miércoles, 10 de noviembre de 2010

En la cama de Miguel

Este pasado sábado por la tarde vino a mi casa mi primita Natalia, y no os creáis que vino de visita. No. Vino a quedarse a dormir. Sí, en la nueva cama de mi hermano Miguel, junto a la mía, antes incluso de que él la estrene. ¡Lo pasamos genial! Podéis imaginarlo. Para merendar mi madre hizo un bizcocho buenísimo, como siempre que hace uno. Mi padre, como siempre que hay bizcocho en casa, se puso púo.

Más tarde, al anochecer, antes de cenar, nos dimos un buen baño. Nos metimos en la bañera los tres juntos, y el que se lo pasó mejor fue Miguel, que no paraba de enseñarle los patos a Natalia. Después del baño, con los pijamas puestos, y el pelo seco, pedimos unas pizzas para todos. ¡Vaya comilona! Pero mientras llegaban las pizzas o no, pasamos un buen rato jugando al escondite por la casa. No hace falta decir que a todos nos encanta la pizza, incluyendo a Miguel.

A la hora de dormir, mi hermano estaba muerto de sueño, y yo también caí pronto, en realidad lo hice la primera, luego creo que cayó Miguel, y la última fue Natalia, pero claro para ella era algo raro dormir en otra cama que no fuese la suya, y además fuera de su casa.

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