jueves, 23 de septiembre de 2010

Virus y tortas

Las noticias de esta semana no son del todo buenas, aunque alguna sí que hay. Mi abuela Pepi, y yo caímos enfermas las primeras, luego se sumaron Natalia, tita Ana, mi padre, el abuelo Miguel y mi madrina, el resto, incluido mi hermano, se salvan de puro milagro.

Los primeros síntomas son una fiebre alta, un cansancio general con dolor de cabeza, mucho sueño, y diarrea, algunos también vómitos. Se ve que en nuestra estancia todos juntos en la casa rural además de coger unos kilitos de más también cogimos un virus de sobra. Por eso esta semana no he ido al colegio, me he ido quedando en casa de mis abuelas. Primero en casa de mi abuela Pepa durante tres mañanas y el jueves en casa de mi abuela Pepi. Papá sí ha ido a trabajar, aunque no tenía buen aspecto.

Por otro lado, mamá y Miguel están en forma. Mamá incluso haciendo aerobic, pues se ha apuntado este mes, y Miguel, ¿qué decir de Miguel? Mari Palma, su seño en la guardería, dice que le ha metido mano en la guardería a todos los niños y a los que no son tan niños, que con lo chico que es, parece increíble la fuerza que tiene y lo difícil que es atraparlo. Dice que lo castiga pero que ni llora, que se cruza de brazos poniendo el morro torcido y que cuando alguien se le acerca, ¡zas!, tortazo que le da. ¡Vaya mano más larga que tiene! Aun así dice que también es muy gracioso y cariñoso, que se acerca y la abraza y da besos. Y que se rie mucho y que no para en todo el rato de pasárselo bien.

Papá dice que cuando lo lleva a la guardería entra sin ningún problema, que da un beso y dice adiós y mira con cara rara a los demás niños que lloran porque no quieren entrar en la guardería.

Ayer mamá lo llevó a cortarse el pelo y se portó muy bien, parece que le gusta que le corten el pelo. ¡No es nadie!

No hay comentarios: