lunes, 27 de junio de 2011

La graduación de Miguel

El viernes comenzó como un día cualquiera, pero no lo era. Guardaba dentro muchas sorpresas.

Por la mañana era la fiesta de graduación de mi hermano Miguel en la guardería y también por la mañana, al mismo tiempo, tenía yo la fiesta de fin de curso en el cole, con una batalla de pistolas de agua. ¡Vaya diversión!

Todos los abuelos y mis padres fueron a la fiesta de graduación de Miguelito, porque claro, no tenían muchas ganas de que los pusiéramos chorreando en mi fiesta, donde además estuve en mi primera clase de aerobic, en la que participaron todos los alumnos de todas las clases de todo el colegio al mismo tiempo. ¡Cuántas personas a la vez haciendo ejercicio!

La fiesta de Miguel también fue divertida, que aunque yo no estuve pero me la han contado, y sé que lo pasaron genial. ¡Miguel está hecho un personaje que vaya!

Después de una mañana tan ajetreada descansamos en casa, pero como mamá quería ir a la peluquería, papá decidió sacarnos a Miguel y a mí a merendar a la calle. ¿Y sabéis qué? Se le ocurrió que podíamos pasar a recoger a Natalia, que estaba en casa de la abuela, para que viniera a merendar con nosotros. Así hicimos. Papá nos prometió que si nos tomábamos la merienda bien quietos, comportándonos como verdaderos niños buenos nos llevaría seguidamente al parque del barco pirata, que es el favorito de Miguel, y bueno, también el mío.

Lo pasamos genial los tres en el parque, jugando a tope. Volvimos a casa y mamá ya había vuelto de la peluquería. ¡Qué guapa! Así que antes de que mamá se fuese a una cena con sus compañeros de trabajo le entregamos a mi padre sus regalos de cumpleaños. Un día antes de su cumple. ¡Qué suerte tiene!

Después Natalia, Miguel, papá y yo cenamos algo y nos acostamos pronto porque al día siguiente nos esperaba un día de lo más alborotado. Natalia se fue con los abuelos que vinieron a recogerla, claro, porque en casa no tenemos cama para nadie más.

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