jueves, 28 de abril de 2011

Puzles

En casa tenemos cinco puzles distintos. Tenemos uno de madera, que aunque no es exactamente un puzle, lo vamos a llamar así. Sólo tiene seis huecos donde encajar piezas, y es para que niños pequeñines comiencen a jugar con puzles. Mi hermano y yo somos capaces de hacerlo casi con los ojos cerrados.

Luego tenemos otro de madera, que también es para encajar piezas, pero bastante más grande y difícil, pero que los dos nos las apañamos muy bien para hacerlo sin ayuda.

Desde bien poco tenemos otro que mis padres nos compraron en la tienda del Zoo en la última visita que realizamos. Ese es algo más complicado. Yo, claro está, sé hacerlo sola y con facilidad, pero a mi hermano le cuesta un poco, pero también es capaz de hacerlo solo, aunque no siempre lo consigue, y es que se pone nervioso y pretende introducir piezas donde es imposible que encajen y entonces comienza a deshacerlo y va para atrás en lugar de para adelante.

Hasta aquí son los puzles que Miguel conoce. No sabe que tenemos en casa otros dos, y es que es muy cabezón y como lo sepa, va a querer estar todo el tiempo jugando y me parece a mí que no va a saber hacerlos solito y no tengo todo el tiempo del mundo para estar todo el rato ayudándolo.

Los que tenemos son uno de 36 piezas, muy bonito que me trajeron mis titos y otro de 125 piezas. Muy difícil y complicado que sólo he hecho una vez y con la ayuda de mis padres, aunque todo es ponerse y, cualquier día de estos, espero conseguirlo hacer yo sola. Ya os lo contaré.

martes, 26 de abril de 2011

¡Mi cumpleaños!

¡El sábado fue mi cumpleaños! ¡Ya tengo 5 años! ¡Me estoy haciendo mayor! El día de mi cumpleaños fue un día verdaderamente increíble, de los mejores que he pasado en mi vida y eso que yo he tenido muchos días buenísimos. Todo el día de un lado para otro pasándomelo muy pero que muy bien.

Lo primero que ocurrió es que mis padres, cuando escucharon que me estaba despertando, rápidamente vinieron y me cantaron el cumpleaños feliz, hasta mi hermanito Miguel se animó. Fue muy divertido. Casi sin bajar de la cama nos arreglamos para ir a desayunar a la calle. Fuimos a la churrería de Pepe y desayunamos churros con chocolate. ¡Me encantan los churros! ¡Y el chocolate!

Después fuimos al lugar donde íbamos a celebrar mi cumpleaños. Era un sitio donde había un parque de bolas, con tobogán incluido, además de un miniparque para los niños más pequeños. Por la tarde iban a venir muchísimos amigos míos, para celebrar mi cumple, pero por la mañana estábamos mi madre, mi padre, mi hermano y yo. ¡Un parque para los cuatro! ¡Qué bien lo pasamos!

Volvimos a casa para almorzar y mis padres me dieron su regalo. ¡Un monopatín! Lo abrí yo, pero Miguel lo festejó como si fuese suyo. ¡Jo, cómo disfruta el pequeñajo! Después fuimos al local donde fueron llegando poco a poco todas las personas que invité. A partir de aquí sólo puedo decir que todo fue recibir regalos y pasarlo genial. Lo pasé genial.

Cuando ya estaba en mi cama, después de todo lo vivido, mi padre me preguntó que si había pasado un buen día de cumpleaños. Le pregunté que qué hora era, y me dijo que eran las once, entonces le hice ver que todavía me quedaba una hora estupenda para dormir en el día de mi cumpleaños porque estaba verdaderamente rendida.

¡¡Gracias a todos!!

viernes, 22 de abril de 2011

En el Zoo... de nuevo

El pasado domingo mis padres tenían reservada una sorpresa para nosotros y cuando me la dijeron no me lo podía creer. ¡Íbamos al Zoo! Cuando me preguntaron me encantó la idea y cuando le preguntaron a mi hermano, que justo antes había visto mi reacción, también gritó encantado: ¡bien, al Zoo! ¡bien!. Lo curioso de todo es que Miguel no tenía ni idea de lo que era un Zoo, porque hasta el domingo no lo había pisado ni una sola vez. Yo, en cambio, ya lo había hecho dos veces y esta fue mi tercera. Además iban a venir con nosotros tita Rosi y Chiqui con Daniel y también tita Cristina y tito David. ¡Jo, qué bien lo pasamos!

Ir al Zoo es muy pero que muy divertido y se lo recomiendo a todo el mundo. Fuimos junto con mi primo Daniel y sus padres Rosi y Chiqui, y también vinieron los padrinos de mi hermano Miguel, Cristina y David que son también mis titos, aunque eso ya lo sabéis.

