El sábado por la mañana cuando mi padre volvió de cortarse el pelo trajo a casa un regalo para mi hermanito Miguel de parte de Manu, un amigo de mis padres. El regalo le encantó a mi hermano y le hizo mucha ilusión, especialmente porque no lo esperaba y las sorpresas en forma de regalo siempre son bienvenidas a nuestra casa. Pero también me hizo ilusión a mí, porque me encantan las llaves, y eso de cerrar y abrir cosas.
El juego tiene tres casas que se pueden meter una dentro de otra, y tres cerditos y un lobo, y lo que es más guay, tres llaves para abrir y cerrar las puertas de cada casa. Es un juego para que mi hermano aprenda a distinguir los colores, y los tamaños, y, una vez recogido todo, no ocupa mucho espacio, porque al final, para dejarlo recogido, hay que meter todos los cerditos en la casa pequeña y luego ir poniendo una dentro de la otra hasta que sólo nos queda una llave y una casa. ¡¡Ah, y el lobo fuera de la casa, claro! Es muy divertido!
Gracias Manu
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