lunes, 9 de noviembre de 2009

La R en la mano

Desde que soy mayor y estoy en el colegio muchos días almuerzo en el comedor. En el comedor no siempre la comida es de las que me gustan, hay veces que me gustan y hay otras que no me gustan. Cuando me gusta la comida me la como y ya está, sin ningún problema, pero cuando la comida no me gusta es cuando empiezan los inconvenientes.

Creo que a todo el mundo le pasa igual, cuando una comida te gusta te la comes y cuando no, pues no, aunque a mí, siendo sincera, no es que no me gusten, es que directamente no las pruebo. Diré por ejemplo algunas comidas que no me gustan: las espinacas, las judías, los guisantes, la lechuga... supongo que todos os habréis dado cuenta de lo mismo que me he dado yo, ¿verdad? ¡Todas las comidas que tienen color verde no me gustan! Y por eso no me apetece ni probarlas. ¡Y ya está!

Lo malo viene después cuando al final del almuerzo mi señorita de comedor me escribe en la mano una letra "R" cuando como Regular, una "B" cuando como Bien y una "MB" cuando lo hago Muy Bien, por ahora nunca me han puesto la "M" de Mal. Así que cuando llego a casa con una letra que sé que no le va a gustar a mi padre, pues me escurro hacia el salón sin decirle hola, ni darle un beso, ni nada, intentando pasar totalemte desapercibida. Me siento en el sofá sobre un cojín y debajo del cojín, mi mano.

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