sábado, 27 de octubre de 2012

El arcoiris y el examen

El lunes fue un día muy importante para mí pues ha sido la primera vez que he visto un arcoiris, pero no me refiero a un arcoiris en la tele, ni en un libro, ni pintado en una pizarra, no, me refiero a un arcoiris de verdad, de esos que están en el cielo sólo algunos días -muy pocos- y además poco rato. Es una cosa tan difícil de ver que yo en seis años nunca los había visto. Mi hermano, que estaba junto a mí, no lo vio, yo le decía mira para allá mira para allá pero él no lo entendía. Al menos mamá, que estaba con nosotros sí lo vio. Nada más llegar a casa se lo contamos a papá. Miguel estaba bastante apenado porque no lo consiguió ver, pero le dijimos que no pasaba nada que otro día lo vería él y sería más especial y con eso se contentó.

Eso ocurrió el lunes de la semana pasada, pues estoy escribiendo con bastante retraso, pero el viernes de la semana pasada, creo que era 19 de octubre, realicé mi primer examen. ¡Qué emoción! Estaba un poco nerviosa, a pesar de que llevo la lectura muy bien y la escritura también, pero todos sabéis que incluso los mayores, algunas veces, se equivocan, se atrancan a la hora de leer y claro, yo no me quería equivocar y por eso tenía un poco de nervios, pero muy pocos.

Os pongo una foto mía de esta pasada feria de cuando me monté en los coches choques. ¡Qué divertido!


viernes, 26 de octubre de 2012

Carita de angelito

Después de la Feria y después de nuestro viaje a Baeza y Úbeda llegó la hora de volver al cole.

El cole es muy divertido. Ves a tus amigos, hablas con ellos, les cuentas las cosas que has hecho, a donde has ido y un montón de cosas más. Miguel, por lo que se ve lo entiende de otra manera. Cuando papá fue el martes a recogerlo después del comedor, lo encontró sentado, apartado de los demás, castigado. Las encargadas del recreo, y también las del patio después del comedor, le dijeron que estaba castigado por pelearse. Se había peleado con tres niños en el rato pequeño que dura el recreo, uno detrás de otro. Además dijo que habían tenido que separarlo, que estaban repartiéndose tortas como si fuesen mayores, sobre todo él. Y que de alguna manera Miguel siempre está metido en todas. ¡Con la carita de angelito que tiene! Dijeron que no había pelea en el recreo que no estuviese él. Dijeron que comer comía muy bien pero que pegar lo hacía mejor, y que además no hacía ni caso, que le regañaban y era como si sonaran pajaritos en el cielo, como quien escucha llover.

Imaginad la cara de mi padre. Todas las maestras encargadas de vigilar el patio ya conocen a Miguel. Dice papá que no se conocen el nombre de muchos niños del colegio pero que el de Miguel se lo saben todas. Además le cuentan que se pelea con niños mayores que él y que no tiene miedo a nada. Papá dice no es que sea valiente sino que es un inconsciente.

Así que nada más llegar a casa papá agarró una moto de las que tiene Miguel y se la rompió y la tiró, lo dejó sin dibujos durante toda la tarde y además lo puso a hacer una cartilla de ejercicios que tenemos en casa. ¡Cómo lloró Miguel cuando papá le rompió la moto! Papá le advirtió que como le dijesen otra vez en el colegio que se había peleado o portado mal se iba a quedar si juguetes y sin dibujos durante mucho, mucho tiempo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

En tren turístico

Una de las cosas más divertidas que hemos hecho en estos días que hemos pasado en Baeza y en Úbeda ha sido montamos en un tren turístico, de esos que van dando vuelta por toda la ciudad, o por toda la parte importante que hay que visitar.

Nos montamos en un tren turístico en Baeza y al día siguiente en otro cuando visitamos Úbeda. El de Baeza andaba muy despacito por muchas calles estrechas, y un poco más rápido por las plazas, pero el tren turístico de Úbeda iba embalado, parecía que llevara prisa o que le estaban empujando. Me gusta montarme en los trenes turísticos pero a mi hermano Miguel más aún. Desde que vio el tren paseando por la calle el primer día no paró de pedirle a mis padres que nos montáramos, que por favor, que va a ser bueno, que nos montáramos, que él tenía dinerito, que va a ser bueno, que porfi que porfa, que si ésto que si lo otro. ¡Vaya pesado! Al final, claro, nos montamos. Íbamos a montarnos de todas maneras, no sé por qué se pone tan pesado.

También fuimos a un parque que hay cerca del piso de los padres de Miguel en Baeza. Lo pasamos  bien jugando en el parque junto con Dani y Jaime.

En el camino de vuelta a Fuengirola todos nos quedamos dormidos en el coche, como viene siendo habitual, bueno, todos menos papá que él tiene que conducir. Nos despertamos justo cuando paró en la puerta de una Venta que ya habíamos estado antes pero que yo no recordaba: La Venta Talillas que está en Villanueva del Trabuco, y donde se comen estupendamente. Miguel y yo comimos un flamenquín riquísimo y mis padres compartieron migas y choto, por lo visto riquísimo también. Después de la comida llegó el postre. Yo me tomé un arroz con leche, Miguel un helado, mamá una tarta al whisky y papá un café, para no dormirse. Echamos otros sueñecito y cuando nos dimos cuenta estábamos en el aparcamiento de casa. ¡Qué fácil es viajar así!

domingo, 21 de octubre de 2012

En Baeza y en Úbeda

No había acabado aún la feria y nos fuimos de viaje. Mis padres habían programado un viaje para visitar Baeza y Úbeda y lo íbamos a hacer junto con Daniel, Jaime, Sagri, Juani y Miguel. Todos juntos. Bueno, en dos coches.

Una de las razones por las que fuimos a Baeza es que los padres de Miguel tienen un piso allí en Baeza y nos lo dejaron para el puente. Un piso donde quedarnos todos juntos fue lo mejor de todo, porque así pudimos jugar el mayor tiempo posible.

En Baeza y en Úbeda, que están muy cerquita una de la otra, hicimos muchísimas cosas. Paseamos viendo un montón de plazas, y calles y monumentos de todas las clases. También fuimos a muchos restaurantes y bares. Un día para desayunar me tomé churros con Colacao, y también mojé los churros en chocolate y para terminar me bebí un zumo de naranja.

Una de las cosas más divertidas del viaje es que dormimos en una cama hinchable, que estaba muy blandita y se dormía superbien, y, por si fuese poco, también se saltaba muy bien encima de ella.

Os pongo una foto del segundo día, cuando visitamos Úbeda, en frente de la Iglesia del Salvador.

jueves, 18 de octubre de 2012

Segundo y último día de feria

A la feria de este año fuimos dos días, el domingo que era el verdadero cumpleaños de Miguel y el martes. El martes fuimos por la tarde, después del cole. En esta ocasión fuimos los cuatro: mamá, papá, Miguel y yo. Lo único importante para nosotros, quiero decir para Miguel y para mí era montarnos en el máximo número de cacharritos posibles.

Estando en la feria nos encontramos con los abuelos Felipe y Pepa, que nos dieron un buen dinerito para montarnos en las atracciones. También nos encontramos con nuestro primo Daniel y con tita Rosi y tito Chiqui, que además iba en su coche de caballos. También coincidimos con Natalia y con tita Ana y tito Paco. ¡Qué contenta me puse cuando vi a Natalia!

Hicimos muchísimas cosas. Bailé con Minnie en una caseta, nos dimos una vuelta por el recinto ferial en el coche de caballos de tito Chiqui, nos montamos en más atracciones de las que puedo recordar ahora mismo, y después fuimos a cenar. Miguel se tomó una hamburguesa y yo un perrito caliente y antes de irnos de vuelta a casa, pues al día siguiente teníamos colegio, paramos en un puesto de buñuelos y tanto Miguel como yo nos pedimos uno para cada uno. ¡Qué corto se hizo el camino con los buñuelos y los globos! En realidad el globo porque a mi hermano el globo le duró bien poco porque decidió sentarse encima para explotarlo. ¡Será tonto!

lunes, 15 de octubre de 2012

El día del cuarto cumpleaños de Miguel

Después del día intenso de la celebración del cumpleaños de Miguelito, todavía al día siguiente teníamos previstas más actividades, en esta ocasión almorzar con un montón de amigos, y justo después a la feria, porque el día del cumpleaños de Miguel, el verdadero cumpleaños de Miguel, es el día que comienza la feria de Fuengirola y se lía una bien buena.

El día del cumpleaños de Miguel es también un día muy divertido para mí, y en realidad para toda la familia, pues desde el día que nació siempre es un día en el que me visto de gitana, pero además también vamos a comer con los amigos y a pasear por la feria y a montarnos en los cacharros. Un día de los buenos de verdad. Así que este año tampoco íbamos a ser menos, de manera que nos despertamos más bien tarde después del ajetreo del día anterior y después de desayunar comenzó la carrera para la feria.

Miguel se vistió de gitano y mamá y yo nos vestimos de gitana, mientras que mi padre, al que no le hace mucha gracia eso de disfrazarse, se quedó como siempre. Una vez todos arreglados bajamos andando al centro, donde habíamos quedado con muchísimos amigos para almorzar todos juntos y después todos -menos algunos hombres que se fueron a ver el fútbol- nos fuimos para la feria. ¡Qué divertida es la feria! ¡Qué divertidos los coches choques, y el saltamontes, y el dragón! ¡Qué bien lo pasamos!

