miércoles, 21 de abril de 2010

El despertador

Cada cual se despierta de la manera que quiere o puede. Yo, sin embargo, lo hago como y cuando mi hermano quiere. Es así y ya está. No hay que darle muchas vueltas. Miguel se despierta, ronronea, se estira unas cuantas veces y lo siguiente que hace es gritar "ía", "ía", una y otra vez. A grito limpio. "Ía" es como él me llama, es su manera natural de decir Sofía. Yo podría decirle que se callara, que no gritara o que me dejase dormir, pero como tengo muy, pero que muy buen despertar, le contento diciéndole: ¡Migueeeel, buenos días!

Así es como empiezan la mayoría de mis días.

No hay comentarios: