lunes, 1 de marzo de 2010

Pasteles, chanquetes, helados, pizza...

Esta semana está resultando especial. Sobre todo el fin de semana. El viernes por la tarde estuvimos toda la familia de paseo por el centro comercial. Me tomé un pastel buenísimo y justo después, como nos habíamos portado bien, nos montamos en los cacharritos. Fue muy divertido. Miguel sólo quiere montarse en los coches y en los caballos, aunque él los llama jaca. Se lo pasa en grande.

El sábado fuimos a almorzar a casa de unos amigos de mis padres que hicieron una comida muy especial. Estoy muy contenta porque, al final del día, mis padres me dijeron que me había portado muy bien. Y es cierto. Me porté como una señorita. Me comí todo lo que me pusieron, merendé un pastel riquísimo sin protestar y jugué compartiendo los juguetes con mis amiguitos. Sin lloriquear ni una sola vez. Me resultó muy fácil jugar con Daniel y Jaime, que son los niños de los amigos de mis padres. Tienen un montón de juguetes que yo no había visto nunca. Me lo pasé muy bien y cuando nos volvíamos les dije a mis padres que podríamos volver otro día a jugar.

El domingo también fue muy muy bueno. Al mediodía fuimos al paseo marítimo a comer a un restaurante de pescaditos fritos. ¡Cómo me gustan! Vinieron con nosotros los abuelos Pepi y Miguel y mi primita Natalia. ¡Cómo me puse de chanquetes! Me los comí a dos carrillos. ¡Hasta Miguelito se tomó unos cuantos! Después, de postre, Natalia y yo nos tomamos un helado de cucurucho cada una y a la que se lo tomara primero, sin mancharse, papá la montaría en un carrusel muy bonito que hay cerca del restaurante. ¡Gané yo! Para que veáis lo rápido que me tomo los helados, pero finalmente nos montamos las dos y también Miguel. La primera vuelta con papá y la segunda con el abuelito.

Volvimos a casa de los abuelos y nos quedamos un buen rato allí mientras mis padres habían ido a ver a un amigo suyo. Cuando mis padres nos recogieron volvimos a casa y nada más llegar vinieron a visitarnos Blanca y Nacho junto a sus padres. Pedimos pizza. ¡Qué rica! Estuvimos jugando todos juntos hasta casi las doce de la noche que fue a la hora que nos acostamos y dormimos casi inmediatamente. Dulces sueños para todos.

No hay comentarios: