Estábamos en Semana Blanca y mis padres quisieron aprovechar la oportunidad de nuestras vacaciones para ir a Granada y visitar la Alhambra. Yo estaba por esos días leyendo un libro de Agatha Mistery que estaba situado en la Alhambra. Era un libro que me trajo el Ratoncito Pérez el día que me operaron y me quitaron el diente que me sobraba.
Fuimos a la Alhambra y la visitamos durante unas cuantas horas. Llegamos temprano y lo primero que pudimos darnos cuenta al bajar del coche es que allí, en la Alhambra, hacía un frío que no hace nunca en Fuengirola. Menos mal que mi madre, que es la que se encargó del equipaje, había traído bastante ropa de abrigo. ¡Es que está en todo!
Una de las cosas que más me gustó de la Alhambra fue el Patio de los Leones, y también el Patio de los Arrayanes. A mi hermano lo que más le gusto -dice- fue el Palacio de Carlos V. Otra cosa que nos gustó a todos es la vista de Granada que había desde la Torre de la Vela, desde donde se veía toda la capital de Granada y también la montaña de Sierra Nevada. Y es que claro, con la montaña tan cerca de la Alhambra, y la montaña todo nevada, es normal que hiciese mucho frío. Es como cuando te pones junto al frigorífico cuando está la nevera abierta.
Una de las cosas que más me gustó de la Alhambra fue el Patio de los Leones, y también el Patio de los Arrayanes. A mi hermano lo que más le gusto -dice- fue el Palacio de Carlos V. Otra cosa que nos gustó a todos es la vista de Granada que había desde la Torre de la Vela, desde donde se veía toda la capital de Granada y también la montaña de Sierra Nevada. Y es que claro, con la montaña tan cerca de la Alhambra, y la montaña todo nevada, es normal que hiciese mucho frío. Es como cuando te pones junto al frigorífico cuando está la nevera abierta.
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