viernes, 21 de agosto de 2009

Miguel el juguetón

Las primeras dos noches que dormimos fuera de casa nos hemos quedado en casa de los abuelos Pepa y Felipe. Los abuelos se han portado muy bien con nosotros. A mí, que sí tengo dientes, me han dado muchas golosinas y además también helados. ¡Me encantan los helados! Todos los días me he comido uno. ¡Ummm!

Por las noches, que es uno de los momentos más delicados, el abuelo Felipe me ha dejado dormir en su sitio de la cama, mientras él se iba a dormir a la cama en la que debería dormir yo. La razón es que a mí me gusta dormir con la abuela, pero además, como el abuelo ronca fuerte cuando duerme pues despierta a Miguel que está en la cuna, entonces se lía una bien gorda, porque a Miguel cuando lo despiertan en mitad de la noche, no entiende.

¿Qué piensa un bebé de 10 meses cuando lo despiertan a medianoche? En jugar. ¡Jo, cualquiera lo duerne!

En casa de los abuelos vinieron a visitarme muchos de mis titos. Todos menos Cristina y David porque ellos también estaban de viaje. Me lo pasé en grande jugando con todos. También pude disfrutar mirando a Daniel que aunque todavía es muy chico para jugar sí que se fija mucho y está muy espabilado. Tiene pinta de que va a ser uno bueno como mi hermano.

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