miércoles, 15 de diciembre de 2010

Contra el asfalto

El sábado pasado fuimos a almorzar a casa de los abuelos Pepi y Miguel. Mi hermano Miguelito, cuando vio que papá aparcó en la calle de los abuelos se puso muy muy contento, casi como un loco. En cuanto mis padres lo pusieron en el suelo salió corriendo para la casa, y en cuanto dio cinco o seis pasos se cayó. Bum. Puso las manos por delante pero se dio un cabezazo con el asfalto en toda la frente. Me dolió hasta a mí que estaba viéndolo. Ya le salió un chichón incluso antes de llegar a la casa de los abuelos. El pobre siempre lleva uno adornándole la frente y es que es un torbellino, casi un terremoto, de hecho, mi padre le dice muchas veces Mickey Earthqueake, que viene a ser algo así como Miguelito Terremoto.

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