martes, 31 de agosto de 2010

Mi secreto

Hoy que casi todo el mundo está para arriba y para abajo, maletas para un lado y para otro porque se acaban las vacaciones de unos o empiezan las de otros, os voy a contar un secreto. Me pongo un poco colorada cuando lo digo pero así es, y no puedo evitarlo. Soy un poco vaga, que es más o menos que me gusta mucho quedarme en el sofá tumbada, o tirada por el suelo o todo lo que tiene que ver con moverse poco. Soy así. Cada uno es como es y no me importa decirlo. Mi hermano por el contrario no le gusta nada estarse quieto, ni siquiera una "mijita" de nada. Yo me levanto por las mañanas de la cama y si no acompaño a mi padre a comprar el pan es porque me tengo que levantar. Hay veces que, por ejemplo, tengo hambre y la comida está en el plato, lista para que le eche el diente, pero por no coger el tenedor y hacerlo yo sola espero a que mis padres me lo den en la boca. ¿Qué le voy a hacer si soy así?

Mi tita Rosi me dijo, el domingo pasado, cuando salíamos de la playa en dirección al coche, e iba yo arrastrando mis pesados pies, medio doblada del cansancio, que mis padres me iban a tener que apuntar a algún deporte. ¿Sabéis que le contesté? Que ni se les pasara por la cabeza, porque yo lo que prefiero, y es, además, lo único que estoy dispuesta a hacer, pintar, colorear y cosas de esas que son sentaditas. Y digo yo que en una casa con que haga deporte uno ya es suficiente ¿no? Pues que lo haga Miguelito, que siempre está dispuesto.

viernes, 27 de agosto de 2010

Un día playero

Seguimos de vacaciones y cada día hacemos nuevas actividades. El miércoles fuimos junto con nuestros amigos Juanfra, Lidia y Elena a pasar el día en la playa. Papá, Miguel y yo nos vestimos los tres con las camisetas que mis padres trajeron desde el Oceanográfico de Lisboa. ¡Qué divertido, los tres vestidos igual! Llegamos tempranito, para poder plantar nuestras sombrillas en un sitio cerca de la orilla, para que tanto papá como Juanfra no tuviesen que hacer mucho ejercicio para llenar la bañerita. Estuvimos todo el rato en remojo. Cuando no estábamos dentro de la bañerita estábamos en la orilla o dentro del mar. Jugamos mucho con la arena, haciendo castillos, murallas y cosas así. Elena y yo jugábamos juntas y Miguel hacía todo lo que veía que nosotras hacíamos, aunque a veces, no exactamente como queríamos.

Cuando llegó la hora del almuerzo fuimos al chiringuito a tomarnos una paella, pero antes pedimos unos espetos de sardinas. Yo me comí cuatro sardinas y casi no me quedó espacio para nada de arroz, aunque sí dejé un pequeño hueco para un Frigopie. Miguel también comió sardinas, pero para cuando llegó la paella ya estaba dormido, y durmió más de dos horas seguidas de siesta!

Estuvimos en la playa hasta que se fue el Sol y los sustituyó la sombra, entonces sí que recogimos todas nuestras cosas y nos fuimos a casa, y cuando llegamos estábamos todos muy, pero que muy cansados...

martes, 24 de agosto de 2010

En buenas manos

Hace ya varios días que no escribimos en nuestro blog y es que hemos estado fuera de casa durante unos días, porque como estamos de vacaciones, mis padres han aprovechado y se han ido de viaje, por lo que tanto mi hermanito Miguel como yo nos hemos quedado con los abuelos. Primero en casa de mis abuelos Pepi y Miguel nos quedamos tres noches, luego en casa de mis abuelos Pepa y Felipe otros dos.

Mis padres se fueron de viaje a Lisboa y a nosotros nos hacía mucha ilusión quedarnos con los abuelos. Puedo decir que, en general, nos hemos portado bastante bien porque no nos hemos puesto malos, ni hemos liado una buena, ni nada por el estilo.

Un día estuve con mis titos Paco y Ana María que me llevaron a mí, no a Miguel, a su casa con Natalia. Me lo pasé muy pero que muy bien pero al día siguiente también me lo he pasado a lo grande. Mis padrinos MariCarmen y José, junto con mi prima Natalia fuimos a almorzar a una hamburguesería y después vimos una película en el cine: Toy Story 3 y también estuvimos en la piscina. ¡Imaginad cuánta diversión! ¡Jo, qué bien me lo pasé!

Mis abuelos Pepa y Felipe también me han llevado a muchos parques junto con mi hermano. Y es que mis padres se fueron sabiendo que nos dejaban en muy buenas manos.

Mis padres, mi hermanito y yo, queremos desde aquí agradeceros a todos lo muy atentos que habéis estado con nosotros y que gracias a eso mis padres han podido disfrutar más tranquilos.

¡¡Gracias a todos!!

lunes, 16 de agosto de 2010

El ascensor

El sábado nos llevamos un buen susto. Especialmente mamá, o incluso más todavía mi hermano Miguelito. Después de haber pasado la noche en casa de los abuelos Pepi y Miguel, en la que, por cierto, me porté estupendamente, cosa que no puedo decir de Miguel, volvimos a casa, aunque papá se quedó en el paseo marítimo con sus amigos Alex y Manu. Una vez en casa, mamá nos vistió y ya nos disponíamos a irnos a una visita a casa de un tito de mi madre cuando estando en el ascensor, no sabemos cómo pero Miguel acertó a meter la mano entre las puertas plegables del ascensor cuando se estaban abriendo. La puerta se bloqueó y Miguel empezó a llorar y mamá se puso nerviocísima y durante unos momento vivimos un estado de pánico. De alguna manera entre mamá y Miguel consiguieron sacar los deditos del pobre Miguel. Y es que con Miguel hay que tener mil ojos porque tiene dos manos aquí ahora pero al instante las tiene allí, pero un segundo después en otro sitio. Es así.

Por suerte sólo fue un susto. Los dedos los mueve muy bien y parece que no le duelen. Pero el susto en el cuerpo de los tres no nos lo quita ya nadie.

viernes, 13 de agosto de 2010

El cumpleños de mi abuelo Felipe

Ayer fue el cumpleaños de mi abuelo Felipe y fue un día verdaderamente especial.

Por la mañana nos despertamos tempranito, pero no mucho, sobre las nueve y veinte. Desayunamos y nos preparamos para irnos a la playa. Vinieron con nosotros mis abuelos Pepi y Miguel, más tarde también vinieron mis otros abuelos Pepa y Felipe. En cuanto llegó felicité a mi abuelo y le di un buen beso de cumpleaños. El mar estaba estupendo, casi sin ninguna ola, y el agua estaba estupenda para bañarse, incluso había una leve brisa que hacía todavía mejor eso de estar en la playa.

Os podéis imaginar lo bien que lo pasamos en la playa. Mis padres llevan nuestra gran piscina, la inflan y la llenan de agua. Sacamos todos nuestros cubos, palas, rastrillos, castillos y no paramos de jugar. A mi hermano le encanta entrar y salir, llenarse las manos de arena para luego enjuagarselas. A mí también me gusta todo eso y además me gusta hacer castillos y ayudar a mi padre a hacer un gran hoyo donde meter a Miguelito. La última vez hizo uno tan grande que cabía Miguel enterito. Volvimos a almorzar a la casa y pasamos toda la tarde tranquilos hasta la noche cuando fuimos a cenar a un restaurante donde el abuelo Felipe nos invitó por su cumpleaños.

El restaurante se llama La Farola y está en una plaza donde pudimos jugar a gusto. Miguel y Daniel no pararon de un lado para otro y menos mal que estaba yo allí para ocuparme de ellos porque si no... también jugué un buen rato con tita Cristina y David y fue la primera reunión "oficial" a la que vino Celia, que se portó muy pero que muy bien. ¡Está tan chiquitina y tan guapa!

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tres noches

El lunes cuando me desperté y mis padres vieron que no me había hecho pipí en toda la noche, se pusieron muy contentos. Estuve toda la noche sin pañal y mis padres me despertaron justo antes de ellos acostarse para que hiciese pipí, y luego otra vez alrededor de las cinco de la mañana, en la que protesté muchísimo pero que ahora me doy cuenta de que valió la pena.

Estaban tan contentos mis padres por no haberme hecho pipí encima durante la noche que decidieron que para desayunar fuésemos a la cafetería de nuestro vecino Pepe a tomarnos unos churros. Probé chocolate líquido, pero no me atreví a pedírmelo porque mi bebida favorita es el Colacao y no me lo quiero perder.

Papá ya está de vacaciones y lo estamos pasando genial. Ayer martes fuimos a la playa los cuatro y jugamos mucho. Muchísimo y después fuimos a comer a un restaurante donde me porté mejor que bien, así que luego me dejaron ver los dibujos hasta la hora de irme junto con Miguel y mamá a El Corte Inglés, donde nos esperaban mis titas Cristina y Rosi. Le compramos un regalo a mi abuelo Felipe que ya mismo cumple años. Pero es un secreto...

Ah, ya llevo tres noches seguidas sin hacerme pipí en la cama. ¡Lo estoy consiguiendo!

martes, 10 de agosto de 2010

Sin pañal

El sábado pasado volvimos a ir a cenar con nuestros vecinos Miki, Ignacio, Vanesa y Adrián. Fuimos a un restaurante que se llama Picasso y, la verdad, es que no me porté muy bien. En realidad no es que no me portara del todo bien sino que no cené mucho. La razón es que me encontraba muy nerviosa y distraída. Nos invitaron ellos a cenar y nosotros a ellos a tomar un helado. Dimos un paseo hasta una heladería y, después de esperar un ratito pequeño, nos sentamos en la terraza. Me pedí un batido de turrón con nata por encima, como también hizo papá, pero él se pidió además una horchata. Miguel estaba ya dormido en su carro y no los probó pero estaban buenísimos. En el camino de vuelta a casa, una vez montada en el coche, me quedé dormida en la segunda curva.