Cuando estábamos muy cansados, antes de volver de casa, ya de noche, tomamos unos buñuelos con chocolate blanco que estaban para chuparse los dedos.

Os pongo una foto para que veáis lo guapos que íbamos.

martes, 9 de octubre de 2012

Los cuatro años de Miguel

El sábado por fin llegó el día de la celebración del cumpleaños de Miguel en un parque de bolas. ¡Qué ganas tenía Miguel! Cuando mis padres le dijeron que ese era el día en el que íbamos a celebrar su cumpleaños en el parque de bolas, se puso contentísimo.

Todo comenzó para nosotros el sábado a las doce del mediodía cuando fuimos al parque a recoger las llaves y a llevar las primeras cosas. Nada más entrar mis padres se pusieron a hablar con la mujer que estaba encargada, que si la luz, que si el aire acondicionado, que si la distribución de las mesas y mientras mi hermano y yo, los dos solos, disfrutando del parque a tope. ¡Un parque de bolas sólo para nosotros! ¡Qué divertido! Luego la mujer se fue y mis padres estuvieron un buen rato dando vueltas de la casa al parque trayendo las bebidas, la comida, la piñata, los vasos y los platos. ¡Un buen montón de cosas! Cuando terminaron, ¿adivináis qué hicieron? Sí, se metieron con nosotros en el parque. ¡Los cuatro dentro del parque! ¡Qué divertido! Jugamos a una lucha de bolas, unos tirándonos bolas a los otros. ¡Cuánta diversión! ¡Lo pasamos pipa!

Después, como teníamos que ir a recoger las pulgitas -unos panes chiquititos para hacer minibocadillos-, de camino de vuelta de la panadería paramos a almorzar en un sitio que ponen las albóndigas favoritas de Miguel. ¡Vaya sorpresa! Y de postre un helado. Después volvimos a casa, a ducharnos y vestirnos para estar guapos para la fiesta de cumpleaños de Miguel. Esperábamos muchísimos amigos de Miguel, y algunas amigas, y mis titos, abuelos y primos. Todos juntos celebrando que Miguel cumplía cuatro años.

Hubo de todo. Bocadillos, bizcochos, batidos, gusanitos, patatas fritas, aceitunas, queso, ensaladillas rusa, tortillas de patatas, embutidos, gominolas, zumos, globos, una piñata y por supuesto una tarta enorme de Gormiti, regalo del abuelo Miguel y la abuela Pepi. Todo estupendo. También hubo muchísimos regalos para Miguel, tantos que no sabía a donde acudir. Estaba muy nervioso. Todo el rato de un sitio para otro pasándoselo bomba, como yo. No terminamos hasta las once de la noche, que vino la mujer encargada a recoger las llaves, y entonces, después de que ya habíamos recogido todo, dimos los treinta pasos hasta la casa, y los otros veinte hasta la cama. ¡Qué rápido nos dormimos! ¡No aguantamos despiertos ni dos minutos! ¡Vaya día tan estupendo!

Os ponemos un par de fotos. Una de la mañana cuando estuvimos los cuatro dentro del parque jugando y otra por la tarde, justo encendiendo la vela de cuatro años para que Miguel la soplara.

lunes, 8 de octubre de 2012

La primera celebración

El viernes pasado no era el cumpleaños de Miguel, que en realidad era el domingo, pero como el domingo no hay cole y el lunes tampoco, porque es fiesta, y el martes era posible que algunos niños no fueran al cole, mis padres decidieron que el mejor día para celebrar su cumpleaños en el cole era el viernes. Así que el viernes llevaron antes de comenzar las clases una tarta para que pudiera compartirla con los niños de su clase.

Da la casualidad de que en la clase de Miguel, que no hay ni veinticinco alumnos, hay dos que cumplen el mismo día. Mi hermano Miguel y su amigo Hugo. Tanto Hugo como Miguel nacieron el mismo día, que ya en realidad es un día señalado, porque es un día de fiesta en nuestra localidad. Así Miguel llevó una tarta y Hugo llevó unos paquetes de regalos, donde hay globos, golosinas, palotes y cosas así.

Imaginad cómo lo tuvieron que pasar en la clase de Miguel y Hugo, pues si ya es divertido celebrar un cumpleaños en clase, dos debe ser divertidísimo. Yo nunca he celebrado en mi clase dos cumpleaños el mismo día.

Esa tarde, al volver del cole y después del inglés, en casa, Miguel estaba nervioso porque al día siguiente íbamos a celebrar su cumpleaños con un montón de amigos en un parque de bolas, uno que está justo al lado de casa, donde Miguel tenía muchas ganas de celebrarlo, porque cada día que pasa por la puerta le entran ganas de entrar y nunca puede. Bueno sí, una vez estuvo en un cumpleaños allí y desde entonces dice que es el más superchulo y desde entonces dice que quiere celebrar su cumpleaños allí.

Os pongo una foto de un minuto antes de irnos para que Miguel y yo nos fuésemos al cole donde mi hermano celebraría su cumpleaños. La mancha del polo celeste es de agua, no preocuparos. Es que Miguel es así.

jueves, 4 de octubre de 2012

El Potaje Mágico

El domingo pasado, como final de fiesta de un fin de semana divertidísimo fuimos los cuatro juntos al teatro, al Teatro Echegaray. La obra era una obra muy distinta a todas las que habíamos hecho antes, pues no sólo nos hacían reír, sino que también, y además muy a menudo, hicieron magia. ¡La primera vez que Miguel y yo vimos magia!

¡La magia es superdivertida! El mago tiene una sombrero que por lo visto se llama chistera y de repente es capaz de sacar cualquier cosa de dentro: pañuelos de muchos colores, un periódico, un palo larguísimo y también una paloma. La paloma aparecía y desaparecía que parecía imposible. También sacó a un niño de el público y lo puso tumbado entre dos sillas, y luego quitó una silla y el niño continuaba tumbado. ¡Teníais que ver la cara que se nos quedó a Miguel y a mí! Lo pasamos genial y ya estamos deseando volver al teatro, a ver magia o lo que sea. La obra se llamaba El Potaje Mágico.

Nada más terminar la obra de teatro buscamos un sitio donde pudiésemos almorzar porque tanto Miguel como yo estábamos muertos de hambre. Fuimos a un lugar que se llama La Bodega de El patio, y mi padre y mi madre se pidieron y se comieron una paella negra, negra, negra, que ninguno de los dos, ni mi hermano ni yo, quisimos probar. Nosotros preferimos tomar una comida menos oscura.

Al terminar, de camino al coche, dando un largo paseo, pasamos justo por delante de la Heladería Casa Mira, y claro, no quisimos evitar tomarnos un cucurucho cada uno, igual que Miguel no pudo evitar quedarse dormido en el coche de vuelta a casa.

lunes, 1 de octubre de 2012

El santo de Miguel

El sábado, después de la evacuación del viernes, era un día muy importante pues era el santo de mi hermano, pero también de mi abuelo y de mi padrino. ¡Qué día tan importante!

Nada más despertarnos, después de que papá volviese con el pan, le dimos los regalos a Miguelito. Una mochila de Bob Esponja para ir al cole este nuevo curso, una camiseta de fútbol del Málaga, nuestro equipo, y también un Gormiti de esos feos. No hace falta decir que lo que más ilusión le hizo fue el Gormiti ese feísimo, pero es que le encanta jugar con ellos.

Después, a media mañana, nos separamos, y mamá y yo fuimos a El Corte Inglés, pues teníamos que hacer algunos recados, mientras Miguel y papá se quedaron en casa, y mientras estuvieron esperándonos llegaron tita María José, tito Francisco y Celia y le trajeron un regalito a Miguel, que según he escuchado no le hizo mucho caso porque como era ropa, enseguida la soltó y se puso con el Gormiti. No tengo claro si ni siquiera dio las gracias.

Llegamos a casa mamá y yo y los recogimos porque íbamos a almorzar a casa del abuelo Miguel que también era su santo y tenía muchas ganas de vernos. Allí recibió otro regalo. Unos tenis Puma de color azul, muy parecidos a los que tiene también Puma pero en rojos. ¡Siempre vienen bien unos tenis! Y también el abuelo tenía preparados unos coches de Gormitis, que estos sí que le hicieron ilusión. Allí comimos superbien, y después de comer nos esperaba una tarta de manzana que habíamos llevado nosotros. ¡También riquísima!

Después de la tarta y el café, el abuelo y papá se fueron al fútbol, que por lo visto estuvo muy bien. Nosotros regresamos a la casa con mamá donde más tarde nos visitó tita Rosi, tito Chiqui y Daniel. ¡Qué locura se monta cuando Daniel y Miguel se juntan! ¡Se vuelven locos! También le trajeron otro regalito, otra cosa de ropa, pero lo que a Miguel le importó no fue la ropa sino que Daniel se quedó a cenar y pudieron jugar un buen rato juntos.

Aquí os colocamos una foto de Miguelito con su camiseta nueva del Málaga, que le queda un poco larga, pero que aún así está muy gracioso, ¿verdad?