martes, 15 de junio de 2010

Montada en una burra

Estoy que no paro exprimiendo los días desde el principio hasta el fin. Ayer, sin ir más lejos, nada más volver de nuestra escapadita rural tenía una excursión con mis compañeros de cole. Fuimos prácticamente todos de la clase en autobús hacia La casita de Martín, donde pusimos nuestro granito de arena para hacer artesanalmente unas galletas. Pusimos harina, huevo, azúcar y alguna cosa más que no me acuerdo, la pusimos en el horno y luego mientras esperábamos que se hicieran nos montamos en una burra. ¡Jo, qué divertido!

Jugamos por una granja, de un lado para otro. Todos llevábamos tenis y pantalones vaqueros o chándal, además de una gorra en la cabeza para que no nos diera el sol. Al volver a recoger las galletas estaban bien tostaditas. Me comí primero dos, y luego pude repetir y me tomé otras dos. ¡Qué ricas!

De vuelta en casa nos visitaron los abuelos Felipe y Pepa, pero estuvieron poco rato porque el abuelo quería ver la segunda parte del fútbol en su casa. Yo me quedé con papá en el sofá, agotada, viendo con él un poco de fútbol. Miguel también estaba con nosotros en el salón pero subiendo y bajando de la trona, subiendo y bajando del sofá y dándole patadas a los globos. Cuando el fútbol terminó llegó la hora de descansar, por fin, de tanto ajetreo.

1 comentario:

Tita Cristina dijo...

Vaya, pues estuviste de excursión al lado de mi casa porque la casita de Martín está aquí muy cerquita, qué pena podríamos habernos acercado a verte!!!
Un beso muy grande