Considerado, junto a Miguel Ángel, la persona que más ha influido en la historia del arte mundial, revolucionó el arte y en especial la pintura durante su larga carrera. Picasso es también el que cuenta con obras en más museos a lo largo de todo el mundo, además de encabezar el ranking mundial en las subastas de arte.
La obra de Picasso se suele dividir en los siguientes periodos: periodo Azul, periodo Rosa, periodo Protocubismo, periodo Cubista, periodo Neoclasicista, época Surrealista y época expresionista.
El cuadro: Las señoritas de Avignon es el cuadro que probablemente mejor representa el protocubismo. En este periodo Picasso se desvincula de los cánones de arte relacionados en mostrar representaciones exactas de la realidad, modificándolas mediante parámetros geométricos.
Fue pintado en 1907, es un óleo sobre lienzo. Fue una obra muy criticada incluso entre los artistas, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso. Esta obra tiene tanta importancia no sólo para la obra de Picasso sino también porque es considerada el inicio del arte moderno y una nueva etapa en la pintura del siglo XX.
El cuadro rompe con el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial. Dos de los rostros, los de aspecto más cubista de los cinco, que asemejan máscaras, se debe a su gran influencia del arte africano, mientra que las dos caras centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas y el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Los tonos ocres son los últimos ramalazos característicos de su periodo rosa.
La escena tiene lugar en el interior de un prostíbulo; esto no se deduce mirando simplemente el cuadro sino por el conocimiento que se tiene de la historia de esta obra desde que Picasso la mostró en privado a un grupo de amigos. Aparecen cinco mujeres desnudas y en el centro, en la zona de abajo se muestra un bodegón compuesto por algunas frutas: una raja de sandía, un racimo de uvas, una pera y una manzana, todo ello sobre una mesa tapada con un mantel arrugado de color blanco.
La mujer de la izquierda parece que está entrando en la habitación y sujeta un cortinón con su mano izquierda alzada. La figura que está a su lado, otra mujer desnuda, tiene una perspectiva muy especial. A primera vista parece que está de pie, aunque con una postura forzada. Si el espectador se abstrae en esta sola figura puede ver que Picasso la pintó tumbada y vista desde arriba, con su brazo derecho doblado tras la cabeza y una pierna cruzada sobre la otra. A continuación la mujer que está en el centro levanta los brazos doblados por detrás de su cabeza. En la esquina de la derecha está la única figura sentada, en una posición anatómicamente imposible, de espaldas al espectador pero con la cabeza completamente de frente. Tras ella se encuentra la quinta mujer, de pie, que también parece descorrer una cortina.
Se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
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