miércoles, 24 de octubre de 2012

En tren turístico

Una de las cosas más divertidas que hemos hecho en estos días que hemos pasado en Baeza y en Úbeda ha sido montamos en un tren turístico, de esos que van dando vuelta por toda la ciudad, o por toda la parte importante que hay que visitar.

Nos montamos en un tren turístico en Baeza y al día siguiente en otro cuando visitamos Úbeda. El de Baeza andaba muy despacito por muchas calles estrechas, y un poco más rápido por las plazas, pero el tren turístico de Úbeda iba embalado, parecía que llevara prisa o que le estaban empujando. Me gusta montarme en los trenes turísticos pero a mi hermano Miguel más aún. Desde que vio el tren paseando por la calle el primer día no paró de pedirle a mis padres que nos montáramos, que por favor, que va a ser bueno, que nos montáramos, que él tenía dinerito, que va a ser bueno, que porfi que porfa, que si ésto que si lo otro. ¡Vaya pesado! Al final, claro, nos montamos. Íbamos a montarnos de todas maneras, no sé por qué se pone tan pesado.

También fuimos a un parque que hay cerca del piso de los padres de Miguel en Baeza. Lo pasamos  bien jugando en el parque junto con Dani y Jaime.

En el camino de vuelta a Fuengirola todos nos quedamos dormidos en el coche, como viene siendo habitual, bueno, todos menos papá que él tiene que conducir. Nos despertamos justo cuando paró en la puerta de una Venta que ya habíamos estado antes pero que yo no recordaba: La Venta Talillas que está en Villanueva del Trabuco, y donde se comen estupendamente. Miguel y yo comimos un flamenquín riquísimo y mis padres compartieron migas y choto, por lo visto riquísimo también. Después de la comida llegó el postre. Yo me tomé un arroz con leche, Miguel un helado, mamá una tarta al whisky y papá un café, para no dormirse. Echamos otros sueñecito y cuando nos dimos cuenta estábamos en el aparcamiento de casa. ¡Qué fácil es viajar así!

No hay comentarios: