sábado, 30 de enero de 2016

En el Parque de las Ciencias

La misma mañana siguiente después del partido de Unicaja en la Euroliga, aún en diciembre del años pasado, fuimos a Granada. La intención de mis padres era quedar con unos amigos suyos, Rebeca e Iñaki, y lo hicimos en el Parque de las Ciencias de Granada. Un sitio chulísimo para visitar.

El Parque de las Ciencias de Granada es inmenso. Lo primero que visitamos fue una exposición sobre el Titanic. Realizamos la visita con audioguía y aunque es un poco larga fue entretenida. En esa primera exposición lo que más nos gustó fue la maqueta a escala del Titanic. Se podían ver los detalles del interior y como estaba aún en construcción pudimos contemplar el inmenso trabajo que contiene. También pudimos ver por primera vez una impresora en 3D. ¡Qué chula!

Después de esta primera exposición nos reunimos en el hall principal del Parque con Rebeca e Iñaki, y todos juntos fuimos a ver una exposición en la que estaba Ötzi, el hombre de hielo, con más de 3200 años en sus deterioradas espaldas. La exposición se llamaba: Momias. Testigos del pasado, y no es una exposición cualquiera. Estaba llena de momias de distintas partes del mucho y de distintas civilizaciones.  Entre muchas de ellas había sobre todo momias americanas y momias egipcias, todas feísimas y al mismo tiempo algo siniestras. Eran como monstruos disecados que parecía que en cualquier momento iban a volver a la vida y a agarrarte del cuello con sus afilados huesos. Por suerte nada de esto pasó y salimos de la sala sanos y salvos. ¡Qué alivio!

Bajamos al centro de Granada andando, en un largo paseo, hasta un restaurante donde almorzamos estupendamente. Rebeca nos enseñó su recién estrenado tatuaje. ¡Qué valiente tiene que ser Rebeca! Iñaki dejó a Miguelito boquiabierto con su chubasquero de la Real Sociedad, que era muy grande pero cabía en un bolso muy pequeño. A partir de ahí todo fue pasear por calles llenas de encanto. Quedamos en una cafetería con unos amigos de Rebeca e Iñaki, y tomamos alguna bebida, luego también tomamos una estupenda porción de tarta de queso que Iñaki nos invitó. Dijo que estaba riquísima y la verdad es que decía la verdad. Nos despedimos apresuradamente de ellos porque cogimos un taxi y regresamos al Parque de las Ciencias. Aún nos dio tiempo a holgazanear un poco más por el Parque hasta que nos echaron. Ya de vuelta a casa, en el coche, todos echamos un buen sueño. Bueno todos menos papá que tenía que llevar los ojos bien abiertos. Otro día estupendo para recordar.

jueves, 28 de enero de 2016

En el Martín Carpena

Sin esperarlo mi padre nos preguntó si nos gustaría a mi hermano y a mí acompañarlo a ver un partido de baloncesto. Fue así, sin venir a cuento, ni siquiera él lo había preparado con antelación. Su amigo Miguel, el padre de Dani, Jaime y Gabriel, le dijo que igual podía conseguir unas entradas para el partido, y que él y Dani iban a ir a verlo, que si nos queríamos apuntar. Un partido de basket, del Unicaja en el Martín Carpena. ¡Otra experiencia nueva!

En muchos de los días cuando vamos en coche de camino a Málaga siempre le preguntamos a nuestros padres qué es el estadio que se ve desde la carretera y siempre nos dice que es el Estadio del Unicaja, el equipo de baloncesto de la ciudad de Málaga.

Era un lunes y el partido iba a ser un martes, y tanto mi hermano como yo no lo dudamos ni un segundo y decidimos asistir. Así que el martes, tan pronto como salió mi padre del trabajo vino a casa a recogernos y tiramos para el estadio. Como llegamos pronto, aparcamos bien.

El partido de baloncesto era el primero de la segunda ronda de Euroliga, y era contra el equipo turco, Darussafaka Dogus. El partido fue muy emocionante y el Unicaja terminó ganando por 70 - 62, pero al descanso perdía por 29 - 32 y empezamos a sospechar lo peor, aunque punto a punto el Unicaja fue tomando una ventaja que nos tranquilizó. Lo pasamos muy bien, la verdad y ya estamos deseando volver para animar a nuestro equipo, ¡el Unicaja!

miércoles, 20 de enero de 2016

Todos a una

El día después de Navidad, a pesar de que estábamos cansados y de que además teníamos muchas ganas de quedarnos en casa jugando con nuestros nuevos juguetes, fuimos a Alhaurín de la Torre donde mi hermano jugaba un torneo con la categoría B de su equipo. Como muchos niños estaban fuera, resultó que les faltó gente, de modo que el entrenador del B se llevó a dos del equipo A, los dos más pequeños creo yo. Allí jugaron tres partidos y perdieron los tres. ¡Vaya carita que traía al acabar los partidos! Aunque luego, la verdad, es que se lo pasa pipa.

Pero mientras estaba jugando el torneo, su entrenador del A, preguntó si le daría tiempo de llegar a otro campo a jugar otro partido, de manera que nada más acabar un torneo nos fuimos a un memorial, también en Alhaurín de la Torre, solo que en otro estadio.Llegamos justo para saludar a sus amigos y seguidamente calentar (¿calentar?) y jugar el partido. Ganaron 6-0. ¡Jo qué contento estaba! Sólo él pudo marcar tres goles más. Tiró dos fuera por poco. Uno por apenas una palma por encima del larguero y otro rozando el palo, con el portero batido totalmente, y otro tiro dio en el palo. ¡Qué mala suerte! No le importó, porque lo verdaderamente importante es que ganaron el partido.

Regresamos a casa y Miguelito estaba reventado y no me extraña. Yo también y bueno, todos, pero la vida es así, hoy te esfuerzas por tu hermano o tus padres, y mañana ellos se esfuerzan por ti.


jueves, 7 de enero de 2016

Una Navidad imperial

El día de Navidad, después de abrir los regalos de casa y darnos un gran desayuno, recomenzamos a poner orden en la casa porque esperábamos que vinieran tita Rosi y tito Chiqui con nuestros primos Daniel y Laura. Los abuelos Pepa y Felipe también se unieron a nosotros en casa el día de Navidad, y más tarde, a la hora del café, vinieron tito Francisco, tita María José y nuestra prima Celia.

Comimos estupendamente de nuevo, porque Mamá es una magnífica cocinera -por si no lo he dicho antes- y durante la tarde jugamos un montón con el primo Daniel a la Wii. Lo pasamos en grande. Al final yo me fui a mi cuarto a jugar con Celia, mientras que mi hermano y Daniel se quedaron más rato jugando a la Wii. Pero cuando la tarde estaba. Después del café jugamos todos juntos al bingo. El bingo es un juego muy divertido, porque puedes ganar una buena cantidad de dinerito con sólo tener un poco de suerte. ¡Yo tuve un poco de suerte y gané una línea!

Cuando terminamos de jugar al bingo y todos los titos, primos y abuelos se fueron, nos quedó la casa hecha un patatal, pero nos pusimos los cuatro manos a la obra y en apenas una hora devolvimos la mesa a su lugar, el árbol a su esquina, las cajas de juguetes a su sitio. Los juguetes, los cubiertos, los vasos. Todo de vuelta a su lugar. Cada cosa a su sitio y es que quien quiere conseguir algo, un esfuerzo le cuesta.

Nosotros queríamos ver el tercer episodio de Star Wars, porque recientemente habíamos comenzado a ver la serie y queríamos verla completa antes de ir al cine a ver el episodio séptimo, por eso nos dimos tanta prisa. Finalmente conseguimos recoger todos los líos de modo que pudimos ver el episodio tercero, donde estaban pasando cosas muy intensas en el Imperio. Y aunque acabamos muy tarde no importaba porque al día siguiente estábamos de vacaciones. ¡Yiiiiha!


martes, 5 de enero de 2016

Nochebuena en casa

¡Hola! ¡Buenos días! ¡Y Felices fiestas a todos! ¡Y feliz año nuevo! Vaya cómo ha empezado el año. A ver por donde empiezo a contaros todas las cosas que estamos haciendo últimamente. Creo que lo mejor será comenzar por el principio.

Lo primero que suele ocurrir justo antes de comenzar las vacaciones son las notas. La verdad es que este año tanto mi hermano como yo hemos sacado muy buenas notas, con muchos sobresalientes y algunos notables y un sólo bien. Yo he sacado todo sobresaliente menos en matemáticas, porque tuve unos pequeños errores tontos y al final sólo me quedé con un notable. El resto todo sobresalientes y con muchos dieces.

Miguelito también ha tenido muy buenas calificaciones. Él ha sacado cinco sobresalientes, dos notables y un bien en educación artística y es que parece que le gusta mucho hacer el payaso, pero ha prometido que en la próxima evaluación va a tener más seriedad en las clases. Para ser el primer año que hace exámenes no está nada mal.

Justo después de las notas llegaron las vacaciones y con ellas la Nochebuena y la Navidad. Este año las dos primeras fechas señaladas las íbamos a celebrar en nuestra casa, por lo que nos pusimos manos a la obra y tanto mi hermano como yo ayudamos muchísimo. Para el día de Navidad vinieron a nuestra casa mis padrinos Mari Carmen y José Miguel y también los abuelos Pepa y Felipe. Montamos la mesa grande en el salón y comimos muy pero que muy bien. El día anterior habíamos ido a hacer una compra gigante y todo salió estupendo. ¡Mamá es una gran cocinera! Papá Noel dejó para mi hermano y para mí en casa de los padrinos una Wii con muchísimos juegos. ¡Jo, qué sorpresa! No lo hubiésemos imaginado nunca. A mi padre también le trajeron unos auriculares estupendos que le encantaron y a mi madre un juego de la Wii para mantenerse en forma. Estuvimos toda la tarde jugando con un la Wii. ¡Qué divertido! Acabamos cansadísimos de tanto jugar.

A la mañana siguiente, el día de Navidad, despertamos pronto para ver si Papá Noel había dejado algún regalo en nuestra casa. ¡Y vaya si se acordó! A mí me trajo un libro del Diario de Nikki, un bolso de un búho y un joyero que me encantaba, a mi hermano un libro de fútbol, coches de Hot Wheels y un monopatín naranja. A mamá una caja de perfume y unos botines negros y a mi padre una sudadera del Málaga y un libro que le hizo mucha ilusión.