martes, 29 de junio de 2010

El cumpleaños de papá

Ya pasó el cumpleaños de papá y la entrega de sus regalos. Entre Miguel, mami y yo le hemos regalado una camisa rosa muy bonita, unos pantalones y un libro. Papá estaba muy contento y sorprendido, porque él dijo que no esperaba tantos regalos. También los abuelos Pepi y Miguel le han regalado unos tenis para jugar al pádel, porque los que tiene están un poco estropeados.

Lo peor del cumpleaños de papá es que no lo pasó con nosotros, sino que cogió un avión y se fue a un festival de rock a Londres con el tito Francisco. Papá dice que a Miguelito le hubiese encantado venir pero que quizás se hubiese quedado dormido, porque en el concierto tocó la música que siempre escucha Miguel para dormir, y no veas cómo se pone él cuando le ponen otra música. Dice que no, que no y que no. ¡Valiente es él!

Lo mejor de que papá se fuese es que cuando vuelve siempre me trae algún regalito. En esta ocasión me trajo una libreta de colores y unos rotuladores lavables, además de chocolatinas que me envió de tito Francisco. A Miguel un peluche de león, pero que Miguel trata como si fuese una pelota dándole patadas, aunque también lo coje y abre la boca haciendo como un león, pero no da nada de susto.

jueves, 24 de junio de 2010

El final, el mago y la pirata

Se acabó el curso. Todos los objetivos que tenía que cumplir durante todo el año, los he cumplido con creces, y por eso, en mi boletín de notas, en cada objetivo a realizar, justo al lado, pone conseguido. Todos estamos muy contentos: mis padres, yo, mis abuelos y titos y hasta mi señorita Toñi.

Ayer fue mi último día y aunque el curso que viene repetimos señorita y compañeros, estoy segura de que los voy a echar de menos a todos, especialmente a mis amigas Marta y María de Mar. Pasamos un día muy especial. Cuando todos ya estábamos en clase, después de haber entrado hasta la clase en fila india, de repente y de sorpresa vinieron los padres con un gran ramo de flores, pero grande de verdad. Un ramón de flores le dije a mi padre. También entre todos los padres se le regaló a nuestra señorita Toñi un marco digital, para que colocase la foto que todos tenemos con ella.

Después vino a visitarnos un mago, que hizo un montón de cosas mágicas, cambió pañuelos de colores, sacó ramos de flores de baritas mágicas y metía cosas en su sombrero que después desaparecían y volvían a aparecer. ¡Magia! Después vimos un teatro de marionetas muy divertido en el que había una mujer pirata que tenía un loro loco. Todo fue muy divertido.

martes, 22 de junio de 2010

Tortilla y colores

Ayer por la tarde, después del colegio, mientras Miguel dormía la siesta ayudé mirando a mi madre mientras hacía una tortilla de patatas gigante. Eché una mano desde el principio, pues cuando volvíamos del cole ya paramos en el Mercadona para comprar las patatas. La tortilla de patatas es una de las comidas que me encantan.

Pasamos la tarde preparando toda la casa para el segundo partido del Mundial de selecciones de fútbol. Papá estaba muy nervioso y yo un poco también. En casa estábamos mamá, Miguel y yo. Luego, primero llegó papá, seguidamente Ignacio y Adrián, después fueron llegando mis titos Chiqui, Rosi, David y Cristina, además del pequeñín de Daniel, que cada día anda más suelto. Poco después se unieron con nosotros Miki y Vanesa.

Todos comieron tortilla, y también todos tenían pintada la cara con los colores de la bandera de España. Fue un partido de muchos "huys", cada dos por tres gritaban todos al mismo tiempo "huy". Al final España ganó, que era lo importante, y papá ya está haciendo planes para el siguiente partido.

Churros, sardinas y Bob Esponja

Últimamente estamos todo el día muy ocupados, teniendo una agenda de lo más apretada. El domingo por la mañana el primero que se despertó fue Miguel. Todos estábamos dormidos a pesar de que eran algo más de las nueve de la mañana, pero mi hermanito empezó a gritar: ¡mamá... tete... suelo...! Una y otra vez, a grito limpio, y así ya no hay quien duerma. Entonces yo, también desde la cama, para acompañar a mi hermano a coro continué gritando: Quiero churritos, quiero churritos....

