viernes, 12 de junio de 2009

Un chico mayor

El lunes fuimos al pediatra para la revisión de los ocho meses de mi hermano Miguel. Yo sólo fui para acompañar, al igual que mi abuela Pepi, que también vino con nosotros. Todo iba como debía y Miguel sigue creciendo de manera notable últimamente, tanto en altura como en peso. Todo buenas noticias.

Le dijo Jesús, nuestro pediatra, que ya podía tomar los cereales con gluten, que no sé bien lo que es, pero seguro que es señal de que va superando etapas.

Ocurre una cosa con mi hermano que todo el mundo no comprende. Os cuento: no habla nada, pero, sin embargo, no calla. Y es que se pasa todo el tiempo haciendo ruiditos sin decir nada. Primero un gritito, luego hace brrrrr, escupiendo a todo el que esté cerca soltando mucha baba, seguidamente guiguiguigui, o tatatata, papapapa, o mamamama... es decir, que nunca dice ciertamente nada, pero no calla.

Mis padres lo ponen muchas veces a ver los dibujitos conmigo, pero él no para de hacer ruiditos y me obliga a ver los dibujos pegada a la tele porque si no no escucho nada. Mis padres me dicen que no me acerque tanto a la tele y que la vea desde el sofá, pero yo les explico que Miguel no para de hacer ruido. Y así andamos todo el rato.

Coloco una foto que le hizo Pepe, el fotógrafo "particular" de nuestra casa, en la que sale guapísimo. Parece un chico mayor.


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