miércoles, 1 de septiembre de 2010

45 minutos

Hoy ha comenzado mi hermano Miguel a ir a la guardería. Ha sido su primera vez. Iba muy gracioso con su uniforme, o al menos así me lo parecía a mí. No tenía mucha idea de lo que le esperaba allí ni nada de nada, pero una vez en la puerta entró el primero, sin mirar atrás, por delante mía y de mis padres. Vio una casita de juguetes y se metió, sin pensárselo, porque Miguel es así, muy atrevido y lanzado, a veces, incluso, demasiado.

Nos fuimos de allí dejándolo con los demás niños y no pareció darse cuenta, enseguida mis padres se asomaron por la ventana redonda de la puerta y vieron cómo Miguel le estaba quitando un tractor a un niño que había allí. ¡Vaya bicho!

Como era el primer día de adaptación de Miguel en la guardería, tan sólo tenía que estar allí 45 minutos, por lo que aprovechamos ese tiempo para hacer unas cosillas. Primero fuimos a lavar el coche y después a recoger un encargo de la farmacia.

Cuando volvimos los niños estaban en el patio y, ¿sabéis qué es lo que estaba Miguelito haciendo? Pues estaba jugando a la pelota, pegándole patadas, con dos niños más y en cuanto un niño la cogía, él se la quitaba, la tiraba al suelo, patadón y a correr de nuevo.

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