domingo, 31 de julio de 2016

La habitación arcoiris en Teba

Ya tenemos desde hace mucho tiempo el verano metido encima de nuestras cabezas, y con él el calor sofocante, el sudor y las ganas de tomar un refresco fresquito. Menos mal que nosotros vivimos muy cerquita del mar Mediterráneo y que siempre que podemos vamos a la playa y nos refrescamos bastante. Además en casa tenemos aire acondicionado y a pesar de que nuestros padres nos dicen que hay que mirar por el dinero que cuesta el fresquito, la verdad es que ni mi hermano ni yo estamos muy atentos a lo que eso supone y cada vez que tenemos calor encendemos el aire sin miramientos. Es tanto así que ya lo hacemos casi inconscientemente.

Por si todo lo anterior no fuese suficiente, también vamos a veces a alguna que otra piscina que tienen algunos amigos y familiares. Nos encanta ir a la piscina. Además también realizamos alguna que otra escapada con los amigos o la familia y vamos a pasar un fin de semana a un hotel o a una casa rural, donde es obligatorio que haya piscina. Este año, hace un par de semanas, nos juntamos con unos amigos y fuimos a Teba, a una casa rural donde nos reunimos y lo pasamos genial. Lo cierto es que hizo mucho viento. Tanto que por ejemplo mi padre, que no es muy amigo de remojos, ni se bañó. Mi hermano y yo nos bañamos y mucho pero no tanto como solíamos, porque con tanto viento apetecía mucho menos. No importó, lo pasamos genial igualmente.

En el cuarto que nos quedamos nosotros había una decoración estupenda, por lo menos para mí, y en parte por eso nos decidimos por nuestra habitación, ya que insistí bastante para que nos quedáramos allí. Al final la habitación nos sirvió un montón de veces como sala de fiestas y lo pasamos genial en ella.

En la fotos fiestera se puede ver, de izquierda a derecha:
Miguel, Celia, Dani, Laura (trepando a la cama), 
Martina (sentada tranquilita), Sofía y Lucas (disfrutando de la mosquitera).

lunes, 4 de julio de 2016

En Chiclana con escayola

Ya sabéis que mi hermano es bastante inquieto y que mis padres se pasan todo el día diciéndole Miguelito estate quieto, Miguelito ten cuidado que te vas a caer, Miguelito mira por donde andas, Miguelito un día de estos te vas a hacer daño... y así cada día cientos de veces. Pues más tarde o más temprano ese día llega y ya no hay vuelta atrás. Miguelito estaba en el patio del colegio, durante la hora del recreo, jugando al fútbol y en un regate pisó la pelota y como la pelota es de espuma se dobló el tobillo y cayó con tan mala suerte que apoyó la mano con una mala postura y se fracturó un dedo y se desprendió una articulación.

Ese mismo día ya iba con una escayola. En realidad era una escayola de esas que son por abajo escayola y por arriba venda. Un auténtico rollo. Una escayola es una molestia siempre pero tener escayola justo cuando te vas a ir a un hotel a Chiclana con piscina y con todo incluido, lo es aún más. Y eso justamente fue lo que pasó.

Nos fuimos a Chiclana, aunque el coche pinchó una rueda y tuvimos que cambiarla antes, lo que nos retrasó un par de horas la salida, y Miguelito estuvo todo el fin de semana con escayola y tuvo que ponerse una funda cada vez que se metía en la piscina y no podía sumergirse ni nada de eso. Aunque no lo creáis, aún así lo pasamos superbien, y Miguelito fue bastante responsable con la escayola y no la mojó.

Lo pasamos genial todos juntos. Aquí en esta foto se puede ver lo bien que lo pasamos. No hace falta nada más para comprobarlo.

Por orden de izquierda derecha:
Miguel, Daniel, Laura, Martina, Celia, Sofía y Lucas.