El domingo teníamos pensado ir a la playa pero como el mar estaba muy agitado, cambiamos la playa por la piscina de mi amiga Elenita. Papá vino a la piscina por primera vez este año con nosotros y pudo comprobar lo atrevido que es Miguel en la piscina. ¡Vaya si lo vió!

Por la noche del domingo acabamos reventados y nos dormimos muy rapidito y tempranito y yo lo hice además con el propósito de no hacerme pipí por la noche porque dormía sin pañal.

Os coloco una foto del "angelito" de mi hermano Miguel.

viernes, 6 de agosto de 2010

Mi nueva primita

Estos últimos días he pasado mucho tiempo hablando de mi nueva primita Celia. Preguntando cosas como sus apellidos, o qué come, o cuándo hablará y más cosas así. Miguel todavía va un poco a su bola, no hace muchas preguntas, simplemente corre de un lado de la casa para otro. Ya he visto a Celia dos veces y ya tengo ganas de verla tres. ¡Qué bonita cosa delicadita!

Por otro lado mi hermanito Miguel, el lunes pasado se llevó un buen porrazo en la frente. Parece ser que se tiró o se cayó desde lo alto de la mesa que hay frente al televisor y se dio un golpetazo contra el suelo en la frente. Casi antes de echar a llorar ya tenía un chichón que se podía ver desde la otra habitación. Papá estaba trabajando y mamá se llevó un susto de los buenos. Cualquiera le ponía hielo a Miguel en la frente. Ya lo tiene algo mejor pero todavía da cosilla mirarle la frente, y es que no guarda ningún cuidado.

El jueves fuimos a Málaga, a un médico que le mirara los pies a Miguelito, un traumatólogo. En realidad no dijo nada que ya suponíamos pero ahora estamos más tranquilos. Lo único que Miguel ha de hacer es andar descalzo por casa o por la arena o el césped. Ni medicinas ni inyecciones. Después mis padres nos compraron un globo a cada uno. No eran globos normales sino un hombre que hacía cosas realmente especiales con los globos. A mí me hizo una flor muy bonita y a Miguel la Pantera Rosa. ¡Qué divertido! Antes de volver, claro está nos tomamos unos heladitos de turrón en la Calle Larios.

lunes, 2 de agosto de 2010

Celia

Desde hoy lunes, a las cuatro y veinticinco de la tarde, está con nosotros mi nueva primita Celia. Ha pesado poco menos de tres kilos (2,970 kg) y es guapísima. Todo ha ido muy bien. Sus padres están muy contentos, especialmente tita Mª José, que ha sufrido lo suyo, aunque ha tenido un parto natural y al final seguro que ha valido la pena.

Celia es mi segunda prima. Primero tengo a mi prima Natalia, luego a mi primo Daniel y ahora a mi primita Celia. Aunque por ahí en medio anda Miguelito, que es como tres o cuatro primos juntos, por lo mucho que se mueve.

Cuando papá volvió del trabajo fuimos a visitarla al hospital, fuimos todos menos Miguel que se quedó con Miki, y es que Miguel es muy chico para ir allí, y no sabe todavía portarse tan bien como yo. Nació en la Clínica Gálvez, en el mismo sitio que nacieron mi hermanito Miguel y mi padre.

Cuando la vi me pareció muy, pero que muy chiquitita y muy guapa. ¡Y ya tiene mucho pelo! Cuando mis padres me dijeron que yo también fui así, de ese tamaño, no me lo creía. No puede ser. Mi mamá me ha estado diciendo que dentro de nada yo jugaré con Celia, y que me mirará con los mismos ojos que yo miro hoy a Natalia. No sé si creerla.

Sea lo que sea deseo felicidades a todos. A Celia por tener la suerte de venir a donde ha venido, a sus padres por tenerla, a los abuelos porque todo va a ser estupendo con una primita más, pero también a todos los primos y titos porque siempre es bueno tener noticias como ésta. Felicidades a todos.

domingo, 1 de agosto de 2010

En el Ku'damm

Continuamos con el fin de semana de traca. Ayer sábado fuimos con Miki, Ignacio, Vanesa y Adrián a cenar a un restaurante que hay cerca del puerto que se llama Ku'damm. Miki es la vecina que cuida de Miguelito por las mañanas, mientras mis padres están trabajando. Ahora comienzan sus merecidas vacaciones.

El Ku'damm es un restaurante alemán que a papá le gusta mucho porque ponen la cerveza bien grande, aunque también los platos de comida son grandes. Miguel se sentó entre Miki y mamá, en una trona, y se estuvo bastante quietecito para lo que en él es habitual. Y aunque parezca mentira se durmió en el carro. Yo aguanté toda la noche sin dormirme, bueno, más bien toda la cena, porque seguidamente fuimos a tomar unos helados a una heladería que había cerca del restaurante a los que nos invitó Ignacio, ya que era su santo y al momento su cumpleaños. Y es que Ignacio celebra un día su santo y al día siguiente su cumpleaños.

El helado estuvo buenísimo y si no me lo comí entero es porque tenía la barriga bien llena, pero papá me ayudó a tomarme el helado sin mucho rechistar. Me senté encima de papá y ya me acuerdo de muy poco más, pero, ¡qué bien lo pasamos!