martes, 30 de agosto de 2016

¡En Disneyland París!

Sí, parece increíble pero no lo es, o sí, bueno, da igual. La cosa es que hemos estado en Disneyland París y ha sido súper súper súper chulísimo. Primero estuvimos en París cuatro días y después otros cuatro días en Disney. Ha sido muy cansado pero también muy divertido. No hemos parado de ver cosas, desde bien temprano hasta bien tarde. Hemos hecho muchísimas cosas como podéis imaginar y todas muy divertidas.

De París todo nos ha encantado. A mí me ha gustado mucho la entrada al Louvre, toda la plaza, los jardines, la pirámide de cristal, el arco del triunfo del carrusel, la simetría de los edificios. Todo era precioso. A Miguelito lo que más le ha gustado ha sido la torre Eiffel. Por primera vez quería hacerse fotos él solo, para enseñárselas a sus amigos por whatsapp. También nos encantó un tobogán de cinco plantas por el que nos tiramos. ¡Era espectacular! Subíamos por un ascensor y no parabas de dar vueltas. ¡Chulísimo!

En París tomamos tortitas con nutella, crêpes de distintas formas, batidos, helados y bastantes hamburguesas con patatas fritas. Una cosa que nos encanta a mi hermano y a mí es montarnos en medios de transportes distintos. Furgonetas, aviones, funiculares, metros, autobuses descapotables de dos plantas, los Bateaux Mouches incluso en pasarelas mecánicas y ascensores inclinados como los que suben en la torre Eiffel. Nos encanta montar en cosas distintas.

Disney es un lugar perfecto para los niños. Atracciones por todas partes, a cada cual más chula, comidas sabrosísimas. Todo decorado pensando en los niños. Había pasacalles y un espectáculo final cada día que te quedabas con la boca abierta sin poder evitarlo. Lo pasamos genial. Aquí os dejo un par de todos y os iré contando más cosas conforme se me vayan ocurriendo. ¡Qué lastima que todo ya acabó!


lunes, 15 de agosto de 2016

En el Bosque y Grazalema

Pocos días después de regresar de la casa rural de Teba, casi con el tiempo justito para deshacer las maletas, lavar la ropa y volver a llenarla, nos fuimos de nuevo esta vez a El Bosque, en la provincia de Cádiz, a un hotel rural que ya conocemos bien, el hotel Las Truchas. Sólo íbamos a pasar el fin de semana, es decir, dos noches pero tres días, que no es poco. Más que suficiente para pasarlo bomba. Y más cuando no íbamos solos sino que también estaban nuestros amigos Sagrario y Miguel con sus tres hijos: Dani, Jaime y Gabriel.

La mayor parte del tiempo lo pasamos jugando en la piscina, con la pelota de agua, o con las pistolas de agua, bien equipados con las gafas de natación, pero también jugamos al parchís, y al billar. Y un día fuimos de excursión por el sendero del río Majaceite, estuvo muy divertido. La única cosa mala fue que de repente empezó a sangrarme en abundancia la nariz. No es algo que me ocurra muy a menudo, pero me ocurre. Por suerte no estábamos muy lejos de un albergue y allí encontramos un baño donde poder curarme.
  
En el fin de semana no sólo descansamos sino que también disfrutamos de lo lindo de la gastronomía típica de la sierra de Cádiz. De remate -como dice mi abuelo Felipe- hicimos una parada para almorzar en Grazalema, en el camino de vuelta. Es un pueblo donde mi madre pasó cursos completos dando clases. Mis padres tienen bonitos recuerdos de aquella época.