miércoles, 8 de julio de 2009

En casa de Pepi y Miguel

El sábado por la mañana mis abuelos Pepi y Miguel vinieron a recogerme a la casa de los abuelos Pepa y Felipe. Yo me fui con el abuelo en el coche, mientras Miguelito se fue con la abuela Pepi andando.

En casa de los abuelos Pepi y Miguel también me lo paso muy bien. El domingo inflaron en el patio de su casa la piscinita que tenemos para la playa. ¡Qué divertido! Yo pensaba meterme, pero justo me llamaron tita Ana y tito Paco para ir a la playa con mi prima Natalia. No me lo pensé. ¡Jo, cómo me lo paso en la playa! ¡Y con Natalia!

Mis padres llamaban todos los días preguntándome cómo me estaba portando, y yo, siempre les decía que muy bien, porque me prometieron que si me portaba bien me traerían un regalo. Por eso me esforcé en hacer todo lo que mis abuelos me pedían.

Miguel no se portó tan bien como yo, pero sobre todo porque de vez en cuando le duelen los dientes. ¡Ya tiene dos y, como te descuides, da unos bocados que duelen bastante.

Está empezando a gatear y sólo quiere estar en el suelo. Lo que pasa es que va muy despacio y muchas veces se le desliza la mano y se da con la cabeza en el suelo. ¡Bum! Y un rato a llorar. ¡Pobrecito!

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