martes, 1 de abril de 2008

Desperezándome

Papá dice que es una verdadera pena que todas las mañanas me tengan que dejar en la guardería. Aunque sabe que me gusta y que me lo paso estupendamente bien allí.

Lo dice, sobretodo, porque por las mañanas aunque al principio me despierto un poco torcida de carácter, en cuanto me tomo el biberón soy un encanto. Prácticamente todos los días, después del biberón -que es el tiempo que necesito para ordenar mi cabeza- estoy muy cariñosa y melosa. Me gusta remolonear abrazando una pierna de mami, luego la de papi, mecer a mis muñecos y dejarlos dormidos.

Poco a poco durante la mañana voy desperezándome, voy pidiéndole a mis padres "un besito", luego "un abracito" y así. Incluso estoy tan de buen humor que poso para las fotos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno, bueno, esta faceta tuya sí que no la conocía!!! Y mira que es raro, porque cuando nos levantamos por las mañanas, no nos apetece ni hablar... aunque estoy seguro que todo cambia cuando hay pululando por tu alrededor una cosita tan linda como tú!!!

Nunca mejor dicho... ¡¡¡Buenos días Sofía!!!!

Anónimo dijo...
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