jueves, 2 de septiembre de 2010

Una hora y media

Hoy ha vuelto Miguel a ir a la guardería. Era su segundo día y le tocaba quedarse una hora y media. Lo está haciendo de manera gradual, que quiere decir poco a poco. Los tres fuimos a acompañarlo. Llamamos al timbre, nos abrieron la puerta, Miguel entró y no miró hacia atrás. Se fue directo con los otros niños muy contento. Mientras él se quedaba allí, nosotros fuimos a desayunar. Nos acordamos mucho de él. Todos pensábamos que echaría de menos estar con Miki, y seguro que la echa de menos, pero lo está llevando bien, y es que Miguel da pasos de gigante, o eso dicen mis padres, pero yo no lo veo del todo así.

Cuando volvimos estaba empapado en sudor de no parar. La señorita dice que es muy participativo, y que presta mucha atención pero que no es muy obediente, pero que todavía es pronto. Y es que yo creo que Miguel está un poco mimadito con eso de que es el chiquitín de la casa. Pero por lo menos ha tenido un inicio de guardería muy bueno, porque cuando entramos había muchos niños llorando, algunos casi todo el rato, y Miguel pasa por el lado y los mira sin saber qué les pasa.

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