lunes, 31 de mayo de 2010

Chiclaneando

Ayer volvimos de pasar el fin de semana completo en un hotel en Novo Sancti Petri (Chiclana). Todo el fin de semana metidos en el hotel pero sin parar de hacer cosas. Yo especialmente me he puesto las botas de helados, de nadar en la piscina, de saltar en las olas, de hacerme fotos, de bailar en la pista de baile y de un montón de cosas más que ahora mismo no me acuerdo. Bueno sí. Me he pasado mucho mucho rato riendo.

Miguel ha disfrutado mucho también, pero a su manera. Él ha comido muchos churritos madrileños, ha paseado, todo el rato, un cubo lleno de agua de un lado para otro. Ha jugado con la pala, con la pelota, también se ha hecho fotos, pero nada de saltar las olas ni de bañarse en la piscina. Miguel es de secano, pero también, como yo, ha estado muchas veces riendo, y durmiendo, porque mi hermanito se ha dado unas siestas que vaya. Y es que pasear cubos de agua de un lado para otro cansa mucho.

Mis padres han vuelto muy contentos porque nos hemos portado muy bien todo el fin de semana, especialmente en el coche. Casi todo el camino lo hemos pasado durmiendo y cuando no era así hemos estado mirando por las ventanas. También, por las noches, hemos dormido muy bien, pero eso era de esperar porque estábamos rendidos.

Hemos jugado mucho con otros amiguitos que también vinieron con nosotros como mi primo Daniel y como Gonzalo que es sobrino de mi tita Mª José. También es muy chiquitín, pero no tanto como Miguel y Daniel.

Todas las noches mamá me vestía muy guapa para que todos los titos me dijesen lo guapa que estaba y los celestes ojos de Miguel no han pasado inadvertidos para casi nadie del hotel.

He sabido que el mar en el que nos hemos bañado no es un mar, sino un océano. El Atlántico. Y que los océanos son más grandes que los mares y que hay cinco y le he dicho a mi padre que yo me quiero bañar en todos.

jueves, 27 de mayo de 2010

La taladradora

En nuestra casa todos los días ocurre algo distinto y especial. El domingo, después de la merienda, vinieron a visitarnos tita Cristina y tito David. A Miguel y a mí nos encantan las visitas, bueno, en realidad nos gustan todas menos las de los piojos, que esas no nos gustan nada de nada.

El lunes vino a visitarnos Mª José, que es una buena amiga que tenemos en casa, y también cenamos juntos. Además nos trajo un regalito que me gustó mucho. Un vestidito precioso que ya estoy deseando ponerme, aunque era algo pequeño para lo grande que estoy. Pero no pasa nada porque se puede descambiar.

El martes al mediodía vinieron unos hombres a cambiar nuestro microondas viejo por uno nuevo. Se nos rompió y tuvimos que comprar uno nuevo. A Miguel le encantó estar todo el rato mirando. Dice papá que le gusta más una herramienta que una pelota, y hoy por hoy es así. ¡Jo, cómo disfruta cuando utilizan la taladradora!

miércoles, 26 de mayo de 2010

Boquerones, helados y playa

El sábado estuvimos de compras, pero esta vez en lugar de ropa de baño nos compramos para Miguel y para mí, zapatos. Desde allí, después de comprar en la carnicería y en la pescadería, fuimos a un restaurante a comer pescadito frito. Yo comí con ganas muchos boquerones fritos y calamares, y Miguel también comió boquerones fritos. De postre otro heladito, en esta ocasión de nata, que lo había probado el día anterior de mamá y me gustó.

El domingo por la mañana me desperté la primera, y justo después Miguel, entonces le dije a Miguel que cuando papá se despertara le podríamos pedir que comprara churritos. Miguel se puso loco de contento, gritando ¡Bien, bien, churrito! Una y otra vez. Papá nos oyó y no se lo pensó dos veces y, así fue que todos desayunamos churros. ¡Qué ricos!

Después fuimos a la playa, con los abuelos Pepa y Felipe. ¡Nuestro primer día en la playa de esta temporada! También comimos todos juntos en el restaurante que hay justo en la playa, y os podéis imaginar que me tomé boquerones y, por supuesto, otro helado. Esta vez de leche. Riquísimo también.

Miguel no se portó del todo mal y fue gracioso ver como no salía de la sombra porque donde daba el sol se quemaba los pies. No le hizo ninguna gracia acercarse a la orilla, y cuando la ola le mojó los pies, lloraba y lloraba...

domingo, 23 de mayo de 2010

Cumpliendo lo prometido

Llegó el tan deseado viernes, y sí, mi padre cumplió con lo prometido. Vinieron a recogerme del colegio Miguel, mamá y papá y fuimos a tomarnos un helado de turrón al paseo marítimo, tal y como me prometió papá que haría si me ponía la camiseta del Málaga para ir al cole. Esta vez me pedí un cucurucho en lugar de una tarrina. Mi mamá y mi papá sí se pidieron una tarrina cada uno. Miguel probó sólo un poco, pero decía "quema, quema", cuando en realidad lo que ocurría es que estaba muy frío. No le hizo mucha gracia y no quiso probar más.

Desde allí fuimos de compras. Nos hacían falta, a mí y a mi hermano sobretodo, algunos bañadores y accesorios de baños. Echamos buena parte de la tarde de tiendas y después volvimos a casa, a descansar después de tanto ajetreo.

Nos acostamos temprano, teniendo la seguridad de que próximamente iremos un día a la playa. ¡Qué ilusión!

martes, 18 de mayo de 2010

La camiseta

Cuando mi padres me despertaron el lunes, tenían decidido vestirme con mi camiseta del Málaga para ir al colegio. En realidad la camiseta era para Miguel pero me queda bien ahora mismo a mí. Mamá no se veía muy decidida pero papá sí lo estaba, yo, la verdad, dudé, pero finalmente me convenció papá que me prometió que si me la ponía para ir al colegio me compraría un helado de turrón como el viernes pasado. No tuve que pensarlo mucho.

Papá también colgó una bandera que tiene con el escudo del Málaga en el balcón de casa. Así mi casa y yo íbamos a juego. En el colegio mi señorita me dijo que estaba muy guapa con la camiseta del Málaga. Conforme iba avanzando el día muchas personas me dijeron, varias veces, lo bien que me sentaba la camiseta. Yo, además, como papá me había asegurado, comprobé que podía correr más y mejor con la camiseta puesta.

Luego por la tarde, cuando fuimos al pediatra para que viese a Miguel, que aunque está tomando medicinas no termina de mejorar, se alegró al verme porque por fin venía una niña del Málaga, que estaba harto de ver a niños con la camiseta del Barcelona y por eso me dio una piruleta.

El hombre del bar donde tomamos la merienda también me dijo lo guapa que estaba con la camiseta. ¡Vaya éxito que tiene la camiseta! Por todos lados, todo el mundo, me dice lo guapa que estoy, hasta los vecinos que me ven muchas veces me dijeron que estaba muy guapa.

Al terminar el día le dije a papá que ponerme la camiseta había sido una idea genial, y que ya estaba deseando volver a ponérmela otro día, pero que no olvidara lo del helado de turrón.

lunes, 17 de mayo de 2010

Papá estaba muy contento

El domingo fue un día muy especial, pero especial de verdad. Primero nos despertamos tempranito porque a primera hora teníamos el bautizo de un bebé que se llama Adrián. Fuimos mamá y yo porque mi hermanito estaba dormidito porque está malito y se quedó en casa con papá. Miguel tiene mucha tos y fiebre y está un poco triste. Me da mucha penita porque él siempre está muy contento y alegre, pero seguro que pronto se recuperará porque mis padres -que lo llevaron a urgencias para que lo viera un pediatra, que le ha mandado antibióticos para que se recupere- cuidan mucho de él.

Al mediodía fuimos a celebrar el cumpleaños de mi abuelita Pepi. Nos lo pasamos muy, muy bien. Me senté entre mi prima Natalia y mi padrino, que me ayudó a tomarme la comida. Me lo comí todo, pero me guardé un poco de hueco para la tarta final. Ummm.

Después nos fuimos a casa, yo veía los dibujos, y a ratos el fútbol donde estaba papá. ¡Qué alegría que todo terminó bien! Cuando papá llegó a casa los cuatro nos cogimos de las manos y saltamos dando vueltas y vueltas. ¡Qué divertido! Papá estaba muy contento y dijo que mañana yo me pondría la camiseta del Málaga para ir al cole. ¡Bien!

domingo, 16 de mayo de 2010

La comunión de Blanca II

Pues sí, contaba que el fin de semana pasado, en la comunión de Blanca me lo pasé estupendamente, y que me hinché de tarta, que salté y salté incansablemente en un castillo de aire, hasta no poder más, y también lo hizo mi hermano Miguelito, que no paró en ningún momento, incluso en ese momento en el que yo estaba reventada sentada sobre las rodillas de mi padre mi hermano seguía bailando y dando palmadas. Tan sólo conseguimos que parara un momento, y con mucho esfuerzo, cuando nos hicimos algunas fotos. Pero no fue fácil.

Luego, pasada la comunión me enteré de que a Blanca le habían regalado seis o siete relojes, que digo yo que es mucho porque con sólo dos muñecas donde colocarlas no sé qué va a hacer con tantos relojes...

Aquí en la foto salimos mi hermano Miguel, Carlota y yo.

martes, 11 de mayo de 2010

La comunión de Blanca

El domingo fue un día verdaderamente especial, y por eso, y para disfrutarlo desde el principio hasta el fin, nos despertamos desde bien temprano. Lo primero que hicimos al ponernos en pie fue desayunar un buen desayuno, porque después nos íbamos todos a una iglesia para ver a Blanca en su Comunión. Llegamos a tiempo para poder coger un buen sitio.

Como Miguel no se estaba portando muy bien papá se fue con él. Cuando se fueron los eché de menos, y quería haberme ido con ellos, pero mamá dijo que no, que tenía que aprender de Blanca para cuando me tocase a mí.

Al salir nos sorprendió la lluvia. ¡Vaya rollo! Pero lo solucionamos yendo a una cafetería donde me tomé un batido de chocolate. Desde allí fuimos a la celebración. Puede que no creáis lo que voy a decir pero, aunque parezca mentira y exagerado, es cierto. Había un castillo de aire donde cabíamos todos los niños, saltando y tirándonos, sin control. ¡Qué divertido! Sólo paré para tomarme la tarta, de la que repetí trozo. Mi hermanito Miguel se echó una siestecita y luego estuvo bailando y tocando las palmas cuando se improvisó un grupo cantando canciones.

jueves, 6 de mayo de 2010

La fila

Desde el pasado martes mis padres ya no me acompañan para ir al cole hasta la puerta de mi clase, ahora, como nos estamos haciendo mayores y algunos incluso tenemos cuatro años, nos esperamos en el patio de los mayores, donde nos recoge la señorita. Entonces nos separamos de nuestros padres y nos vamos en fila india, que, por si no lo sabéis, es uno detrás del otro y con las dos manos sobre los hombros del niño que está situado delante.

Es muy divertido y tiene la función de acostumbrarnos a entrar en clase solos, sin la ayuda de nadie, tal y como hacen los mayores, pues el curso que viene ya seremos mayores y nuestros padres no podrán entrar siquiera al patio, sino que nos tendrán que acompañarnos hasta la puerta del colegio pero no podrán ir más allá. ¡Cosas de hacerse mayor!

miércoles, 5 de mayo de 2010

Al volante

Contaba en el post anterior que para festejar el día de la madre fuimos a almorzar a la Feria de los pueblos, y que aunque no es exactamente la feria que yo esperaba, pues no me vestí de gitana, sí había cacharritos, y mis padres, como nos habíamos portado bien, nos montaron en un par de ellos.