En el Zoo hay muchísimos animales. Hay gorilas, chimpancés, orangutanes, cocodrilos, puercoespines, leopardos, tortugas, serpientes muchísimos peces y muchísimos pájaros, de muchos colores y distintos tamaños, pero de todos mis favoritos son los flamencos. ¡Qué graciosos son durmiendo con una sola pata en el suelo! Lo pasamos en grande. Pero no acabó ahí lo mejor. Después fuimos a almorzar al Burger King, que está muy cerca y además nos encanta. Después de nuestras hamburguesas tomamos, como siempre que vamos, un pequeño helado. ¡Qué rico! Después dimos un largo paseo y paramos a tomar un café. Entonces volvimos a casa y acabamos completamente rendidos.

martes, 19 de abril de 2011

Easter

¿He dicho que ya estoy de vacaciones? Bueno, en realidad, estamos, pues Miguel y mamá también están de vacaciones como yo. Papá es el único que no tiene vacaciones pero se unirá con nosotros más adelante. Tenemos muchos planes para estas vacaciones que ya os iré contando, pero lo más importante es que podremos pasar mucho tiempo juntos, y esperamos disfrutarlos bien a fondo, aunque mi hermano Miguelito está sufriendo una especie de resfriado raro. Casi todos los días se despierta con mocos y algo ronco, pero conforme avanza el día se convierte en tos. Miguel está haciendo grandes avances, cada día se comporta más como un niño y menos como un chimpancé, que es como le dice papá a veces.

En inglés me han dicho que tenemos vacaciones de Pascua mientras que mis padres lo llaman Semana Santa, dicen que es lo mismo, pero yo veo una diferencia y es que me ha dicho mi maestra de inglés que tomaré huevos de chocolate y al preguntárselo a mis padres dicen que no, que torrijas... ¡No hay quien los entienda!

domingo, 17 de abril de 2011

Churros, espaguetis y helados

Este viernes y sábado han sido bastante completos. El viernes vino mi padre a recogerme del cole, como casi todos los viernes, que es el único día que su trabajo lo permite. Volvimos a casa y cuando Miguel despertó de la siesta fuimos a merendar churros, con nosotros vino Álex, el amigo de mis padres, que acaba de volver de un largo viaje. Desde la churrería de Pepe, nuestro vecino, fuimos a ver una exposición de bonsáis, yo ni siquiera sabía lo que era un bonsái, y mis padres me lo explicaron pero no hay nada como verlo para saber bien lo que es. ¡Me encantaron! ¡Algunos son tan chiquitines!

Luego fuimos a hacer unas compras y después a la casa, donde mamá nos hizo unos espaguetis para cenar que estaban riquísimos.

El sábado nos quedamos en casa y vinieron a comer con nosotros Elena y Lidia, aunque papá se fue al fútbol con su amigo Mario. Después salimos a pasear, y después al parque, y después a tomar un helado en una heladería nueva que yo no conocía y que han abierto muy cerquita de nuestra casa y ya le he dicho a papá que cuando no tengamos helados en casa no nos costará mucho ir a comprar uno, o dos.

viernes, 15 de abril de 2011

La maestra y el alumno

Mi hermano Miguel está aprendiendo muchísimas cosas, y es que, cuando quiere, pone mucho interés. Ya se queda quietecito y sentadito delante de la televisión durante un buen rato mientras ve los dibujos. Casi sin darnos cuenta conoce muchísimos animales. Así que yo sepa ya sabe reconocer un búho, un león, un elefante, una jirafa, un cerdo, un loro, un cocodrilo, un perro y un gato, claro, también un oso, una tortuga, un caballo, una ballena, un tiburón y hasta un koala. Nos reímos mucho con él porque cuando uno de estos animales y otros que no me acuerdo ahora salen en la tele, se pone muy contento, señalando y diciendo por ejemplo ¡Un elefante, papi, un elefante! ¡Qué gracioso y cuantas cosas le quedan por aprender!

Mis padres dicen que yo soy la persona a la que más caso hace y por eso es tan importante que me porte bien, porque Miguel se fija mucho en mí y soy un ejemplo para él, y como podéis imaginar le enseño muchas muchas cosas.

lunes, 11 de abril de 2011

Ojalá

Este fin de semana hemos hecho cosas increíbles. El viernes, nada más salir del cole, fuimos a ver a nuestro pediatra. A mí me tocaba la revisión de los cinco años y a Miguelito la de los dos años y medio. Según parece sigo siendo una niña bien grande y Miguel un niño bien chico. Como nos habíamos portado muy bien durante la revisión médica fuimos a una cafetería a la que también vino mi amiguita del colegio Lidia, pues no la encontramos en el trabajo de su madre, y dejó que viniese con nosotros. Lidia y yo tomamos un sándwich de mantequilla cada una y un batido de chocolate, mientras que Miguel se tomó un sándwich de mantequilla y un batido de fresa. Mis padres sólo tomaron café.

Una vez que devolvimos a Lidia con su madre, fuimos a ayudar a limpiar en la casa de mis abuelos Pepa y Felipe, mientras papá tuvo que ir a Benalmádena. Volvió y junto que mi tito David fuimos al parque que hay allí cerca, y también fuimos a la Biblioteca. ¡Cuántos libros! ¡Y cuánto silencio! ¡Me gusta la biblioteca, y creo que a Miguel también!

Volvimos al parque, y fuimos a pasear junto a la cascada de agua que hay allí, también pasamos por puentes sobre el agua, y se me ocurrió que podría pasar cerca del arroyo, agacharme y tomar agua con las manos para así poder refrescarme. Papá vió lo que yo estaba intentando al saltar el seto, me dijo que no lo hiciera pero no le hice caso, me distraje y se me cayó un zapato, ¡dentro del agua! ¡Vaya enfado que cogió papá! Ya nos tuvimos que ir porque tenía el zapato empapado.

El sábado mi padre fue al rastro y preguntó quién quería ir con él. Miguel se apuntó pero yo no. Estaba muy cansada del día anterior. Luego por la tarde ellos se quedaron en casa viendo el fútbol y mamá y yo fuimos a comprar cosas que hacen falta, especialmente ropa para mi hermano y para mí. ¡Qué divertido!

El domingo fuimos al parque que hay junto a casa, vinieron también Elena, Lidia y Juanfra. Todos juntos comimos en el bar que hay junto al parque, y luego, después de comer, papá y Juanfra se fueron al fútbol, a Málaga, mientras mamá, Lidia, Elena, Miguel y yo fuimos a nuestro primer día de playa. ¡Y es que hacía un calor! ¡Qué bien lo hemos pasado este fin de semana! Ojalá todos fueran así... o mejores.

viernes, 8 de abril de 2011

El glotón

Hoy os voy a contar una de las cosas sorprendentes que hace mi hermano Miguel. Resulta que lleva ya unos cuantos días que después de cenar se toma un biberón, la mayoría de las veces lo hace tumbado en su cama, y ya prácticamente dormido, aunque en cuanto nota que le están intentando dar el biberón saca las manos de debajo de la almohada, que es como le gusta estar y aparta las manos de quien intenta dárselo porque lo quiere coger él y tomárselo él "solito", que es lo que siempre dice "yo solito". Todo esto que os cuento es lo normal y a diario, lo extraño viene ahora, durantes las últimas tres o cuatro últimas noches se está despertando entre las tres y las cuatro de la madrugada pidiendo otro biberón, al principio mis padres pensaban que se podría haber quedado con hambre de la ceno, pero la cosa es que había cenado bastante. ¡Qué extraño verdad!

Así que a media noche obliga a mi madre la mayoría de las veces a levantarse y prepararle un biberón, mientras Miguel no para de gritar "¡el bibi, el bibi!" una y otra vez, porque no para hasta que lo tiene entre las manos. Después por la mañana al despertarse, aunque parezca mentira, se toma otro. ¡Será glotón! Vamos que lleva tres o cuatro noches seguidas que se toma tres biberones. ¡Un litro de leche!

De todo esto yo casi ni me entero porque cuando se toma el primero por la noche ya suelo estar dormida, y de el de la madrugada, a pesar de los gritos de Miguel, no me entero de nada, a veces, con suerte puedo enterarme algo del de la mañana, pero la mayoría de las veces tampoco lo hago.
Así que mientras yo duermo Miguel no hace otra cosa que tomar biberones.

Os ponemos una foto justo después de que Miguel se recuperara. ¡Qué alegría!

lunes, 4 de abril de 2011

Las cortinas

Pensaba contar que el fin de semana fue muy tranquilo, que fuimos todos juntos al rastrillo y que como tanto Miguel como yo nos portamos bien mis padres nos compraron allí una Barbie para mí y una excavadora amarilla para Miguelito. Ellos se trajeron tres libros.

También iba a contar que vi como mi padre comió caracoles. ¡Caracoles! ¡Está loco! También pensaba contar que Miguel y yo nos tomamos cada uno un Frigopie. ¡Qué rico! También podría contar que pasamos todo el domingo en casa, holgazaneando, tirados en el sofá, o en el suelo, o en la cama, o donde sea pero tirados.

Pero voy a tener que confesar que hoy, mientras mi hermano y yo jugábamos, sin querer tiramos las cortinas al suelo. ¡Otra vez! Papá pensaba ir a comprar al Mercadona después del trabajo, pero mamá lo llamó al trabajo para decirle que no se retrasase y que viniera directamente a casa. Gracias a Dios papá lo arregló, aunque le costó más que la otra vez.

Mamá se puso como una loca y gritó tanto cuando lo vió que se ha quedado un poco ronca. Miguel y yo estamos muy arrepentidos y hemos prometido no volverlo a hacer... espero.

viernes, 1 de abril de 2011

En casa

Miguel ya está muy recuperado pero yo sigo con la barriga un poco suelta. De vez en cuando me duele la barriga, que yo llamo fatiga, y de vez en cuando tengo fiebre. Por las mañanas del jueves y del viernes me he ido quedando en casa de los abuelos y no he ido al cole, y es que con mal cuerpo no se puede ir al cole, mientras Miguelito sí que ha ido a la guardería, porque ya vuelve a ser el de antes y despierta con muchísima energía.

Estos días de diarrea me han servido para pasar más tiempo en casa, jugando con mis muñecas, dibujando felicitaciones para mis padres y cosas así y también para tirarme en el sofá mientras veía
los dibujos.