Desde el sábado pasado tengo montado en el salón de casa una tienda de campaña. Sí, una que dejaron los Reyes Magos en casa de tita Cristina y tito David para mí. No es una tienda cualquiera, es la tienda de Caillou.
Dentro de la tienda se puede hacer cualquier cosa. Puedo planchar, dormir a mis muñecos, cambiarles la ropa, dibujar, incluso jugar con un globo y además sirve de aparcamiento del carrito de mis muñecos. Lo que no puedo hacer desde la tienda es ver los dibujos.
Otra cosa chula que tiene la tienda de Caillou es que es transportable. Cuando me canso de jugar en el salón pues me la llevo a mi cuarto, aunque a mis padres no les hace mucha gracia que vaya con la tienda de un lado a otro de la casa. Cosas de mayores.
Dentro de la tienda se puede hacer cualquier cosa. Puedo planchar, dormir a mis muñecos, cambiarles la ropa, dibujar, incluso jugar con un globo y además sirve de aparcamiento del carrito de mis muñecos. Lo que no puedo hacer desde la tienda es ver los dibujos.
Otra cosa chula que tiene la tienda de Caillou es que es transportable. Cuando me canso de jugar en el salón pues me la llevo a mi cuarto, aunque a mis padres no les hace mucha gracia que vaya con la tienda de un lado a otro de la casa. Cosas de mayores.
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