viernes, 27 de febrero de 2009

Acostumbrada a lo bueno

Ya han vuelto de su viaje mis abuelos Pepi y Miguel. Han estado en Nueva York, que es el destino más deseado por mis padres. Por lo visto en Nueva York los edificios son altísimos, llegan hasta el cielo, me asegura mi abuelo. Nos han traído algunos regalos que nos han gustado mucho.

Hemos pasado, mi hermano y yo, un fin de semana sin abuelos, unos por estar de viaje y otros por enfermedad de mi abuelito Felipe, que ha estado muy malo con el dichoso virus que le ha ensuciado el estómago. Papá y sobretodo yo conocemos de primera mano lo que ha pasado. Pero ya todo es pasado, ahora todos estamos bien, bueno no, tita Cristina creo que también está algo fastidiada, pero como ella es fuerte seguro que lo supera rápido.

Esta semana me ha costado bastante levantarme por las mañanas, casi ningún día quería ir al colegio. Y es que durante estos días que estaba malita, me tumbaba en el sofá a ver los dibujos, y ya sabéis lo rápido que se acostumbra uno a lo bueno.

lunes, 23 de febrero de 2009

Un paso atrás

Todo parecía haber mejorando durante el domingo. Papá se encontraba algo mejor. Mama seguía tan estupenda como siempre. Miguel no había vuelto a vomitar y estaba todo el rato risueño. Incluso yo, estaba ya más animada. Por eso decidimos bajar al parque que hay cerca de la casa, aprovechando además que hacía un día muy soleado. Empecé disfrutando mucho tirándome por el tobogán y correteando por el parque, pero, sin previo aviso, volvió a dolerme la barriga, y en menos de media hora tuve 3 veces diarrea.

Pronto volvimos a casa, estaba muy cansada, por lo que me fui con papi a la cama y dormí una hora y media. Cuando desperté, lloré porque no quería haber dormido. ¡Quería haber estado despierta!

De todas formas lo peor fue anoche, que volví a vomitar en la cama. Menos mal que mis padres son muy pacientes y comprensivos conmigo. Espero recuperarme pronto, porque ahora mismo es lo más importante.

domingo, 22 de febrero de 2009

Huyendo del lobo

En casa seguimos un poco fastidiados con el virus ese que hace vomitar y tener diarrea. Yo ya he dejado de vomitar, sin embargo, sigo teniendo diarrea y poco apetito. Ahora es papá el que está peor, pero lo más preocupante es que Miguelito ha vomitado esta noche, pero por todo lo demás parece que está bien porque no llora mucho y sigue teniendo bastante apetito.

La única que está bien todo el tiempo es mami, toquemos madera. Es un verdadero misterio que no se le haya pegado porque está todo el día conmigo y con Miguel, dentro de la casa. Papi dice que mami es muy fuerte y debe tener razón.

Ayer, mientras papá se quedaba vomitando en casa, mamá, Miguel y yo fuimos al centro para ver los carnavales. Yo iba disfrazada de caperucita roja. ¡Me encanta disfrazarme! Cuando papá me vio vestida de caperucita roja puso cara de lobo y me tiré un buen rato huyendo del lobo de mi padre.

En la foto se puede ver lo bien que me sienta ser caperucita roja, la foto está hecha con la nueva cámara que mis padres han comprado. Se ve bien, ¿verdad?

martes, 17 de febrero de 2009

¡Quiero dibujitos!

Miguel y yo estamos totalmente recuperados aunque, en realidad, aún nos arrastramos algo de mocos y un poco de tos. El mejor signo de que estoy casi recuperada es que tanto ayer como hoy he vuelto a ir a la guardería. Además, ya he vuelto a recuperar mi apetito. Lo peor de ir a la guardería es lo temprano que me despiertan mis padres para vestirme. Al menos me traen el biberón a la cama.

Ahora andamos preparándonos para la fiesta de carnaval de la guardería. Mi abuela Pepa está, durante estos días, dándole los últimos retoques a mi disfraz. No os digo cual es porque me gusta dar sorpresas. ¡Qué divertido!

Mis padres me cuentan que anoche mientras dormía empecé a gritar en medio de la noche. Era una pesadilla. Se ve que vivo las pesadillas de una forma muy intensa. No sé si creerles pero dicen que gritaba: ¡Quiero dibujitos, quiero dibujitos! Y es que estos últimos días tirada en el sofá recuperándome me he aficionado muchísimo a ver dibujitos de un canal que se llama Playhouse Disney. Os lo recomiendo.

Os coloco una foto de cuando yo tenía 4 meses (más o menos como Miguel ahora), y ya tenía yo buen gusto musical, ¿verdad?


sábado, 14 de febrero de 2009

Medicándonos

Sigo estando malita aunque parece que por fin estoy remontando. Son ya varios los días con fiebre y poco apetito, que es lo más preocupante, sin embargo sigo manteniendo el buen humor aunque por las tardes estoy un algo perezosa y vaga. Menos mal que durante estos días no estoy yendo a la guardería, porque allí hacemos muchas actividades, y no estoy ahora para tantos trotes. Pero si todo sigue bien, mis padres me aseguran que el lunes volveré a la guardería.

La verdadera mala noticia es que a Miguel ayer empezó a subirle la fiebre, todo hace indicar que le he pegado mi dolor de garganta. Lo que me entristece mucho. Le subió la fiebre hasta los 38 º en un santiamén, pero después de tomarse la medicina (Apiretal) le bajó, y ya ha pasado una noche muy buena. ¡Ha dormido casi 11horas! Se ve que la medicina le ha afectado bastante.

Esperemos que Miguel y yo estemos recuperados muy prontito.

martes, 10 de febrero de 2009

En casa

Ayer por la tarde empecé a sentirme regular. Me subió la fiebre hasta los 38 grados rápidamente por lo que mis padres me dieron mi medicina de choque (Dalcy, Bisolvón y Flutox). Tenía mocos, y algo de tos pero, sobre todo, dolor de garganta. La noche ha sido muy larga, despertándome constantemente, y es que resulta que cuando tienes mocos respiras peor y se te seca la garganta, que me duele, y al beber agua más todavía. Mis padres dicen que me he puesto mala por no ponerme los zapatos y caminar sólo con calcetines.

Por la mañana me desperté más tarde de lo habitual y mi padre ya se había ido a trabajar, y no fui con él a la guardería. Me pasé toda la mañana tumbada en el sofá viendo dibujitos en la tele. Caillou, Little Einstein y Juan y Tolola son mis favoritos.

Miguel sigue bien. Creciendo y comiendo mucho. Desde ayer come cereales en el biberón y dice mamá que parece que le gusta más porque últimamente se está tomando los biberones enteros.

domingo, 8 de febrero de 2009

4 meses

Ayer cumplió mi hermano Miguel 4 meses. ¡Cómo pasa el tiempo! Mis padres dicen que el tiempo no pasa, ni corre si no que vuela. Y es cierto. Vuela como los aviones.

Para celebrar que mi hermanito Miguel lleva con nosotros los cuatro meses y aprovechando que era sábado hemos ido a comer a la calle con la abuela Pepi y el abuelo Miguel. Fuimos en dos coches porque no cabíamos en uno. Fuimos a un sitio de tapeo y Miguel debía saber que era el día que cumplía 4 meses porque estaba muy risueño.

Cuando comíamos allí llegaron Juanfra, Lidia y mi amiguita Elena. ¡Qué suerte! Se sentaron con nosotros y comimos juntos. Todo estaba muy bueno. A mis abuelos les gustó mucho y dijeron que repetirían. Los abuelos se fueron pronto porque el abuelo tenía que ir al musical, que es como yo lo digo.

Los demás nos fuimos a un parque nuevo, que acababan de inaugurar esa misma mañana. Tiene el tobogán más grande que yo haya visto jamás. Estuve un buen rato jugando en él. Después fuimos a tomar café y nos fuimos a casa de la abuela Pepi donde yo me quedé un rato hasta cuando vino papi a recogerme y me fui junto a él a la casa. Me tomé el biberón entero y me dormí tan rápido como el tiempo vuela.

jueves, 5 de febrero de 2009

Un poco mareada

Como ya sabéis estoy empezando a dominar la nueva técnica para mí de la caca dentro del váter. Voy progresando adecuadamente pero todavía me cuesta acordarme cuando estoy jugando con mis muñecos. Mis padres se deben andar muy espabilados conmigo si no quieren que me haga caca encima cuando estoy jugando.

Ayer por la tarde mi mamá no se encontraba bien, se sentía algo mareada. Papá piensa que necesita descanso y puede que también debería comer más y dejar aparcado el régimen un tiempo. Lo que pasó finalmente fue que la abuela Pepi vino a hacerle compañía a mamá, pero sobre todo para poder echarle una mano con mi hermano y yo.

Luego más tarde llegaron mis abuelos Pepa y Felipe que han estado de viaje durante los últimos días. Tenían muchas ganas de verme y se acordaban mucho de mí. Me trajeron un pijama y un vestidito y a mi hermano otro pijama. Los regalos me han gustado mucho. También nos visitaron tita Cristina y tito David. ¡Me encantan las visitas! Les enseño mis juguetes, mis libros, mis puzles y rompecabezas.

Todos están muy contentos conmigo porque estoy aprendiendo a ir al váter. Sobre todo mamá. Y yo sólo espero que se mejore. Entrada la noche fue encontrándose mejor.


martes, 3 de febrero de 2009

Los tres cerditos

Como sabéis, el viernes hice caca en casa de mi abuelita Pepi, todos estaban muy contentos y alegres, me llenaron a regalos y besos, pero... el sábado por la mañana lo eché todo a perder. No sé lo que me pasó pero me desperté, y estando en la cama me entraron ganas y como tenía el pañal puesto, pues eso. Planté un olivo.

Mis padres no se enfadaron tanto como yo esperaba porque comprendieron que como estaba recién despertada y además llevaba pañal, pues que tampoco era tan importante.

La cosa empezó a empeorar cuando el mismo sábado por la tarde planté un eucalipto, y por si fuese poco el domingo por la mañana planté un baobab. Ahí fue cuando sobrepasé el límite de la paciencia de mis padres. Así que el lunes cuando volví de la guardería, otra vez me sentaron obligada en el váter de casa. Esta vez acepté porque sabía que tampoco pasaba nada por hacerlo en el váter y así fue. Tanto ayer lunes como hoy martes he hecho caca en el váter. Mamá se puso tan contenta que jugó conmigo más que nunca y papá me compró un libro para leer antes de dormir. Anoche me leyó los tres cerditos y el lobo. Cada noche dice me va a leer un cuento, siempre y cuando yo haga caca en el váter, claro está.

Estoy empezando a darme cuenta que es mejor tener a mis padres de mi lado que en contra.

Miguel sigue bien, ganando peso poquito a poco. Casi todos los días mi padre lo coge y hace gimnasia con él. Lo pone en la cama y Miguel se agarra de los dedos de papá y se pone de pie, lo que le gusta mucho. Mis padres dicen que es muy bueno, porque duerme mucho y muy seguido. Sin embargo, él sí se hace caca encima y no le pasa nada. Mis padres dicen que aún es muy chiquitito y que queda mucho tiempo hasta que él aprenda.