lunes, 31 de octubre de 2011

Truco o trato

Hoy entramos en Halloween, que es una fiesta fantasmal y monstruosa, y cada día más, pero no nos da miedo porque en casa estamos preparados para lo peor, listos para que cualquier monstruo que quiera pueda aparecer por la puerta, porque nosotros, en casa, tenemos muchos pero que muchos caramelos y chucherías para todos aquellos seres muertos o vivientes que quieran hacer truco o trato. Además puede que le demos algún sustito que otro. Ja ja ja....


miércoles, 26 de octubre de 2011

A simple vista

El mismo domingo, poco después de escribir en este blog, mi hermano, en una de esas carreras que se da, viniendo como una moto desde su cuarto hasta el salón, sin explicarnos todavía bien cómo, de repente, se pegó un tortazo de los buenos. Se ve que corría mucho y dando la curva del salón se le cruzaron las piernas o qué se yo y aterrizó con la frente. Fue un sonido seco y fuerte. Todos pensábamos que se habría hecho algo gordo nada más oirlo. Rápidamente mis padres acudieron para lavarle la frente y ver qué le había pasado. Es muy difícil porque Miguel lo primero que hace es llevarse ambas manos a la frente y no las quiere quitar. No había sangre, pero sí un morado sobre el que se podía apreciar a simple vista como iba creciendo.

Mi madre suele tener polos helados en el congelador para estos casos. Así que lo primero que hicimos fue eso, colocarle el polo en la herida. Luego un antiflamatorio. ¡Qué buen rato se tiró llorando y diciendo "me duele, me duele". ¡Y vaya susto que nos dio a todos! Cualquier día se parte algo. Menos mal que por ahora es de plástico.

Pero todo eso ya pasó, y ya no se queja, pero, sin embargo, lo que tiene ahora es una fiebre alta, con muchos mocos y mucho mucho sueño. Por eso hoy se ha quedado sin ir al cole, en casa de mi abuela Pepa, que además es su cumpleaños.

domingo, 23 de octubre de 2011

Guyi Guyi

El sábado celebramos el cumpleaños de mi tita Rosi, y aunque estaba lloviendo muchísimo, fuimos a juntarnos todos en la casa de campo donde tito Chiqui tiene sus caballos. Allí hay mucho barro y por eso fuimos preparados y llevamos unas botas de agua. ¡Jo, qué divertido es llevar botas de agua a un sitio donde hay mucho barro! Podéis imaginar cómo nos pusimos. Lo pasamos genial y después tomamos tarta de chocolate, con lo que nos quedó un día muy marrón.

Hoy domingo ha sido también un día muy divertido porque hemos ido a Málaga, al teatro y hemos visto una obra de teatro muy divertida que se llama Guyi Guyi. Trata de un cocodrilo que nace en una familia de patos, entonces cree ser un pato, pero claro, en realidad es un cocodrilo que cree ser un pato, pero un día se da cuenta que es un cocodrilo y que además los cocodrilos comen patos. Miguel se lo pasó genial, disfrutaba con la boca abierta con la historia y la emoción, y también reía igual que yo, sólo que yo además eché unas lagrimitas en un momento tierno y triste que había, pero no cuento más y mejor vais a verla.

Después fuimos a uno de mis restaurantes favoritos, que es una pizzería que hay en Málaga donde ponen unos macarrones con tomate que están para chuparse los dedos y después tienen la tarta de chocolate más sabrosa y apetitosa del mundo entero. Mis padres tuvieron que pedir dos porque yo devoraba como si fuese un cocodrilo hambriento.

Al terminar la obra nos pudimos hacer fotos y darle la mano al cocodrilo y a su mamá pato. ¡Qué guay!

jueves, 20 de octubre de 2011

El parte de heridos

Estos últimos días están resultando algo accidentados en casa. Todo comenzó ayer miércoles cuando estábamos por la tarde en la celebración del cumpleaños de mi amiga Ana, cuando mi madre sufrió uno de sus mareos. ¡Qué mal lo pasó! Pero por lo menos no le duró mucho y pudo recuperarse tan bien y con tantas ganas como ella nos tiene acostumbrados.

Hoy, mientras papá iba de camino a la natación, y todos estábamos todavía dormidos en casa, papá se cayó al suelo por meter, sin darse cuenta, el pie en un hoyo, que provocó que se le doblara el tobillo que ahora tiene hinchado como una pelota y casi que anda a la pata coja.

Pero la peor parte se la llevó Miguel, que por la tarde, mientras mamá estaba recogiendo la cocina, papá en el trabajo y yo viendo los dibujos, se subió, escalando, por el mueble del salón para coger el estuche de colores y se cayó, con la mala suerte de que se dio con la estantería en la barriga, justo debajo de las costillas, de manera que se ha hecho una herida pero bien buena.

Os ponemos una foto donde se puede ver la herida y también cómo lo han curado mis padres. Hay que decir que la foto asusta mucho, y viéndolo en carne y hueso todavía más, pero a Miguel no parece afectarle mucho y sigue dando saltos y brincos y corre y se tira al suelo y hace lo mismo que hacía antes y sin protestar lo más mínimo.

Desde entonces ando por la casa con pies de plomo porque me temo que cualquier desgracia puede estar a punto de ocurrirme.

lunes, 17 de octubre de 2011

Con razón

El fin de semana ha sido muy tranquilote, porque después de feria es lo que nos apetecía a todos. El viernes por la noche, después de pasar toda la tarde viendo muchos dibujos, pedimos pizza para tomar en casa. Mis padres se piden una grande para ellos, y mi hermano y yo tomamos una pequeña para nosotros. A todos en nuestra casa nos gusta la pizza. ¡Delicious!

Luego el sábado todo el rato en casa. Papá estaba algo malito, con muchos mocos y dolor de garganta, así que pasamos todo el rato dibujando, jugando con los globos y poniendo cosas por medio.

Pero el domingo mamá nos llevó al parque, aunque al final fuimos a tres parques. Uno detrás de otro. Yo con mi patineta y Miguel con su moto. Papá se quedó en casa descansando. Al volver a casa, poco antes de la hora de almorzar, me cambié los pantalones que había roto por la rodilla al caerme al suelo. Miguel también se cayó pero no rompió nada de ropa, pero sí que se hizo una herida en el brazo, pero poca cosa. Nos arreglamos y fuimos a almorzar a un restaurante chino.

En el restaurante chino no me porté lo bien que mis padres hubiesen deseado. Primero porque no me gusta casi nada. Sólo el pan de gambas, que yo lo llamo patatas chinas y un poco de fideos de arroz, y una mijita de pollo. Pero no me gustan ni las gambas, ni las zanahorias, ni el bambú, ni las setas, ni los guisantes, ni la soja, ni casi nada de lo que había para comer. Mi padre se enfadó mucho. Muchísimo. Porque dice -con razón- que no es que no me gusten las cosas, es que ni siquiera las pruebo, y que eso es justo lo que le disgusta. Se pasó toda la tarde sin ganas de mirarme. Rehuyéndome. Y eso es lo que más me duele.

Le prometí que probaría más comidas y que iba a ser más buena, y sólo me perdonó poco antes de dormirme, cuando yo estaba lloriqueando en la cama.

Mi hermano, en cambio, come de todo, prueba todo lo que le ponen por delante, sin problemas. A veces le gusta, a veces no, pero prueba todo. Lo que él hace mal que yo no, es que ha aprendido a eructar y aunque lo hace muy flojito, ahora está todo el día eructando y él mismo se dice burro y se ríe.

viernes, 14 de octubre de 2011

2000 días de Sofía

Aunque sólo tengo 5 años y unos pocos meses, llevo en este planeta, justo hoy, 2000 días. ¿Verdad que es increíble? A mí también me lo parece. Contar dos mil días es contar muchos dedos como días. No podría recordar cada uno de mis dos mil días, pero sí puedo decir que casi todos, quitando unos cuantos que he estado enferma, los he disfrutado todo lo mejor que he podido y sabido. Y es que esto de vivir es un juego muy divertido y siempre hay cosas buenas que hacer.

Mis padres siempre me dicen que cuando yo no estaba en este mundo, antes de que naciera, estaban mucho más tranquilos, y no tenían que recoger tantos líos de la casa, ni levantarse tan temprano, pero, sin embargo, también dicen que ahora que estamos mi hermano y yo son mucho más felices. ¿Verdad que es bonito?

¿Sabéis qué? Ya estoy deseando cumplir 2000 días más.

Os pongo una foto de noviembre de 2006, cuando yo aún tenía siete meses. ¿Verdad que estaba guapa?


jueves, 13 de octubre de 2011

Buñuelos y jamón

Ya se acabó la Feria, y ahora comienza el día a día de siempre. Las clases en el colegio, las clases de inglés, hacer las tareas en casa y muchas más cosas por el estilo. Pero me han dicho mis padres que en poco tiempo, casi sin darnos cuenta, están aquí las Navidades, y que antes de que lleguen las Navidades tenemos algunas cosas chulas que hacer, que ya irán poco a poco contándome. ¡Qué ilusión!

Mientras llegan esas cosas chulas que vamos a hacer, me gusta recordar todas las cosas que hemos hecho en la Feria. Sobre todo en los muchísimos cacharritos que me he montado, tanto mi hermano como yo. Ayer, sin ir más lejos, me monté en el Dragón con mi padre, y justo detrás nuestra se montaron Nacho y Mariano. También monté en los coches choques con Nacho. ¡Dos veces! Después en el tren de la bruja y lo más divertido de todo: en el coche de caballos de tito Chiqui. ¡Qué bonito es! ¡Y qué bien lo pasamos!

Miguel ayer no se montón en muchas cosas porque vino todo el rato a ver cómo me montaba yo, menos una vez que se montó en el trenecito junto con Daniel. También vimos en los cosas en las que se montó Blanca. ¡Jo, qué valiente es!

Todos los días que hemos ido a la Feria, que han sido cuatro, tanto mi hermano como yo hemos ido vestidos de gitanos, y cada día hemos vuelto con un montón de globos. Ahora tenemos la casa llena, y eso que Miguel cuando puede explota alguno.

Otra cosa que he hecho cada día ha sido tomarme unos buñuelitos con chocolate blanco. ¡Qué ricos están! Y Miguel todos los días ha comido jamón. ¡Jo, cómo le gusta el jamón!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Explotando globos

Seguimos de feria, y seguimos pasándolo en grande. Tanto a mi hermano como a mí nos encanta disfrazarnos para ir a la feria. A mí me gusta ir disfrazada de gitana y a él de vaquero. Mis padres siempre nos dicen que si nos portamos bien y si nos comemos la comida, nos llevarán a los cacharritos y por ahora siempre nos han llevado, lo que quiere decir que no nos portamos tan mal.

De todos los cacharritos en los que me he montado, que son bastantes, el que más me gusta es el del Dragón, porque coge mucha velocidad, y parece un coche de carreras, y ayer me monté con mi padrino que me invitó. También me gusta el Tronquito que es parecido al Dragón aunque algo más lento, pero tiene que a veces va para atrás, es decir, de espaldas. En esta atracción sí que se puede montar mi hermano y es la que más le gusta. Pero ayer, que fue el cumpleaños de mi padrino José Miguel y nos invitó a todos a almorzar en la Feria, nos montamos dos veces seguidas. ¡No os podéis imaginar qué paso! ¡Miguel se durmió montado en la atracción! ¡NO ES SORPRENDENTE! Todos nos quedamos pasmados. Mis padres dicen que les dio un poco de pena porque seguro que estaba demasiado cansado para montarse dos veces seguidas. Yo creo que es así, porque en realidad a mí también me entró sueño y durante un rato iba montada con los ojos cerrados.

También me monté con mi prima Natalia en los coches choques para niños, aunque todo el tiempo conducía ella porque a mí no me gusta mucho conducir y además ella lo hace muy bien.

Antes, mientras estábamos en la caseta donde almorzamos, jugamos a muchos juegos que prepararon unos payasos en la pista de baile, y jugué tan bien que gané un premio, mientras mi hermano se pasó todo el rato explotando globos, que es una de sus diversiones favoritas.

domingo, 9 de octubre de 2011

El cumpleaños de verdad

El siete de octubre fue el cumpleaños de mi hermano Miguel, el de verdad, y ese día sí que fue un día super especial, y es que mi hermano tiene la suerte que su cumpleaños es el mismo día en el que comienza la feria de nuestra localidad. Así que mi hermano casi siempre cuando llega su cumpleaños se viste de vaquero, como Woody el de Toy Story. Le encanta ir vestido de vaquero. Yo también me disfrazo de gitana, con un vestido igualito del de mamá pero en chico. En la familia el único que no se disfraza es mi padre.

Fuimos a un restaurante a almorzar con un montón de amigos, primos, titos, padrinos y de todo. Le cantamos el cumpleaños feliz por tercer día seguido, y por tercer día seguido volvió a soplar la vela del tres sobre una tarta.

