La paella

El domingo fue un día de mucho trabajo. Nos levantamos demasiado tempranito para ser domingo, pero es que yo tengo la misma hambre los martes que los domingos. Nos pusimos manos a la obra para desmontar la Navidad de casa. Ya no tenemos árbol de Navidad, ni Nacimiento, ni adornos ni nada. Pero dice mami que el año que viene otra vez. Yo no quería, pero no tengo todavía mucho voto. Bajé con papi unas cuantas veces a guardar muchas cosas al trastero, mientras mami se puso a hacer una riquísima paella, pero antes me dio la comidita. Dormirme para la siesta fue cosa de papi que me engaña siempre.

Cuando desperté estaban en casa tita Rosi y tito Chiqui que vinieron a recoger una cosilla, pero como mami hizo más paella de la cuenta se quedaron a comer, para no tirarla. Jugué un buen rato con ellos mientras mis padres se arreglaban para irse a la calle. Tita Rosi me vistió a mí. Nos fuimos a casa de los abuelos Pepi y Miguel. Estaba Natalia allí. !Jó, como juego con la prima¡. Papi y mami aprovecharon y fueron al cine.

Vinieron pronto a por mí y volvimos a casa. Mi primita Natalia no quería que me fuese y yo no quería irme, pero todavía tenía de bañarme y cenar. No hubo más remedio. Después viendo el partido del plus, me quedé dormida.