El sábado celebramos el cumpleaños de mi tita Rosi, y aunque estaba lloviendo muchísimo, fuimos a juntarnos todos en la casa de campo donde tito Chiqui tiene sus caballos. Allí hay mucho barro y por eso fuimos preparados y llevamos unas botas de agua. ¡Jo, qué divertido es llevar botas de agua a un sitio donde hay mucho barro! Podéis imaginar cómo nos pusimos. Lo pasamos genial y después tomamos tarta de chocolate, con lo que nos quedó un día muy marrón.
Hoy domingo ha sido también un día muy divertido porque hemos ido a Málaga, al teatro y hemos visto una obra de teatro muy divertida que se llama Guyi Guyi. Trata de un cocodrilo que nace en una familia de patos, entonces cree ser un pato, pero claro, en realidad es un cocodrilo que cree ser un pato, pero un día se da cuenta que es un cocodrilo y que además los cocodrilos comen patos. Miguel se lo pasó genial, disfrutaba con la boca abierta con la historia y la emoción, y también reía igual que yo, sólo que yo además eché unas lagrimitas en un momento tierno y triste que había, pero no cuento más y mejor vais a verla.
Después fuimos a uno de mis restaurantes favoritos, que es una pizzería que hay en Málaga donde ponen unos macarrones con tomate que están para chuparse los dedos y después tienen la tarta de chocolate más sabrosa y apetitosa del mundo entero. Mis padres tuvieron que pedir dos porque yo devoraba como si fuese un cocodrilo hambriento.
Al terminar la obra nos pudimos hacer fotos y darle la mano al cocodrilo y a su mamá pato. ¡Qué guay!
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