sábado, 3 de mayo de 2014

En el parque de la Batería

No recuerdo el día exacto pero era a primeros de marzo y hacía un día de verdad veraniego. Mis padres, a los que habíamos despertado temprano, decidieron que íbamos a ir al Parque de la Batería. No nos acordábamos ni mi hermano ni yo bien de qué parque era ése en realidad, pero no importó, nosotros estamos siempre encantados de ir a cualquier parque.

Resultó que el Parque de la Batería era un parque chulísimo. Tiene los dos toboganes más grandes en los que yo jamás nos hemos montado. Además tiene otras muchísimas cosas en las que montarnos que son también super chulas.

Estuvimos un buen rato allí, dando vueltas, subiéndonos en todo lo que pudimos y después subimos a una torre desde donde hay unas vistas también muy chulas. Por si fuese poco también hay unos cañones de guerra. ¡Qué susto! Y para terminar, fuimos a una terraza a la que mis padres le habían echado el ojo, donde comimos unos bocadillos y unas patatas fritas. Todo muy rico y rápido.

¡Qué bien lo pasamos ese día! Aunque yo me quedé con las ganas de montarme en una barca para darnos una vuelta por allí, pero se hizo algo tarde y había una grandísima cola que esperar para montarnos. Mis padres me prometieron que la semana siguiente, o si no la otra, volveríamos y nos montaríamos. Y lo cumplieron. La semana siguiente volvimos y esa vez sí que nos montamos en un barco de remos. ¡Qué chulo!

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