Este fin de semana lo hemos pasado en Villanueva del Trabuco, pero en esta ocasión no hemos ido con los amigos de mis padres, ni con los titos hermanos de mi mamá, sino con los titos por parte de mi papá, además de mis abuelos Pepi y Miguel y mis padrinos. Lo he pasado superbien aunque ha sido una lástima que el tiempo ha estado algo revoltoso, de manera que no hemos podido disfrutar, como nos hubiese gustado a todos, de la piscina. Lo hemos pasado bomba y nos hemos divertido mucho con la estancia allí, así como de las comidas, y de jugar con mi prima y mis titos y padrinos. A pesar de que el agua de la piscina estaba verdaderamente congelada. Tanto que una vez dentro sólo pensabas en salir, todos menos mi prima Natalia que debe tener la sangre de horchata.
Lo hemos pasado en grande, especialmente yo, porque aunque estábamos celebrando, por segunda vez, el cumpleaños de mi abuela Pepi, también recibí regalos, porque coincidió que mientras pasábamos el fin de semana en la casa rural fue mi santo. ¡Jo, cuántos regalos recibí! ¡Y todos estupendos! Ya estoy loca por volver el año que viene, pero, eso sí, un poco más en el verano.
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