martes, 29 de enero de 2008

Los lunes son duros


Los lunes son duros es algo que ya empiezo a compartir con la mayoría de los mortales. La prueba es que el lunes cuando mis padres vinieron a recogerme a la guardería estaba dormida. Como una marmota. Totalmente KO. Me senté en una silla y me quedé sopa. Cuando desperté estaba en la cuna de mi casa y no sabía bien donde estaba. ¡Jo! Es que estaba agotadísima. La realidad es que tuve un fin de semana tan intenso y el domingo me acosté algo más tarde de lo habitual y como últimamente no duermo tan bien debido a que tengo muchos mocos, pues claro. Pasó lo que tenía que pasar.

Menos mal que por la tarde estuve todo el rato con mi madre en casa, las dos tranquilitas. En realidad la única que descansé fui yo porque mami no paró de hacer cosas en toda la tarde. Las dos estábamos deseando que llegara papi, que había ido a trabajar. Por fin llegó y entre los dos me dieron un baño, después mami me dio la cena y papá el biberón y las medicinas. Estuvimos viendo un poquito la tele él y yo mientras mami se duchaba y ya no me acuerdo de más...

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