Primero condujimos un autobús, como alguno de los que yo me he montado en un par de veces. Era amarillo y le estuve enseñando a Miguel todo el rato cómo había que mover el volante, y también cómo se tocaba el claxon. No paramos de tocar en todo el rato. Al llegar el momento de salir del autobús, cuando mis padres abrieron la puerta para sacarnos, Miguel la cerraba rápidamente porque no quería salir. ¡Jo, cómo se puso cuando lo sacaron!

Después nos montamos en una Ambulancia, que tenía varias sirenas que también hicimos sonar todo el rato. Fue muy divertido, pero estuve que estar muy pendiente de Miguel porque estaba tan nervioso que no paraba de ponerse de pie. Una y otra vez tuve que decirle que si no se sentaba no se iba a montar más. Al final conseguí que se sentara pero fue la última vez que nos montamos. No pasa nada porque mis padres me prometieron que pararíamos de camino a casa para tomarnos un helado.

Paramos en una heladería y me pedí un helado de fresa, en cucurucho y mi padre se pidió uno de turrón, en tarrina. Cuando probé el de turrón, le dije a mi padre que si me lo cambiaba. Me dijo que sí. ¡Qué bueno es! He aprendido que el helado de turrón es ahora mi favorito.

Por cierto, podéis ver en las fotos el collar hawaiano que me regalaron en la caseta de Hawái.

martes, 4 de mayo de 2010

El algodón rosa

En el día de la madre hicimos muchas cosas especiales. Quiero decir aparte de hacer regalos a mi mamá. Fuimos a visitar a todas las madres que tenemos en nuestra casa. ¡Mis abuelas, vamos! Fuimos a sus casas y les llevamos un regalo a cada una de mis dos abuelas. Después nos fuimos los cuatro a comer a la feria, aunque no era exactamente la feria que yo esperaba, sino, más bien, una en la que no me visto de gitana. Se llama Feria Internacional de los Pueblos.

Aunque, como he explicado no era exactamente una feria, en realidad sí lo era para mí, porque tiene todo lo que yo le pido a una feria: cacharritos para montarme.

Una vez en la feria mis padres tomaron hot dog alemanes -yo sólo lo probé-. Mamá incluso se animó a tomarse una cerveza alemana. Después comida india y de postre pastelitos marroquíes. ¡A Miguel y a mí nos encantaron! Tanto que mamá tuvo que ir a comprar más, de lo mucho que nos habían gustado.

De camino a los cacharritos mis padres me compraron una cosa que me llamaba mucho la atención, que se conoce como algodón, pero no es algodón, y se come y, sobre todo, es de mi color favorito. No me gustó mucho su sabor pero está chulo pasear con él en la mano. Cuando me cansé de llevarlo se lo dejé a Miguel que llevaba un buen rato protestando para que se lo dejase. Le duró poco porque empezó a agitar el palo y se le cayó al suelo, pero, la verdad es que a ninguno de los dos nos gustó mucho.

lunes, 3 de mayo de 2010

El cactus

Os he contado que ya ha pasado el día de la Madre, y os he contado lo mucho que quiero a mi madre, al igual que mi hermano, aunque él todavía no sabe decirlo, pero, de alguna manera, todos sabemos que cuando aprieta su carita en la pierna de mamá, verdaderamente muestra más que decirle que la quiere.

En el día de la madre, mami recibió algún que otro regalito (papá y Miguel le regalaron una toalla nueva y otra cosita que se va a comprar ella), pero creo que el regalito que más le gustó es uno que hice yo misma. Yo y mis manitas. Bueno, también hubo un poco de ayuda de mi señorita del cole. Se llama Toñi y nos ayuda a hacer todas nuestros regalos.

domingo, 2 de mayo de 2010

Gracias mamá

¡Hoy es el día de la madre! ¡Qué alegría! ¡Felicidades mamá!

Y gracias por repetirnos todos y cada uno de los días que somos los niños más bonitos del mundo, y por venir a recogerme al cole en coche cuando llueve, y por darle importancia a nuestras cosas, y porque entre millones de razones eres la mejor mamá del mundo infinito.