Estábamos de puente y mis padrinos, Mari Carmen y José
Miguel, quisieron llevarnos a mi hermano y a mí, junto con nuestra prima
Natalia a pasar un día chulísimo con ellos. Mis padres también vinieron,
pero ellos no hicieron todo lo que nosotros hicimos, aunque casi. Mis
padrinos, Natalia, Miguel y yo fuimos al centro comercial Plaza Mayor, en la sesión
matinal del domingo a ver la película de Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, en 3D, mientras
que mis padres fueron a ver otra película que ellos preferían, y es que
quisieron aprovechar la oportunidad en la que mi hermano y yo estábamos a buen recaudo con mis padrinos para ir a ver una película al cine.
La película estuvo superdivertida, especialmente la parte en la que estaban Mortadelo y Filemón andando por la calle y una mujer les dijo: dinero por favor -pidiéndoles dinero-, con unas pocas monedas en la mano, y ellos, como si nada, cogieron el dinero pensando que la mujer se lo estaba ofreciendo a ellos. ¿!
La película estuvo superdivertida, especialmente la parte en la que estaban Mortadelo y Filemón andando por la calle y una mujer les dijo: dinero por favor -pidiéndoles dinero-, con unas pocas monedas en la mano, y ellos, como si nada, cogieron el dinero pensando que la mujer se lo estaba ofreciendo a ellos. ¿!
Después de ver la película fuimos a comer a un restaurante que está en el mismo centro comercial del Plaza Mayor. Y allí comimos todos juntos. Mi prima Natalia y yo comimos croquetas con patatas mientras que mi hermano comió espaguetis. Para bajar la comida fuimos a la bolera que hay allí en el mismo centro comercial y jugamos todos juntos. Bueno, Miguelito, Natalia y yo jugamos más que los mayores pero ellos también jugaron y mi padrino José hizo un strike, es decir, con una sola bola tumbó todos los bolos. ¡En un solo intento!
Cuando terminamos de jugar a los bolos fuimos a casa de los padrinos y allí todavía tomamos algunos dulces navideños y jugamos un buen rato con la madrina. Empezó a hacerse tarde y llegó la hora de irnos y mis padrinos, antes de irnos, nos regalaron algunos rotuladores y algunas cosas que ellos tenían por casa.
Pasamos un día estupendo, desde la mañana hasta la noche y llegamos a casa reventados de verdad. ¡Lo pasamos tan bien!