Contaba que fue mi cumpleaños, mi tercer cumpleaños, y que recibí muchos, muchísimos regalos, casi todos, eso sí, fueron vestidos, camisetas, zapatos y cosas así, pero también me regalaron libros. Me gustan mucho los libros, casi todos los días antes de dormirme abro alguno de mis libros y voy contando a mi manera las historias que en ellos se encierran. Historias donde hay ranas que se convierten en príncipes que se enamoran de princesas, cerdos que hablan y construyen casas y gatos con botas...
Pero lo mejor de mi cumpleaños fue ver a tantos amigos y familiares celebrando conmigo un día tan especial, incluso Luba que aunque no pudo venir me regaló una vela/bengala que resultó ser la vela más expectacular que jamás nadio vio.
Jugué con todos los que pude, pero quizás con el que menos jugué fue con mi hermano Miguel, al pobre no le hice mucho caso, pero, al menos fue con el que acabé el día. Cuando está junto a mí no me quita ojo y es que soy todo un ejemplo para él.
Gracias a todos.
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