Una semana después de regresar de Chiclana nos fuimos, junto con un buen puñado de amigos, a una casa rural. La casa rural de este año estaba en un pueblo llamado Teba, que yo ni siquiera visité, aunque el primer día fuimos a comer a una venta, donde, por cierto, comimos estupendamente.
La casa rural de este año era una de las casas rurales más grande en la que jamás he estado, había tantas habitaciones que creo que ni siquiera las visité todas, pero de todo, lo más importante, era la piscina y para mí estaba más que suficiente, aunque las madres se quejaban bastante de que en la zona ajardinada no había suficientes hamacas.
Yo lo pasé en grande con todos los niños que vinieron, pero especialmente me lo paso bien con Blanca, bueno y me divierto mucho con Lucas, y también con Dani y con Jaime, y con Celia claro y con Marianito que se pasó buena parte del fin de semana detrás de Miguel, pero también me encanta contemplar a mis primas Laura y Martina, a pesar de que Laura no vino todo el fin de semana sino que sólo vino una tarde, pero me alegró verla tan contenta después de la operación.
Mi hermano también echó mucho de menos a Daniel en Chiclana y por eso encontrarse con él aquí, aunque sólo fue un día, le hizo mucha ilusión.
Mi madre se hinchó de tomar el sol y mi padre de comer, como casi siempre, aunque también leyó a ratos y jugó al póker y a las películas. ¡Es decir, un fin de semana estupendo!
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