lunes, 13 de octubre de 2014

El primer día de Feria

El cumpleaños de mi hermano Miguel lo celebramos el día 6 cuando en realidad era el día 7, pero el día siete, aunque de otra manera, lo celebramos también a lo grande. Era el primer día de feria, y además era el día grande. Nos vestimos mi madre  y yo con vestidos de gitanas y mi hermano de gitano. ¡Qué bien que lo pasamos! Primero fuimos a almorzar a un restaurante que hay cerca de la feria con un buen montón de amigos y después dimos un pequeño paseo hasta la feria.

El primer inconveniente fue que uno de los zapatos de gitana de mi madre, que estaba estrenando, se rompió nada más dar cuatro pasos. Así que como casi no podía caminar, tuvimos que coger un taxi que nos llevara a casa, y una vez allí, poder cambiarse de zapatos. ¡Menos mal que mamá se había comprado dos pares! En cuanto cambió de zapatos volvimos a la feria. ¡Ahora nos esperaba lo mejor! ¡Montarnos en los cacharros!

¡Lo pasamos estupendamente! Estuvimos montándonos hasta que estábamos reventados. El abuelo Felipe que nos había visto de camino al restaurante nos dio un dinerito para montarnos en los cacharros, así que eso hicimos. Nos montamos hasta que el dinero se acabó y luego nuestros padres todavía nos montaron en algunos más.

Ese primer día montamos en seis cacharros cada uno, que yo recuerde en los Coches Choques, en el Dragón, en el Maxi-Canguro... hasta que regresamos a casa cargados de globos que nos dan en algunas atracciones de feria. Yo, antes de volver, me tomé unos buñuelos y Miguel un algodón de azúcar. Llegamos machacados y teníamos que acostarnos pronto para poder descansar porque al día siguiente teníamos cole.


No hay comentarios: