jueves, 24 de diciembre de 2015

En el Selwo Aventura

El lunes del pasado puente de diciembre, justo el día después de haber ido a ver las luces navideñas en la Calle Larios de Málaga, fuimos a Estepona para conocer el Selwo Aventura. Mis padrinos Mari Carmen y José Miguel quisieron invitarnos. Ya hacía mucho tiempo que teníamos pendiente venir a verlo juntos pero por una cosa o por otra no habíamos podido, pero no importaba, ahora sí que sí lo conseguimos. La pena fue que mi prima Natalia no pudo venir porque le pilló fuera.

El Selwo Aventura abría sus puertas a las 10:00 y unos minutos antes de que abrieran estábamos allí todos dispuestos para entrar.  Lo primero que vimos casi nada más entrar fue el guepardo, el mamífero terrestre más rápido del planeta. ¡Qué bonitos son! Los vimos bien cerca porque la cuidadora les dio un aperitivo delante nuestra.

Junto a la celda del guepardo estaban estratégicamente colocadas las gacelas, el alimento favorito del guepardo. Junto a las gacelas pudimos incluso tocar unos animales que parecían burros con listas como las cebras pero que no eran ni una cosa ni la otra, sino que eran asnos somalís. Vimos rinocerontes blancos, hipopótamos, ñus, cebras y hasta elefantes. Mi hermano, mi padrino y yo le dimos de comer a una jirafa (¡qué lengua tan larga tienen!) y también entramos en una zona reservada donde también dimos de comer a varias cabras enanas. Esto le gustó mucho a Miguelito. También vimos cómo le dieron un aperitivo a los leones y también una exhibición de aves que fue realmente impresionante. ¡Jo! ¡Cómo bajaban desde el cielo y volaban directas hasta el brazo del adiestrador! Ver de cerca un búho real o al buitre leonado era espectacular. Miguelito se hizo una foto con el búho. Como mi hermano se apunta a un bombardeo se apuntó a un paseo en dromedario. Fue un paseo pequeño, pero suficiente para luego ir presumiendo. Yo no quise montarme en el dromedario pero en cambio pisé una caca de dromedario. ¡No pasa nada!

Mi padre disfrutó grabando casi en primicia al lince ibérico, que es muy muy tímido y complicado de ver. A mi madre le impresionó mucho la hiena. A mí, una de las cosas que más me gustó fue cruzar por el inmenso puente colgante que había encima del lago central. Fue muy emocionante.  Eso y los flamencos que me encantan así tan rosita. Lo que menos me gustó fueron los reptiles y esos bichos, aunque reconozco que es impresionante ver de cerca a una anaconda, una boa o una serpiente pitón.

Al final pudimos realizar el recorrido completo y no dejamos nada por hacer. Ya casi estaban cerrando las puertas cuando salimos. Fuimos casi los últimos. Para despedirnos varios pavos reales extendieron completamente su plumaje y pudimos ver lo bonito que es bien cerca. Nos despedimos en el mismo parking y mi hermano y yo caímos derrotados en los asientos traseros del coche.

La última foto es un selfie que se hicieron mi padre, Miguelito y un lémur. ¿No es divertida?



viernes, 11 de diciembre de 2015

Alumbrando la Navidad en la Calle Larios de Málaga

El domingo pasado fue un día muy completo. Nos despertamos algo más pronto de lo habitual para ser domingo y nos arreglamos para ir a misa. Mi amiga Elena participaba en la misa y yo no quería perdérmelo. Además mi madre se ha propuesto últimamente que yo no me pierda ni un domingo de misa y bueno, fuimos todos, incluido mi padre que suele ser el más perezoso de la casa para ir a la iglesia, pero es que como habíamos quedado con su amiga Ana justo después de la misa, para conocer a su bebé que ya tiene casi seis meses. El bebé de Ana se llama Lola, que es como se llama su abuela, aunque a la abuela la conocen todos como Loli, pero bueno, es más o menos lo mismo. Lola resultó ser una niña muy guapa, con unos ojos azules increíbles y sobre todo muy pero que muy espabilada y sonriente. ¡Un encanto de bebé! Y escuchando lo que dice su madre más aún, pues desde que era muy pequeñita duerme ocho horas seguidas.

Después de tomar un refresco con ellos en un bar nos despedimos y fuimos directamente a un restaurante de Málaga donde habíamos quedado con nuestros amigos Dani, Jaime y Gabriel, y también con sus padres, claro, Miguel y Sagrario. Almorzamos en un restaurante que se llama Castizo donde comimos estupendamente. Mis padres se pidieron un buen plato de fabes y se les veía muy satisfechos.

Nada más terminar de almorzar fuimos seguidamente al centro de Málaga, para tomar un chocolate con churros mientras esperábamos que anocheciera y así poder ver el encendido de las luces en la calle Larios. ¡Es un alumbrado espectacular! De los mejores que he visto nunca sino el mejor. ¡Qué disfruté viendo el gran ambiente que había en la calle Larios! Parecía que estuviésemos en feria. Había incluso más gente que en la feria. En realidad había tanta gente que agobiaba un poco. El día que visitamos el centro de Málaga para disfrutar de la iluminación puede que sea el día que comienza la Navidad para nuestra familia. Es como el pitido inicial de las fiestas navideñas.

Nos despedimos de nuestros amigos en la Alameda de Málaga y regresamos a casa, porque tampoco queríamos acostarnos muy tarde porque el lunes teníamos previsto también un día intenso para disfrutar. 

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Otro día de Miguelito en la Rosaleda

Llevaba mi hermano Miguelito mucho tiempo pidiéndole a mi padre que se lo llevara al fútbol, a la Rosaleda, para ver un partido del Málaga. Mi padre le había dicho más de una vez que cuando uno de los que van al fútbol con él dejara un carnet libre lo llevaría, pero cada vez que eso ocurría era a una hora muy tarde. Miguelito está todos los fines de semana pendiente, y cada vez que ve que mi padre está preparándose para ir a un partido, le pide que le lleve, pero siempre hay una pega, pero este último fin de semana, a última hora se quedó un carnet libre, y como el partido no era demasiado tarde, mi padre le dijo que lo llevaría. ¡Qué contento se puso!

Faltó Ángel y mi padre se lo llevó. Fueron con él el abuelo Miguel y también mi padrino José Miguel, además Alberto y su hermana, que fue por Mario. Jugaba el Málaga un partido de Liga contra el Granada. Era sábado a las 20:30 y como Miguelito ya tiene siete años, pues se lo llevó.

Miguelito se lo pasó bomba a pesar de que el partido se complicó. Primero marcó el Málaga casi en el último minuto de la primera parte (1-0 Charles) , y después el árbitro expulsó un jugador del Málaga (Tissone), y parecía que el Granada aprovecharía la oportunidad pronto pero el Málaga marcó un segundo gol.  (2-0 Fornals) y cuando todo parecía que estaba más que encaminado el Granada marcó en el minuto 82 por medio de El-Arabi y seguidamente, en el minuto 85 marcó Rochina.

Al final un empate que no contento ni a mi padre ni a mi hermano, y seguramente sí a todos los granadinos, pero bueno, el lo que tiene el fútbol, que todo puede pasar, por eso es tan emocionante.