Todavía seguimos en casa rodeados de piojos. No, no hablo de Miguel. Hablo de unos que tengo viviendo en mi cabeza. Aunque espero que por poco tiempo. Mamá se está dedicando a despiojarme la cabeza. Pasa un montón de tiempo mirándome por entre los pelos en busca de piojillos, porque en realidad son pequeñísimos -que yo los he visto-, pero no veas cómo pican.
Mi madre me mató ayer por lo menos cinco por la mañana y otros cinco por la tarde. Se ha convertido en una experta. ¡Qué remedio! Así que mamá -según papá- es una perfecta piojicida. Sólo esperamos que ninguno más se vea invadido por los picores, especialmente Miguelito.
También espero escribir la próxima vez diciendo que mi cabeza es una zona libre de piojos.
Mi madre me mató ayer por lo menos cinco por la mañana y otros cinco por la tarde. Se ha convertido en una experta. ¡Qué remedio! Así que mamá -según papá- es una perfecta piojicida. Sólo esperamos que ninguno más se vea invadido por los picores, especialmente Miguelito.
También espero escribir la próxima vez diciendo que mi cabeza es una zona libre de piojos.
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