesario y se recupere pronto.

Yo estoy segura de que se va a recuperar pronto y, además, lo va hacer sin la ayuda de los antibióticos, porque Miguel es muy fuerte y tiene muchas ganas de jugar. Y papá dice que eso es una muy buena señal. El pobre ya se ha perdido dos días de guardería, esperemos que mañana esté mejor.

Yo sigo apurando mis últimos día de vacaciones, pero ya estoy ansiosa por empezar en mi nuevo curso. ¡Qué ganas!

domingo, 5 de septiembre de 2010

De boda en boda

Poco a poco las vacaciones se nos van yendo, casi sin darnos cuenta, a pasito corto. Mamá ya está trabajando, aunque ella, en realidad, nunca ha dejado de trabajar; papá está a punto de volver al trabajo; Miguel ya ha comenzado, y yo, siendo sincera, ya tengo ganas. Y es que tengo ganas de contarles a mis amigas del colegio todas las cosas tan emocionantes que he hecho durante el verano.

Este fin de semana precisamente hemos estado muy ocupados, y no he echado a nadie de menos porque como mis padres han tenido dos bodas seguidas, una el viernes y otra el sábado, al final nos hemos quedado una noche con unos abuelos y otra noche con otros. De modo que mis padres así pueden disfrutar plenamente de la celebración, porque aunque yo me porto bastante bien, no puedo asegurar lo mismo de mi hermano, que está hecho un prenda, o un diablillo, o un demonio, o un bicho, o cualquier cosa que no para de ingeniarse juegos que no están para nada bien. Así que como mis padres tienen la suerte de poder dejarnos a los abuelos, pues eso, que nos quedamos con los abuelos, que nos miman mucho y están muy pendientes de nosotros. ¡Cuánto quiero a mis abuelos!

jueves, 2 de septiembre de 2010

Una hora y media

Hoy ha vuelto Miguel a ir a la guardería. Era su segundo día y le tocaba quedarse una hora y media. Lo está haciendo de manera gradual, que quiere decir poco a poco. Los tres fuimos a acompañarlo. Llamamos al timbre, nos abrieron la puerta, Miguel entró y no miró hacia atrás. Se fue directo con los otros niños muy contento. Mientras él se quedaba allí, nosotros fuimos a desayunar. Nos acordamos mucho de él. Todos pensábamos que echaría de menos estar con Miki, y seguro que la echa de menos, pero lo está llevando bien, y es que Miguel da pasos de gigante, o eso dicen mis padres, pero yo no lo veo del todo así.

Cuando volvimos estaba empapado en sudor de no parar. La señorita dice que es muy participativo, y que presta mucha atención pero que no es muy obediente, pero que todavía es pronto. Y es que yo creo que Miguel está un poco mimadito con eso de que es el chiquitín de la casa. Pero por lo menos ha tenido un inicio de guardería muy bueno, porque cuando entramos había muchos niños llorando, algunos casi todo el rato, y Miguel pasa por el lado y los mira sin saber qué les pasa.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

45 minutos

Hoy ha comenzado mi hermano Miguel a ir a la guardería. Ha sido su primera vez. Iba muy gracioso con su uniforme, o al menos así me lo parecía a mí. No tenía mucha idea de lo que le esperaba allí ni nada de nada, pero una vez en la puerta entró el primero, sin mirar atrás, por delante mía y de mis padres. Vio una casita de juguetes y se metió, sin pensárselo, porque Miguel es así, muy atrevido y lanzado, a veces, incluso, demasiado.

Nos fuimos de allí dejándolo con los demás niños y no pareció darse cuenta, enseguida mis padres se asomaron por la ventana redonda de la puerta y vieron cómo Miguel le estaba quitando un tractor a un niño que había allí. ¡Vaya bicho!

Como era el primer día de adaptación de Miguel en la guardería, tan sólo tenía que estar allí 45 minutos, por lo que aprovechamos ese tiempo para hacer unas cosillas. Primero fuimos a lavar el coche y después a recoger un encargo de la farmacia.

Cuando volvimos los niños estaban en el patio y, ¿sabéis qué es lo que estaba Miguelito haciendo? Pues estaba jugando a la pelota, pegándole patadas, con dos niños más y en cuanto un niño la cogía, él se la quitaba, la tiraba al suelo, patadón y a correr de nuevo.

martes, 31 de agosto de 2010

Mi secreto

Hoy que casi todo el mundo está para arriba y para abajo, maletas para un lado y para otro porque se acaban las vacaciones de unos o empiezan las de otros, os voy a contar un secreto. Me pongo un poco colorada cuando lo digo pero así es, y no puedo evitarlo. Soy un poco vaga, que es más o menos que me gusta mucho quedarme en el sofá tumbada, o tirada por el suelo o todo lo que tiene que ver con moverse poco. Soy así. Cada uno es como es y no me importa decirlo. Mi hermano por el contrario no le gusta nada estarse quieto, ni siquiera una "mijita" de nada. Yo me levanto por las mañanas de la cama y si no acompaño a mi padre a comprar el pan es porque me tengo que levantar. Hay veces que, por ejemplo, tengo hambre y la comida está en el plato, lista para que le eche el diente, pero por no coger el tenedor y hacerlo yo sola espero a que mis padres me lo den en la boca. ¿Qué le voy a hacer si soy así?

Mi tita Rosi me dijo, el domingo pasado, cuando salíamos de la playa en dirección al coche, e iba yo arrastrando mis pesados pies, medio doblada del cansancio, que mis padres me iban a tener que apuntar a algún deporte. ¿Sabéis que le contesté? Que ni se les pasara por la cabeza, porque yo lo que prefiero, y es, además, lo único que estoy dispuesta a hacer, pintar, colorear y cosas de esas que son sentaditas. Y digo yo que en una casa con que haga deporte uno ya es suficiente ¿no? Pues que lo haga Miguelito, que siempre está dispuesto.

viernes, 27 de agosto de 2010

Un día playero

Seguimos de vacaciones y cada día hacemos nuevas actividades. El miércoles fuimos junto con nuestros amigos Juanfra, Lidia y Elena a pasar el día en la playa. Papá, Miguel y yo nos vestimos los tres con las camisetas que mis padres trajeron desde el Oceanográfico de Lisboa. ¡Qué divertido, los tres vestidos igual! Llegamos tempranito, para poder plantar nuestras sombrillas en un sitio cerca de la orilla, para que tanto papá como Juanfra no tuviesen que hacer mucho ejercicio para llenar la bañerita. Estuvimos todo el rato en remojo. Cuando no estábamos dentro de la bañerita estábamos en la orilla o dentro del mar. Jugamos mucho con la arena, haciendo castillos, murallas y cosas así. Elena y yo jugábamos juntas y Miguel hacía todo lo que veía que nosotras hacíamos, aunque a veces, no exactamente como queríamos.

Cuando llegó la hora del almuerzo fuimos al chiringuito a tomarnos una paella, pero antes pedimos unos espetos de sardinas. Yo me comí cuatro sardinas y casi no me quedó espacio para nada de arroz, aunque sí dejé un pequeño hueco para un Frigopie. Miguel también comió sardinas, pero para cuando llegó la paella ya estaba dormido, y durmió más de dos horas seguidas de siesta!

Estuvimos en la playa hasta que se fue el Sol y los sustituyó la sombra, entonces sí que recogimos todas nuestras cosas y nos fuimos a casa, y cuando llegamos estábamos todos muy, pero que muy cansados...

martes, 24 de agosto de 2010

En buenas manos

Hace ya varios días que no escribimos en nuestro blog y es que hemos estado fuera de casa durante unos días, porque como estamos de vacaciones, mis padres han aprovechado y se han ido de viaje, por lo que tanto mi hermanito Miguel como yo nos hemos quedado con los abuelos. Primero en casa de mis abuelos Pepi y Miguel nos quedamos tres noches, luego en casa de mis abuelos Pepa y Felipe otros dos.

Mis padres se fueron de viaje a Lisboa y a nosotros nos hacía mucha ilusión quedarnos con los abuelos. Puedo decir que, en general, nos hemos portado bastante bien porque no nos hemos puesto malos, ni hemos liado una buena, ni nada por el estilo.

Un día estuve con mis titos Paco y Ana María que me llevaron a mí, no a Miguel, a su casa con Natalia. Me lo pasé muy pero que muy bien pero al día siguiente también me lo he pasado a lo grande. Mis padrinos MariCarmen y José, junto con mi prima Natalia fuimos a almorzar a una hamburguesería y después vimos una película en el cine: Toy Story 3 y también estuvimos en la piscina. ¡Imaginad cuánta diversión! ¡Jo, qué bien me lo pasé!

Mis abuelos Pepa y Felipe también me han llevado a muchos parques junto con mi hermano. Y es que mis padres se fueron sabiendo que nos dejaban en muy buenas manos.

Mis padres, mi hermanito y yo, queremos desde aquí agradeceros a todos lo muy atentos que habéis estado con nosotros y que gracias a eso mis padres han podido disfrutar más tranquilos.

¡¡Gracias a todos!!

lunes, 16 de agosto de 2010

El ascensor

El sábado nos llevamos un buen susto. Especialmente mamá, o incluso más todavía mi hermano Miguelito. Después de haber pasado la noche en casa de los abuelos Pepi y Miguel, en la que, por cierto, me porté estupendamente, cosa que no puedo decir de Miguel, volvimos a casa, aunque papá se quedó en el paseo marítimo con sus amigos Alex y Manu. Una vez en casa, mamá nos vistió y ya nos disponíamos a irnos a una visita a casa de un tito de mi madre cuando estando en el ascensor, no sabemos cómo pero Miguel acertó a meter la mano entre las puertas plegables del ascensor cuando se estaban abriendo. La puerta se bloqueó y Miguel empezó a llorar y mamá se puso nerviocísima y durante unos momento vivimos un estado de pánico. De alguna manera entre mamá y Miguel consiguieron sacar los deditos del pobre Miguel. Y es que con Miguel hay que tener mil ojos porque tiene dos manos aquí ahora pero al instante las tiene allí, pero un segundo después en otro sitio. Es así.

Por suerte sólo fue un susto. Los dedos los mueve muy bien y parece que no le duelen. Pero el susto en el cuerpo de los tres no nos lo quita ya nadie.

viernes, 13 de agosto de 2010

El cumpleños de mi abuelo Felipe

Ayer fue el cumpleaños de mi abuelo Felipe y fue un día verdaderamente especial.

Por la mañana nos despertamos tempranito, pero no mucho, sobre las nueve y veinte. Desayunamos y nos preparamos para irnos a la playa. Vinieron con nosotros mis abuelos Pepi y Miguel, más tarde también vinieron mis otros abuelos Pepa y Felipe. En cuanto llegó felicité a mi abuelo y le di un buen beso de cumpleaños. El mar estaba estupendo, casi sin ninguna ola, y el agua estaba estupenda para bañarse, incluso había una leve brisa que hacía todavía mejor eso de estar en la playa.

Os podéis imaginar lo bien que lo pasamos en la playa. Mis padres llevan nuestra gran piscina, la inflan y la llenan de agua. Sacamos todos nuestros cubos, palas, rastrillos, castillos y no paramos de jugar. A mi hermano le encanta entrar y salir, llenarse las manos de arena para luego enjuagarselas. A mí también me gusta todo eso y además me gusta hacer castillos y ayudar a mi padre a hacer un gran hoyo donde meter a Miguelito. La última vez hizo uno tan grande que cabía Miguel enterito. Volvimos a almorzar a la casa y pasamos toda la tarde tranquilos hasta la noche cuando fuimos a cenar a un restaurante donde el abuelo Felipe nos invitó por su cumpleaños.

El restaurante se llama La Farola y está en una plaza donde pudimos jugar a gusto. Miguel y Daniel no pararon de un lado para otro y menos mal que estaba yo allí para ocuparme de ellos porque si no... también jugué un buen rato con tita Cristina y David y fue la primera reunión "oficial" a la que vino Celia, que se portó muy pero que muy bien. ¡Está tan chiquitina y tan guapa!

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tres noches

El lunes cuando me desperté y mis padres vieron que no me había hecho pipí en toda la noche, se pusieron muy contentos. Estuve toda la noche sin pañal y mis padres me despertaron justo antes de ellos acostarse para que hiciese pipí, y luego otra vez alrededor de las cinco de la mañana, en la que protesté muchísimo pero que ahora me doy cuenta de que valió la pena.

Estaban tan contentos mis padres por no haberme hecho pipí encima durante la noche que decidieron que para desayunar fuésemos a la cafetería de nuestro vecino Pepe a tomarnos unos churros. Probé chocolate líquido, pero no me atreví a pedírmelo porque mi bebida favorita es el Colacao y no me lo quiero perder.

Papá ya está de vacaciones y lo estamos pasando genial. Ayer martes fuimos a la playa los cuatro y jugamos mucho. Muchísimo y después fuimos a comer a un restaurante donde me porté mejor que bien, así que luego me dejaron ver los dibujos hasta la hora de irme junto con Miguel y mamá a El Corte Inglés, donde nos esperaban mis titas Cristina y Rosi. Le compramos un regalo a mi abuelo Felipe que ya mismo cumple años. Pero es un secreto...

Ah, ya llevo tres noches seguidas sin hacerme pipí en la cama. ¡Lo estoy consiguiendo!

martes, 10 de agosto de 2010

Sin pañal

El sábado pasado volvimos a ir a cenar con nuestros vecinos Miki, Ignacio, Vanesa y Adrián. Fuimos a un restaurante que se llama Picasso y, la verdad, es que no me porté muy bien. En realidad no es que no me portara del todo bien sino que no cené mucho. La razón es que me encontraba muy nerviosa y distraída. Nos invitaron ellos a cenar y nosotros a ellos a tomar un helado. Dimos un paseo hasta una heladería y, después de esperar un ratito pequeño, nos sentamos en la terraza. Me pedí un batido de turrón con nata por encima, como también hizo papá, pero él se pidió además una horchata. Miguel estaba ya dormido en su carro y no los probó pero estaban buenísimos. En el camino de vuelta a casa, una vez montada en el coche, me quedé dormida en la segunda curva.

El domingo teníamos pensado ir a la playa pero como el mar estaba muy agitado, cambiamos la playa por la piscina de mi amiga Elenita. Papá vino a la piscina por primera vez este año con nosotros y pudo comprobar lo atrevido que es Miguel en la piscina. ¡Vaya si lo vió!

Por la noche del domingo acabamos reventados y nos dormimos muy rapidito y tempranito y yo lo hice además con el propósito de no hacerme pipí por la noche porque dormía sin pañal.

Os coloco una foto del "angelito" de mi hermano Miguel.

viernes, 6 de agosto de 2010

Mi nueva primita

Estos últimos días he pasado mucho tiempo hablando de mi nueva primita Celia. Preguntando cosas como sus apellidos, o qué come, o cuándo hablará y más cosas así. Miguel todavía va un poco a su bola, no hace muchas preguntas, simplemente corre de un lado de la casa para otro. Ya he visto a Celia dos veces y ya tengo ganas de verla tres. ¡Qué bonita cosa delicadita!

Por otro lado mi hermanito Miguel, el lunes pasado se llevó un buen porrazo en la frente. Parece ser que se tiró o se cayó desde lo alto de la mesa que hay frente al televisor y se dio un golpetazo contra el suelo en la frente. Casi antes de echar a llorar ya tenía un chichón que se podía ver desde la otra habitación. Papá estaba trabajando y mamá se llevó un susto de los buenos. Cualquiera le ponía hielo a Miguel en la frente. Ya lo tiene algo mejor pero todavía da cosilla mirarle la frente, y es que no guarda ningún cuidado.

El jueves fuimos a Málaga, a un médico que le mirara los pies a Miguelito, un traumatólogo. En realidad no dijo nada que ya suponíamos pero ahora estamos más tranquilos. Lo único que Miguel ha de hacer es andar descalzo por casa o por la arena o el césped. Ni medicinas ni inyecciones. Después mis padres nos compraron un globo a cada uno. No eran globos normales sino un hombre que hacía cosas realmente especiales con los globos. A mí me hizo una flor muy bonita y a Miguel la Pantera Rosa. ¡Qué divertido! Antes de volver, claro está nos tomamos unos heladitos de turrón en la Calle Larios.

lunes, 2 de agosto de 2010

Celia

Desde hoy lunes, a las cuatro y veinticinco de la tarde, está con nosotros mi nueva primita Celia. Ha pesado poco menos de tres kilos (2,970 kg) y es guapísima. Todo ha ido muy bien. Sus padres están muy contentos, especialmente tita Mª José, que ha sufrido lo suyo, aunque ha tenido un parto natural y al final seguro que ha valido la pena.

Celia es mi segunda prima. Primero tengo a mi prima Natalia, luego a mi primo Daniel y ahora a mi primita Celia. Aunque por ahí en medio anda Miguelito, que es como tres o cuatro primos juntos, por lo mucho que se mueve.

Cuando papá volvió del trabajo fuimos a visitarla al hospital, fuimos todos menos Miguel que se quedó con Miki, y es que Miguel es muy chico para ir allí, y no sabe todavía portarse tan bien como yo. Nació en la Clínica Gálvez, en el mismo sitio que nacieron mi hermanito Miguel y mi padre.

Cuando la vi me pareció muy, pero que muy chiquitita y muy guapa. ¡Y ya tiene mucho pelo! Cuando mis padres me dijeron que yo también fui así, de ese tamaño, no me lo creía. No puede ser. Mi mamá me ha estado diciendo que dentro de nada yo jugaré con Celia, y que me mirará con los mismos ojos que yo miro hoy a Natalia. No sé si creerla.

Sea lo que sea deseo felicidades a todos. A Celia por tener la suerte de venir a donde ha venido, a sus padres por tenerla, a los abuelos porque todo va a ser estupendo con una primita más, pero también a todos los primos y titos porque siempre es bueno tener noticias como ésta. Felicidades a todos.

domingo, 1 de agosto de 2010

En el Ku'damm

Continuamos con el fin de semana de traca. Ayer sábado fuimos con Miki, Ignacio, Vanesa y Adrián a cenar a un restaurante que hay cerca del puerto que se llama Ku'damm. Miki es la vecina que cuida de Miguelito por las mañanas, mientras mis padres están trabajando. Ahora comienzan sus merecidas vacaciones.

El Ku'damm es un restaurante alemán que a papá le gusta mucho porque ponen la cerveza bien grande, aunque también los platos de comida son grandes. Miguel se sentó entre Miki y mamá, en una trona, y se estuvo bastante quietecito para lo que en él es habitual. Y aunque parezca mentira se durmió en el carro. Yo aguanté toda la noche sin dormirme, bueno, más bien toda la cena, porque seguidamente fuimos a tomar unos helados a una heladería que había cerca del restaurante a los que nos invitó Ignacio, ya que era su santo y al momento su cumpleaños. Y es que Ignacio celebra un día su santo y al día siguiente su cumpleaños.

El helado estuvo buenísimo y si no me lo comí entero es porque tenía la barriga bien llena, pero papá me ayudó a tomarme el helado sin mucho rechistar. Me senté encima de papá y ya me acuerdo de muy poco más, pero, ¡qué bien lo pasamos!