domingo, 23 de agosto de 2009

La sorpresa

El último día de las vacaciones de mis padres, cuando llamaron, les dije que les iba a dar una sorpresa, iba a ir a esperarlos allí, pero no al avión, si no allí dentro eh? Los abuelos se rieron mucho y me dijeron que era una chivata, y es que, lo que pasa es que todavía no sé guardar muy bien los secretos.

De todas formas cuando mis padres aparecieron por la puerta del aeropuerto y los vi, eché a correr en su busca, para darles un fuerte abrazo. ¡Jo, qué emocionante! Todos estábamos muy contentos y yo, además, impaciente por recibir mis regalos por haberme portado tan bien.

Mis padres me trajeron bombones que yo les pedí que me trajesen, además de unas zapatillas de color rosa con un girasol grande para el invierno, para cuando haga frío y tenga que taparme los pies. También me trajeron unos calcetines muy bonitos, pero, sin duda, lo que me hizo más ilusión es una vaca chiquitita muy suavita con la que últimamente comparto mi almohada a la hora de dormir.

A Miguel le han traído una camiseta típica holandesa y un osito chiquitito con el que también puede irse a dormir. ¡Qué buenos regalos! Casi que estoy deseando que se vayan otra vez para que me vuelvan a traer regalos.

No hay comentarios: