lunes, 13 de enero de 2014

El labio roto de Miguel

Había un partido de fútbol en la tele y nuestros vecinos Óscar y Ana con nuestros amigos Carmen y Óliver vinieron a la casa para verlo juntos. El abuelo Felipe también vino a ver el fútbol y pedimos unas pizzas para todos. 

Ya estaba la segunda parte y llegaron las pizzas. Primero comimos los niños y después los mayores. En cuanto terminamos nos pusimos a jugar. Miguel no paraba de enseñarle a Óliver todos los juegos que le habían traído los Reyes Magos y yo hacía lo mismo con Carmen. De repente Miguel comenzó a llorar. A llorar muy fuerte. Me acerqué a mirar qué le pasaba y estaba sangrando en la boca. Rápidamente fui a avisar a mis padres y cuando llegaron Miguel no podía decir palabra, sólo podía llorar y decir que le dolía. Tenía una gran herida en la boca y parecía que el labio se le había roto. Había estado tirando de un muñeco con Óliver y Miguel se llevó la peor parte. ¡Cosas de niños! En ese momento mis padres tuvieron que dejar todo los que estaban haciendo -comer pizza mientras veían el partido- y tuvieron que tirar para urgencias con Miguelito. ¡Y Miguelito en pijama!

Al final todo fue un susto. Mucha sangre y un gran hinchazón en el labio rajado. No hubo que poner puntos. A Miguel le molesta pero tampoco se queja mucho. ¡Vaya tío más duro!

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