Desde por la mañana ya sabía yo que el sábado iba a ser un día especial. Era el bautizo de mi primito Daniel. Mi único primito.
Ya tempranito empezamos a arreglarnos y a ponernos guapos, sobre todo mi mami que siempre está guapísima. Fuimos a la iglesia para asistir al bautizo de Daniel. Papi pensaba que llegaríamos tarde pero al final, como mantenía mamá, llegamos justo a tiempo. En la iglesia de San José había mucha gente, todos pendientes del momento en el que el cura le echase el agua bendita por la cabeza a Daniel. Se portó muy bien, apenas lloró, yo diría más bien que refunfuñó, y es que estaba dormido y a todo el mundo le desagrada que lo despierten y más echándole agua por la cabeza.
Más tarde la celebración fue fantástica. Todos nos lo pasamos en grande especialmente yo. Primero, durante un buen rato jugué con tito David, hasta que llegaron Nacho y Blanca, con los que también jugué.
Cuando volvimos a casa, me duché con papi. Una ducha rápida y refrescante. Después el biberón en la cama y dulces sueños.
Ya tempranito empezamos a arreglarnos y a ponernos guapos, sobre todo mi mami que siempre está guapísima. Fuimos a la iglesia para asistir al bautizo de Daniel. Papi pensaba que llegaríamos tarde pero al final, como mantenía mamá, llegamos justo a tiempo. En la iglesia de San José había mucha gente, todos pendientes del momento en el que el cura le echase el agua bendita por la cabeza a Daniel. Se portó muy bien, apenas lloró, yo diría más bien que refunfuñó, y es que estaba dormido y a todo el mundo le desagrada que lo despierten y más echándole agua por la cabeza.
Más tarde la celebración fue fantástica. Todos nos lo pasamos en grande especialmente yo. Primero, durante un buen rato jugué con tito David, hasta que llegaron Nacho y Blanca, con los que también jugué.
Cuando volvimos a casa, me duché con papi. Una ducha rápida y refrescante. Después el biberón en la cama y dulces sueños.