En cuanto Miguel escuchó la palabra churritos, comenzó a gritar. ¡bien, bien! Papá no tuvo más remedio que ir rápidamente a comprar churritos, y eso que no tenemos coche. Fue caminando pero volvió ¡corriendo!, para que los churros no se nos enfriaran. ¡Qué ricos estaban!

Después de desayunar fuimos Miguel, papá y yo a comprarnos unas sillas para la playa, y es que al saber que mi prima Natalia tiene su silla, me han entrado ganas a mí también de tener una. Y, por si acaso, le hemos comprado una también a Migui. Al volver a casa vinieron a recogernos en coche los abuelos Pepi y Miguel, y todos nos fuimos juntos a la playa.

Cuando estábamos en la playa llegaron tito Paco, tita Ana y Natalia. ¡Jo, cómo lo pasamos! A Miguel eso de bañarse en el agua no le hace mucha gracia, sobretodo porque el agua está fría, pero en cuanto se acostumbra, entonces no hay quien lo saque. Nos quedamos a almorzar en un chiringuito. Comimos sardinas en espeto, calamares,... y de postre un helado rosa en forma de pie. ¡Qué bueno estaba! ¡Invitó la abuelita Pepi!

Llegamos a casa y empezamos a prepararnos, sin perder un segundo, para ir al cumpleaños de Daniel, que no es mi primito, sino el hijo de Atkinson y Nerea, unos amigos de mis padres, que cumplió 2 añitos. ¡Es muy gracioso y guapetón! En el cumpleaños estaba ¡Bob Esponja!, bailando y repartiendo golosinas. Miguel no quiso ni acercarse, le daba miedo y a mí, en realidad, tampoco me hacía mucha gracia.

En el cumpleaños, que celebraron en su casa, había muchos niños, un castillo de aire para saltar, un parque de bolas, una pelota gigante y un cuarto entero de juguetes. Mi hermano encontró un Ferrari eléctrico, como el que tiene de la moto, pero en coche, aunque también había una moto igual que la que él tiene en casa de los abuelos. Muchos, muchos juguetes. Un cumpleaños genial. ¡Qué bien lo pasamos!

Al llegar a casa, fuimos directos a la cama.

lunes, 21 de junio de 2010

La fiesta fin de curso

El viernes fue mi fiesta de fin de curso, bueno, en realidad es la fiesta de fin de curso del colegio, pero para mí que es la mía. Las últimas semanas habíamos estado ensayando un baile de Grease, muy divertido. Todas las niñas nos vestimos igual, con falda de flores, pañuelo en el cuello y camiseta negra, mientras los niños también iban vestidos igual. Todos muy conjuntados.

Vinieron a ver mi baile mucha gente. Mis padres y Miguel, mis cuatro abuelos, mis padrinos y todos mi titos, menos mi tita Ana y mi tito Paco, porque coincidía que mi prima Natalia también tuvo la fiesta el mismo día, y ella también tenía que actuar, por lo que no pudieron venir. También vinieron Ignacio, Miki y Adrián, además de algunas de mis compañeras de clase, que, aunque no actuaron, sí vinieron a verme.

Desde allí, después de tomarnos unos refrescos, fuimos al parque que hay junto a mi casa, donde yo celebré mi cumpleaños, y nos quedamos a cenar allí. De repente me entró un sueño tremendo, un sueño que abrazaba mi cabeza de tal manera que estuve a punto de quedarme dormida sentada en una silla.

viernes, 18 de junio de 2010

Machacada

Estamos sin coche, por eso todo lo hacemos andando, y creedme si os digo, os aseguro, que andar es muy cansado. Ayer, por ejemplo, sin ir más lejos, tuve que ir al cole andando y sí, sé que es cierto que está bastante cerca pero es que luego tengo que tener fuerzas para jugar.

En el recreo hicimos un circuito por el patio, teníamos que subir al tobogán, tirarnos, correr hacia el otro más pequeño, subir corriendo, esquivar los cocodrilos que hay al caer justo a la derecha, correr para pasar por la cabaña donde nos montamos en los caballos y correr, sin que nos cojan los leones, hasta la pared para volver a empezar de nuevo. Yo lo hice, pero sólo una vez, le dije a mi seño que estaba muy cansada y que me dolía la barriga, pero es que después del colegio me recogieron los abuelos Pepi y Miguel y venga a andar hasta su casa, donde ya estaba mi padre.