Al terminar desde el restaurante dando una larga caminata llegamos a la feria donde nos montamos en los cacharritos. Primero en un coche de carreras y después en un tronco de madera que se movía muchísimo. ¡Qué divertidos son los cacharritos!

Estuvimos en la feria hasta después de cenar y se nos hizo de noche y pudimos ver un buen rato todas las luces de la feria. Pero antes de volvernos a la casa nos montamos por última vez ese día. Bueno en realidad me monté porque Miguel se quedó dormido en su carro. Y de despedida, antes de volver a la casa, me comí unos buñuelitos con azúcar. ¡Qué ricos!

sábado, 8 de octubre de 2011

La corona

Al día siguiente de la celebración de Miguel había cole, así que también nos tuvimos que levantar temprano para no llegar tarde. Además como mis padres habían decidido llevar una tarta a la clase de mi hermano para que pudiera compartirla con sus nuevos amigos del cole, teníamos pensado llegar algo más pronto aún.

Al recogerlo del cole la seño dijo que había comido regular, pero que eso es algo que suele ocurrir a todos los niños cuando se hinchan antes de comer tarta. Y ya son dos los días que se hincha de comer tarta.

Además le pusieron una corona, como si fuese un príncipe, y todos sus compañeros le cantaron cumpleaños feliz, y es un chico excelente y cosas así durante un buen rato. Luego jugó con su corona y llegó a casa con ella. ¡Cualquiera se la quita ahora!

viernes, 7 de octubre de 2011

Celebrando el cumpleños de Miguel

El miércoles no era el cumpleaños de mi hermano Miguel, sino que era dos días antes, pero aún así, lo celebramos ese día.

Por la mañana no dejó de ser un día como otro cualquiera. Levantándonos pronto, desayunando, vistiéndonos, e ir al cole. Después al comedor y algo más tarde tranquilitos en casa, hasta que de pronto, mamá nos dijo que había que darse prisa porque había que bañarse y vestirse que después teníamos que ir al parque que hay cerca de nuestra casa para celebrar allí el cumpleaños de Miguel, donde iban a venir muchas personas.

Vinieron muchísimas personas y no sé si olvidaré al alguno porque siempre olvido alguno. Vinieron nuestros abuelos: Pepa, Pepi, Miguel y Felipe. Vinieron nuestros padrinos: Cristina, David, Mª Carmen y José. También vinieron nuestros titos y nuestros primos: Ana, Paco, y Natalia; Rosi, Chiqui y Daniel; Mª José, Francisco y Celia y también amigos de nuestros padres: Juanfra, Lidia, Elena; Mamen, Pepe; Micky, Ignacio y Adrián. Además vinieron titos y primos de mi madre: Nieves y Mariano, Mª José, Blanca y Nacho; Paqui, Carmen, Miguel e Iker; Trini y Pepe, Isabel y Paco. Espero no olvidar a nadie...

También hubo más de uno al que le hubiese gustado venir pero que al final, por una cosa o por otra, no pudieron.

Miguel recibió muchísimos regalos. De todo tipo. Estaba muy contento y feliz. Se lo pasó en grande. Bueno, lo pasamos en grande todos.

martes, 4 de octubre de 2011

El pinchazo

El viernes pasado tras volver del colegio y arreglarnos un poco en casa, fuimos a la consulta de nuestro médico, el pediatra Jesús Romero, porque mi hermano Miguelito cumple en los próximos días tres años y por eso le tocaba la revisión de los tres años.

He de decir que se portó muy pero que muy bien y que todas las pruebas que le realizó el pediatra fueron estupendamente bien, incluso aumentó el percentil que tenía de altura, aunque sólo un punto, ahora mide 92 cm. El percentil del peso sí que lo aumentó más, 8 puntos, casi 15 kilos pesa, algo que se veía venir porque ahora come más que antes y cada día más cosas distintas.

Pero de todo, lo que más me sorprendió fue cuando Jesús dijo a mi madre que lo tumbara y que papá le sostuviera el brazo porque le iba a poner una inyección. Miguel miró la aguja de la jeringa y vio cómo el pediatra le pinchaba, y no hizo nada para evitarlo, tan sólo soltó un pequeño ay, casi que no se escuchó. En seguida dijo que le picaba, pero no soltó ni media lágrima. Está hecho un tío valiente.