martes, 24 de noviembre de 2009

Todavía...

El lunes después del colegio, bien entrada la tarde en casa, mi madre me pilló rascándome. Oh, oh... sospechábamos lo peor pero nadie quería ver lo que poco después se confirmó definitivamente. Todavía tenía piojos.

Ya que pensábamos que se habían extinguido, que habían dejado de picarme y se habían ido a fastidiar a otro lado, descubrimos que todavía paseaban por mi cabeza. Así que otra vez manos a la obra y otra vez los baños, mamá despiojándome con la lendrera y así todo el rato. Muy fastidioso.

Hoy no he ido al cole, a pesar de que mami sólo encontró un piojo y alguna que otra liendre, pero poca cosa. Me volvió a dar con el champú especial y hoy ya definitivamente no me pica nada. Esperemos que se hayan ido para siempre jamás, aunque nunca se sabe.

Por otro lado Miguel sigue igual de enérgico que siempre. No para. De un lado para otro y de allí para acá y vuelta a empezar. Ya ha aprendido a llamar a papá y entiende muchas cosas, pero no es tan parlanchín como yo, pero en cambio sí es muy gritón y pegón. A mí me da de vez en cuando una torta aunque como es chico todavía no duele nada, y es que tiene mucho genio y cuando se enfada no entiende de hermanos, padres ni amigos. Plaf. Torta que te doy.

Valiente prenda.

No hay comentarios: