El sábado pasado volvimos a ir a cenar con nuestros vecinos Miki, Ignacio, Vanesa y Adrián. Fuimos a un restaurante que se llama Picasso y, la verdad, es que no me porté muy bien. En realidad no es que no me portara del todo bien sino que no cené mucho. La razón es que me encontraba muy nerviosa y distraída. Nos invitaron ellos a cenar y nosotros a ellos a tomar un helado. Dimos un paseo hasta una heladería y, después de esperar un ratito pequeño, nos sentamos en la terraza. Me pedí un batido de turrón con nata por encima, como también hizo papá, pero él se pidió además una horchata. Miguel estaba ya dormido en su carro y no los probó pero estaban buenísimos. En el camino de vuelta a casa, una vez montada en el coche, me quedé dormida en la segunda curva.
El domingo teníamos pensado ir a la playa pero como el mar estaba muy agitado, cambiamos la playa por la piscina de mi amiga Elenita. Papá vino a la piscina por primera vez este año con nosotros y pudo comprobar lo atrevido que es Miguel en la piscina. ¡Vaya si lo vió!
Por la noche del domingo acabamos reventados y nos dormimos muy rapidito y tempranito y yo lo hice además con el propósito de no hacerme pipí por la noche porque dormía sin pañal.
Os coloco una foto del "angelito" de mi hermano Miguel.
1 comentario:
Qué guapo está Miguel en esta foto!!! Bueno, es que es muy guapo.
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