Después de comer allí -pucherito, qué ríco estaba- llegaba mi prima Natalia y ahí sí que no paramos de jugar y pasárnoslo bien corriendo de un lugar a otro, y cuando ya no puedo más y vienen a recogerme, entonces hay que hacer la caminata más larga y cuesta arriba que hay: subir hasta nuestra casa.

Entré a mi casa -por lo menos subimos en ascensor- y me tiré en la cama completamente machacada.

martes, 15 de junio de 2010

Montada en una burra

Estoy que no paro exprimiendo los días desde el principio hasta el fin. Ayer, sin ir más lejos, nada más volver de nuestra escapadita rural tenía una excursión con mis compañeros de cole. Fuimos prácticamente todos de la clase en autobús hacia La casita de Martín, donde pusimos nuestro granito de arena para hacer artesanalmente unas galletas. Pusimos harina, huevo, azúcar y alguna cosa más que no me acuerdo, la pusimos en el horno y luego mientras esperábamos que se hicieran nos montamos en una burra. ¡Jo, qué divertido!

Jugamos por una granja, de un lado para otro. Todos llevábamos tenis y pantalones vaqueros o chándal, además de una gorra en la cabeza para que no nos diera el sol. Al volver a recoger las galletas estaban bien tostaditas. Me comí primero dos, y luego pude repetir y me tomé otras dos. ¡Qué ricas!

De vuelta en casa nos visitaron los abuelos Felipe y Pepa, pero estuvieron poco rato porque el abuelo quería ver la segunda parte del fútbol en su casa. Yo me quedé con papá en el sofá, agotada, viendo con él un poco de fútbol. Miguel también estaba con nosotros en el salón pero subiendo y bajando de la trona, subiendo y bajando del sofá y dándole patadas a los globos. Cuando el fútbol terminó llegó la hora de descansar, por fin, de tanto ajetreo.

lunes, 14 de junio de 2010

Sayalonga

Este pasado fin de semana hemos hecho una escapadita rural a Sayalonga. Nos montamos los cuatro en el coche y nos fuimos a una casa rural con muchos de nuestros familiares y amigos. Era una casa muy grande donde había hasta nueve dormitorios y cinco cuartos de baño, además de dos piscinas, aunque sólo usamos una, pero también había una pista de pádel, una mesa de ping pong y una de billar y un salón grande de verdad.

Lo pasamos genial. Yo jugué con todos, con mayores y pequeños, pero con quien más me gusta jugar es con Blanca, aunque también con Nacho, Gonzalo, Daniel y mi hermano Miguel, aunque no me olvido de mi tito David.

Sólo nos pudimos bañar en la piscina un día, el sábado, porque estuvo nublado y hacía frío. Incluso llovió el domingo por la mañana.

Me he hinchado de tomar helados, todos los días uno o dos, además de chocolate y muchas de las cosas que son mis comidas favoritas. He jugado a tantas cosas que no soy capaz de recordarlas todas.

Mi hermano Miguel también ha jugado mucho, casi no ha parado. Ha jugado mucho con Daniel y con Nacho y con Blanca y con todos, vamos, incluso también mucho con Inma, con la que hacía muy buenas migas, pero lo que llevaba peor era la hora del baño en la ducha. ¡Vaya manera de llorar!

Me lo he pasado muy bien pero es muy muy cansado. El sábado por la noche les dije a mis padres que me quería ir a dormir porque estaba tan agotada que no podía más.

jueves, 10 de junio de 2010

Descalzo por casa

El veranito se acerca y se aleja. Ahora hay días de playa y días de paraguas. Ayer, por ejemplo, estaba lloviendo, y me preocupo porque tengo planeada una excursión con mis compañeros de colegio y si llueve no podremos ir. Vaya desilusión me llevaría.

Ayer mis padres llevaron a Miguel a la podóloga y dijo que tiene una deformación extraña en los pies que hacen que el dedo gordo se le monte sobre los que están justo al lado. También dijo que ahora que tiene poco más de año y medio no se puede hacer nada porque está en crecimiento continuo. Tan sólo se le pueden dar unos masajes diarios de estiramiento para que consiga, poco a poco, volver a su sitio. Cuando sea más grande quizás sí se podrá hacer algo que lo solucione. Cuando la podóloga le masajeaba los pies a Miguel le gustó, no quería irse, el masaje que le dio le estaba gustando tanto que pedía más. ¡Qué gracioso!

También recomendó que andara descalzo sobre la arena y en casa solamente con calcetines, pero ahora en verano descalzo.

lunes, 7 de junio de 2010

Hasta la noche

Ya estoy totalmente mejorada, desde el mismo viernes por la tarde que ya dejó de dolerme la barriguita y fui al baño sin tener que darme mucha prisa.

El viernes vino a visitarnos a nuestra casa mi padrino. Tenía muchas ganas de vernos y nos trajo algunos regalos que sirven para animar a España para los partidos del mundial de fútbol. Estuvo tan sólo un rato chiquitín pero nos divertimos mucho.

Después Miguel y yo junto con papá fuimos a visitar a los abuelos Pepi y Miguel a su casa, pero la abuela no estaba. La esperamos mucho jugando en el salón mientras papá y el abuelo veían el tenis pero no volvió y nos tuvimos que ir, pero justo saliendo por la esquina de la calle la vimos. No pudimos estar mucho con ella pero al menos la vimos.

De camino de vuelta a casa recogimos a Alex, un amigo de mis padres, que vino con nosotros a cenar, y luego cuando Miguel y yo caímos deshechos en la cama, se quedaron todos viendo una película.

El sábado por la mañana fuimos Miguel, mamá y yo a la piscina que hay en la comunidad de tita Rosi. ¡Lo pasamos bomba! Miguel al principio no quería entrar en el agua, después no quería salir.

El domingo por la mañana fuimos los cuatro a la playa y lo pasamos genial. La primera vez que vamos este año a la playa de Fuengirola. Hicimos castillos en la arena, cogimos conchas de la orilla, nos bañamos con las siempre divertidas olas y almorzamos sentados en la arena, en realidad fue sobre una toalla, pero en la playa. Un bocadillo de tortilla de patatas riquísimo que mamá había preparado. Volvimos a casa para que papá viese el tenis y para prepararnos porque por la tarde teníamos el cumpleaños de mi amiguita Elena. ¡Cumplió tres añitos! ¡Qué bien lo pasamos! ¡Estuvimos jugando hasta que se hizo de noche!

En la foto podéis ver lo bien equipados que vamos a la playa y lo poco que le gusta a mi hermanito el agua fría del Mediterráneo.

viernes, 4 de junio de 2010

Mejorando

Ayer no fui al cole y me quedé en casa de mi abuela Pepa, luego, al acabar de trabajar mamá me recogió y fuimos a casa, donde papá estaba cuidando de Miguelito. Durante la mañana no había tenido vómitos pero sí había tenido diarrea. Como era el santo de mi padre, llegamos rápido y le dimos todos los regalos que teníamos guardados antes de que volviese al trabajo. Se le vió muy contento y satisfecho con los regalos recibidos.

Pasé la tarde en casa, mucho mejor que el día anterior, jugando con mis cosas. Por la tarde vino la abuela Pepa y el abuelo Felipe a hacernos compañía. El abuelo estuvo viendo el fútbol en casa pero papá tan sólo pudo acompañarle el final del partido porque llegó tarde del trabajo.

Como era el santo de papá cenamos en el salón y después nos acostamos a dormir. Me dormí bien rápido mientras escuchaba a Miguel haciendo sus típicos intentos para dormirse.

miércoles, 2 de junio de 2010

Pachucha sin descanso

Hoy ando un poco pachucha, con mal cuerpo y pocas ganas de nada. Ya ayer no tenía muchas ganas de desayunar y me fui al cole arrastrando los pies. Una vez allí conseguí rehacerme y aguanté todo el rato, a pesar de que a media mañana vomité. Por eso mi madre me recogió antes de ir al comedor.

Una vez en casa apenas almorcé y me eché una siestecita. Me desperté mejor pero casi no cené. De pronto me vino diarrea y, desde ese momento, sólo deseaba dormir, que es como mejor me recupero.

Miguel, sin embargo, parece tener una energía desbordante, no para ni un minuto, no le gusta sentarse a ver los dibujos. A veces se sienta conmigo en el sofá, pero no dura nada. Pasa todo el rato moviendo el moviliario de la casa. La silla del ordenador la lleva de un lado para otro, las sillas de la cocina igual. Si no hace eso está tocando la trompeta o la armónica o apagándo la tele. Ni descansa, ni deja descansar, por eso tiene todas las piernas y brazos llenos de rasguños y cardenales.