domingo, 2 de agosto de 2009

El gato

En casa tenemos un gatito pequeñín. Un gatito que no hace miau pero que toma leche en biberones. Desobediente y juguetón. Un gatito con pelo corto pero con las uñas largas y afiladas. Me gusta ir detrás de él diciéndole lo que se puede y lo que no se puede hacer. Por momentos pone mucha atención pero no aprende nada y es muy cabezón, corretea de un lado a otro sin ton ni son. De aquí para allá y de allí para acá.

El gatito que tenemos en casa se llama Miguel y corre que se las pela. Gu gu bu bu ma ma ma es lo que sale por su boca. Yo le corrijo miau miau miau pero él gu gu bu bu ma ma ma una y otra vez. No hay manera. ¡Mira que es cabezón!

Voy corriendo a mis padres y les digo que estoy desesperada porque Miguel no me hace caso, y va mi padre y me contesta que a él le pasa lo mismo cuando me dice que no me suba con los zapatos en el sofá y tampoco le hago caso. Me quedé callada, pensando, sonreí y me largé más rápido que Miguel gatea.

¡No hay manera!

No hay comentarios: