El lunes fue un día muy importante para mí pues ha sido la primera vez que he visto un arcoiris, pero no me refiero a un arcoiris en la tele, ni en un libro, ni pintado en una pizarra, no, me refiero a un arcoiris de verdad, de esos que están en el cielo sólo algunos días -muy pocos- y además poco rato. Es una cosa tan difícil de ver que yo en seis años nunca los había visto. Mi hermano, que estaba junto a mí, no lo vio, yo le decía mira para allá mira para allá pero él no lo entendía. Al menos mamá, que estaba con nosotros sí lo vio. Nada más llegar a casa se lo contamos a papá. Miguel estaba bastante apenado porque no lo consiguió ver, pero le dijimos que no pasaba nada que otro día lo vería él y sería más especial y con eso se contentó.
Eso ocurrió el lunes de la semana pasada, pues estoy escribiendo con bastante retraso, pero el viernes de la semana pasada, creo que era 19 de octubre, realicé mi primer examen. ¡Qué emoción! Estaba un poco nerviosa, a pesar de que llevo la lectura muy bien y la escritura también, pero todos sabéis que incluso los mayores, algunas veces, se equivocan, se atrancan a la hora de leer y claro, yo no me quería equivocar y por eso tenía un poco de nervios, pero muy pocos.
Os pongo una foto mía de esta pasada feria de cuando me monté en los coches choques. ¡Qué divertido!