martes, 9 de septiembre de 2008

Cada día es especial

Como ya sabéis he vuelto al cole, a la tarea diaria y, la verdad, no me ha costado nada. Cada mañana cuando me despierto lo primero que hago es bajarme de mi cama y subirme a la de mis padres para despertarlos, aunque cuando estoy muy cansada son mis padres los que vienen a despertarme a mi cama. No importa, suelo tener buen despertar.

Lo siguiente es el biberón. Me lo suelo tomar o bien en la cama de mis padres mientras ellos se están vistiendo, o bien en la cocina mientras preparan el desayuno, dependiendo de si me levanto yo primero o ellos.

Justo después, llega el momento con más incertidumbre del día. Cuando mi padre me sube en el cambiador para que mami me vista es cuando empiezo a enterarme de lo trepidante que va a resultar el día. En ese cambio de ropa mis padres me dicen, por ejemplo: hoy vas a ir a la guardería luego te va a venir a recoger el abuelo Miguel y vamos a ir a comer a su casa donde estará la abuela Pepi y la primita Natalia, o bien, hoy nos vamos a quedar la mañana en casa y a la hora de almorzar nos vamos a ir a la playa con los abuelos Pepa y Felipe. Normalmente me digan lo que me digan que vayamos a hacer digo: ¡bien!. Pues verdaderamente cada día es especial para mí.

1 comentario:

Unknown dijo...

Así da gusto, cada día disfrutando de la compañía de unos, de otros, de ir a la guardería a jugar, a aprender... pues nada, nada, a seguir disfrutando de cada uno de estos días.

Besitos guapa