Estaba yo hablando con mi madre cuando le dije, sin venir a cuento, que yo no quería tener ningún bebé. Mi madre, sorprendida, me preguntó que por qué, y yo le contesté que yo no me quería casar con ningún hombre, que al hombre que quería era a mi papá. Entonces mi madre, sonriendo, me explicó que yo no me tendría que casar con un hombre, sino con algún niño que cuando yo sea grande será entonces un hombre. Tras pensarlo un poco le dije que podría casarme con Óliver, mi vecino y compañero de clase. Mamá, otra vez sorprendida me preguntó que por qué. Yo le dije porque Óliver tiene muchas pinturas.
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