miércoles, 28 de mayo de 2014

Todos juntos en La Rosaleda

La liga española de fútbol ya ha terminado y mi padre está contento porque el Málaga ha conseguido, otro año más, mantenerse en primera. Para conseguirlo mi hermano y yo hemos tenido que ir a apoyar a algunos partidos últimamente.

Primero fue mi hermano a un partido en La Rosaleda, al que era su tercer partido,que enfrentaba al Málaga con el Elche, y el Málaga perdió en casa 0-1. Miguel no trajo la misma suerte que las veces anteriores.

El siguiente partido en casa, el último de la temporada, el Málaga ya estaba salvado, y mi padre consiguió carnets de sus compañeros y fuimos Miguel, mamá, papá y yo a ver el partido del Málaga - Levante, que, esta vez sí, ganamos 1-0. Lo pasamos superbien en este último partido y ya estamos deseando que otro día no vayan algunos de los compañeros de mi padre en el campo y así podemos ir nosotros. El primer día mi padre le compró a mi hermano una gorra del Málaga y una trompeta, y el segundo día me lo compraron a mí, una gorra que dice chica malaguista y una trompeta para pitar durante el partido.

domingo, 18 de mayo de 2014

Martina está con nosotros

Ya nació nuestra nueva primita. La madrina de mi hermano, Cristina, la llevaba en la barriga y ya por fin nació el pasado 10 de mayo. Se llama Martina y es un bebé muy bonito. Todo ha ido bien y todo el mundo está muy pero que muy contento. El mismo día que nació fuimos al hospital a conocerla. Nació en el mismo hospital en el que nació mi hermano Miguel, y hace muchos años mi padre: en la Clínica Gálvez.

Es muy chiquitita y estuvo casi todo el rato que pasamos allí durmiendo, y parece que va a ser muy buena y dormilona, como también es su hermano Lucas, el cual, desde hace unos días, para liar la cosa, se ha roto un huesito de su brazo. No pasa nada, seguro que se recupera pronto porque es un campeón.

Desde aquí le queremos mandar un beso muy grande a Martina y a Lucas, y también a sus padres, Cristina y David, que ahora durante estos primeros días van a estar más que ocupados con tanta novedad.

Os pongo una foto de Martina cuando apenas tenía unas horas de vida.

viernes, 9 de mayo de 2014

El primer hat-trick

Dos días a la semana mi hermano Miguel y yo vamos a practicar deporte. Yo estoy apuntada a pádel, que es un deporte muy complicado porque se juega con una pala y con una pelota, y eso, os lo aseguro, lo hace bastante complicado.

Mi hermano Miguel juega al fútbol, que también tiene su dificultad porque se juega con los pies, y claro los pies están hechos para andar, pero eso de llevar una pelota con ellos es mucho más complicado.

Los comienzos de ambos fueron difíciles. A mí me costaba acertar con la pala a la bola, y al principio había muchas veces en las que no lo lograba, ahora, sin embargo, me preocupa más pasar la red que no darle, aunque reconozco que a veces fallo, pero ya no tantas.

A mi hermano le pasaba lo mismo. A veces intentaba darle una patada a la pelota y se la daba al aire, en cambio, ahora lo que intenta es meter goles.

Hoy por ejemplo, en el partido al final del entrenamiento, el equipo de Miguel ha perdido 3 a 6, pero los 3 goles de su equipo los ha marcado él. Y aunque se va triste por haber perdido, por otro lado se va contento porque hizo su primer hat-trick.  Y es que cada día juega mejor, y se nota.

sábado, 3 de mayo de 2014

En el parque de la Batería

No recuerdo el día exacto pero era a primeros de marzo y hacía un día de verdad veraniego. Mis padres, a los que habíamos despertado temprano, decidieron que íbamos a ir al Parque de la Batería. No nos acordábamos ni mi hermano ni yo bien de qué parque era ése en realidad, pero no importó, nosotros estamos siempre encantados de ir a cualquier parque.

Resultó que el Parque de la Batería era un parque chulísimo. Tiene los dos toboganes más grandes en los que yo jamás nos hemos montado. Además tiene otras muchísimas cosas en las que montarnos que son también super chulas.

Estuvimos un buen rato allí, dando vueltas, subiéndonos en todo lo que pudimos y después subimos a una torre desde donde hay unas vistas también muy chulas. Por si fuese poco también hay unos cañones de guerra. ¡Qué susto! Y para terminar, fuimos a una terraza a la que mis padres le habían echado el ojo, donde comimos unos bocadillos y unas patatas fritas. Todo muy rico y rápido.

¡Qué bien lo pasamos ese día! Aunque yo me quedé con las ganas de montarme en una barca para darnos una vuelta por allí, pero se hizo algo tarde y había una grandísima cola que esperar para montarnos. Mis padres me prometieron que la semana siguiente, o si no la otra, volveríamos y nos montaríamos. Y lo cumplieron. La semana siguiente volvimos y esa vez sí que nos montamos en un barco de remos. ¡Qué chulo!